Parte 16

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Abrí los ojos de golpe, estaba en mi cama y todo estaba a oscuras. El ruido que me despertó volvió a sonar y tarde un momento en darme cuenta de que mi móvil estaba sonando, rápido lo tome y sentí un vuelco en el estomago cuando vi el nombre de Adam en la pantalla, no conteste y tire mi teléfono bajo mi almohada nuevamente pero este volvió a sonar, conteste.

-hola-mi voz sonaba adormilada, al otro lado de la línea se escucho un suspiro.

-pensé que no contestarías... pensé que ya no querías hablar más conmigo- sonreí. Realmente eso quería que pensara.

-¿Por qué haría eso?

-sobre lo de hoy... perdón, de verdad.

- no fue tu culpa- hubo un largo silencio.

-yo... estoy a una cuadra de tu casa... ¿puedes salir?-me senté de golpe y mire la hora, eran las cuatro de la mañana- es estúpido, claro que no puedes...

-espérame ahí-y colgué.

Me levante y prendí la mesita de noche, por suerte hoy me había puesto un pijama decente, el short de un rosa pálido era corto pero sexi y una polera sin mangas del mismo color, me puse mi bracear y unas zapatillas.

Sin hacer mucho ruido descolgué mi chaqueta y como una ninja baje las escaleras y Salí de la casa no sin antes sacar mis llaves, afuera hacia frio y sentía que mi trasero se congelaba por ese pedazo de tela que lo cubría. No podía creer que había salido de casa... sentía que en cualquier momento mis padres prenderían las luces y seria mi perdición.

Seguí adelante caminando rápido y justo en la esquina estaba la camioneta de Adam con las luces encendidas, la puerta del pasajero se abrió y yo con esfuerzo subí y cerré la puerta rápido para entrar en calor, estaba tiritando.

-encenderé la calefacción.

-por favor.

El calor se comenzó a filtrar por mis huesos y luego de unos minutos deje de tiritar como un gatito mojado, alguien carraspeo a mi lado lo que me hiso recordar que estaba en la camioneta de Adam.

-perdón soy una maleducada, hola- le sonreí y él me devolvió la sonrisa.

-hola... ¿como estas?

-bien... ¿tu?-el asintió como diciendo bien y yo mire por la ventana para asegurarme que mi padre no estaba con una escopeta apuntándonos.

-¿quieres que vallamos a otro lugar?- lo mire de vuelta.

-¿por favor?- el puso en marcha la camioneta y comenzó a conducir.

-sobre lo de esta tarde...

-no importa no fue tu culpa-dije rápidamente.

-no, te debo una disculpa... ella te golpeo y tu nariz...-se dio la vuelta para mirarme preocupado- ¿tu nariz está bien?-le sonreí.

-perfecta

-katley no tuvo que haber hecho eso... y además arruino nuestra cita... no quería que acabase así.

-yo tampoco-susurre pero lo dije demasiado fuerte- quiero decir, no importa enserio estoy bien.-Estacionamos en un block de deptos- ¿Dónde vamos?

-a mi departamento... no se me ocurrió otro lugar para que podamos conversar- me sonroje monumentalmente y asentí, dios a su departamento... mierda- perdón... esto te debe incomodar Isabela, ¿te parece mejor un café, tengo las llaves del local por aquí...

perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora