No sabía cuánto llevaba aquí abajo, ni siquiera sabía si estaba bajo tierra o no pero siempre estaba oscuro, lleno de humedad y con un olor tan rancio que hacía que mis ojos picaran.
Quería salir de aquí pero no podía hacer eso si Sofía no confiaba en mi lo suficiente como para soltarme de mis ataduras, estaba débil me sentía enferma y vacía.
Había convencido a Sofía de que ya no era necesario que me siguiera drogando, que tenía razón no tenia donde ir y podíamos quedarnos aquí para siempre. Decir esas palabras dolió más que cualquier golpe. Pero eran necesarias para que confiara en mi, estaba aun tirada en la camilla esperando que las drogas se disiparan lo suficiente como para poder mantenerme en pie golpear a Sofía y correr tan lejos como fuera posible.
-¿no es genial estar juntas?-forcé una sonrisa y asentí.
-es maravilloso como cuando éramos pequeñas-ella asintió sonriendo-me das un poco de agua y luego ayúdame a ponerme de pie, siento que mis puertas son como sementó-me forcé a soltar una carcajada y Sofía se rio.
-ven aquí isa-me tomo de las manos y de a poco comencé a sentarme en la camilla haciendo que mis pies tocaran el suelo al fin, luego tomo el vaso que estaba en el suelo y me lo dio. Di dos tragos agradeciendo el frescor en mi áspera garganta.
-¿te sientes bien?-le sonreí mientras asentía.
-si solo me duele la cabeza, ¿Cuánto tiempo llevamos aquí abajo?-trate de que mi vos sonara lo mas desinteresada posible mientras tomaba otro sorbo de agua, no la mire a los ojos porque si hacia eso ella lo sabría.
-dos semanas-el único indicio de mi shock fue el leve movimiento de mi mano pero se confundía fácilmente con el resto de mi cuerpo tiritón por la debilidad. No tenía idea de que era lo que Sofía me había estado metiendo todos estos días y sinceramente no quería saber, solo esperaba que no tuviera ni una represalia- cuando estés más fuerte te daré un recorrido por el bunker. Te encantara, sé que si- le sonreí y apreté sus manos asintiendo.
-ya quiero conocer mi nuevo hogar-ella sonrió tranquilamente- por cierto ¿Dónde encontraste este lugar?-necesitaba saber donde estaba a para poder orientarme una vez que este fuera.
-está a tres horas por la carretera hacia parque regional ¿recuerdas cuando éramos pequeñas y nuestras madres nos traían y jugábamos por horas?-asentí- cuando escape luego de quemar el manicomio vine acá, eran mis días más felices contigo. Y mientras deambulaba lo encontré. Estaba tan abandonado como yo.
-eso sí que fue buena suerte-ella soltó una carcajada.
-si que lo fue-le sonreí- iré a ver si no hay nadie a fuera-se acerco para susurrarme como si estuviéramos rodeados de personas cuando solo éramos nosotras dos- tal vez la luz del sol te siente bien.
-¿es de día afuera?-ella asintió y yo solté un suspiro despreocupado- si deberíamos tomar un poco de sol- Sofía sonrió y se puso de pie.
-¿estarás bien sola un momento?-yo asentí sonriéndole.
-solo no demores mucho.
- no lo hare-y luego salió. Conté hasta cinco hasta escuchar una puerta abrirse y cerrarse y me abalance al bolso de sedantes. Tome un frasco y una jeringa, esta era mi oportunidad y no la perdería. Me tomo tres intentos lograr que la aguja entrara en el plástico y la llene hasta el tome de sedante. Necesitaba que estuviera fuera lo suficiente para que los policías la encontraran una vez que yo me largara, sentí una puerta abrirse y rápido cerré la jeringa metiéndomela en los pantalones y tirando el frasco al bolso justo cuando ella entro.
-¿Qué haces de pie?-mi corazón comenzó a saltar… ella me había visto- dios isa te puedes caer deja ayudarte-solté el aire y ella vino a sostenerme- no hay nadie podemos salir pero solo por un momento y con cuidado.
-claro, vamos-ella sonrió y paso sus manos por mi cintura. Sentí que la jeringa quemaba en mis pantalones y comencé a sudar imaginando que esta se deslizara por mi pierna para caer al suelo.
Justo cuando estábamos en lo que parecía ser la puerta del bunker Sofía se detuvo con su mano en el pomo.
-¿no te vas a escapar verdad?-pude sentir como una gota de sudor frio corrió por mi espalda mientras negaba, calme mi respiración y con pasos débiles me acerque a ella para tomar su mano.
-ahora somos solo nosotras ¿recuerdas?-ella sonrió y asintió luego saco un manojo de llaves y las puso en la cerradura, escuche el clic de mi libertad y luego fui cegada por la fuerte luz del sol.
Tarde unos buenos dos minutos en lograr abrir mis ojos nuevamente y otro más para que estos se acostumbraran, sentía que me quemaban pero una vez que se acostumbraron fui recibida por un hermoso pasto verde lleno de arboles gigantescos. Estábamos en la mitad del bosque. No tenía idea de hacia dónde estaba la carretera.
-ven-la voz de Sofía me hizo respingar, estaba tan absorta en mi plan de escape que había olvidado por un segundo que mi captora estaba a mi lado, tome su mano y permití que me ayudara a subir-es hermoso tenerte qui conmigo isa- yo sonreí mientras metía mi mano al bolsillo de mi pantalón para sacar la jeringa.
-si es herm…-la jeringa cayó al suelo y Sofía la miro.
-¿Qué es eso?-se escuchaba furiosa- ¡entra al bunker!-se lanzo a recoger la jeringa pero yo con la poca fuerza que tenia la empuje y la tome antes, mis manos estaban temblorosas por la adrenalina y todo rastro de debilidad se había esfumado, esta era mi única oportunidad y no la desperdiciaría. La destape justo cuando Sofía me empujo tirando la jeringa lejos de mí.
-¡AYUDA!-grite lo mas fuerte pero ella tapo mi boca con sus manos.
-¡cállate, cállate-me dio una fuerte cachetada y sentí la sangre en mi boca, pero no permitirá esto. No tengo idea cómo pero doble mi rodilla de tal manera que le di en el estomago, Sofía quedo sin respiración unos segundos lo que me dio el tiempo suficiente para sacarla de encima mío y gatear hasta la jeringa, la tenía en mis manos cuando me tiro del pie y mi pera golpeo fuerte con el suelo haciendo castañear mis dientes.
-¡te voy a matar Isabela igual que a tus padres y a tu estúpida hermana!-eso solo sirvió para darme más fuerza, me di la vuelta justo cuando ella se comenzaba a tirar encima mío y con un fuerte movimiento enterré la jeringa en su cuello. Ella tuvo un segundo para procesarlo antes de que expulsara el líquido a su sangre.
Se lejos de mí y toco su cuello que ahora sangraba por el pinchón brusco de la jeringa. Le dedique una sonrisa cansada justo cuando sus ojos comenzaban a cerrarse y su cuerpo se desplomo en la hierba. Mi corazón estaba acelerado y gotas de sudor corrían por mi cara.
No perdí el tiempo y me eche a correr lo más rápido que mis estúpidas piernas me lo permitían, me caí de bruces al suelo las suficientes veces como para tener mis piernas manchadas de sangre y mis pantalones rasgados en muchas partes, ignore el dolor, ignore el cansancio y ignore el calor sofocante. Solo corrí alejándome de Sofía, alejándome de ese maldito bunker en el que había estado encerrada por dos semanas. Mi respiración quemaba en mis pulmones y mis cansadas piernas dolían tanto que casi no lo podía ignorar. Pero el miedo de que Sofía viniera corriendo atrás de mi para alcanzarme me hacia querer seguir. No me permití pensar en nada más que en estar segura y para cuando la luz del sol comenzó a bajar dando paso a la noche yo legue al parque donde solía venir con mi madre, las mesas de picnic seguían siendo las mismas y la tenue iluminación de los faros le daban un aire de tranquilidad.
Mi corazón golpeteaba en mis costillas furioso por salirse y yo comencé a correr un poco más despacio ya que mi piernas se sentían como dos tiras de lana que se doblaban de vez en cuando tirándome al piso y añadiendo una herida más a mis manos y rodillas.
Podía ver la carretera a la vista y mis ojos se llenaron de lagrimas volviéndola borrosa, di mi último aliento y corrí hasta está saliendo con las manos levantadas para que los autos se detuvieran.
-¡ayuda… ayuda!-gritaba y un auto gris se detuvo de un frenazo quedando a solo unos centímetros de mi, fui hasta su ventana y pude ver a una señora de cabello negro y mirada asustada, una pequeña bebe estaba en el asiento trasero en su silla de bebe-por favor, por favor ayúdeme…-la señora bajo su ventanilla.
-¿chica estas bien?-negué con la cabeza mientras mis sollozos amenazaban con romperme.
-no, por favor lléveme a una estación de policía… ellos deben saber que ella está aquí… me secuestro…-al escuchar la palabra secuestro la señora bajo de auto.
-tranquila ven aquí, sube iremos a la estación de policía-yo asentí y deje que me guiara al asiento del copiloto.
-¿Cómo te llamas? ¿No quieres ir a un hospital primero?-negué, ellos tenían que venir a buscar a Sofía antes de que se despertara y se fuera.
-no, a la policía por favor… solo lléveme a la policía-la señora formo una fina línea con sus labios y asintió luego me dio su teléfono-¿necesitas llamar a alguien?
Tome el teléfono en mis manos y marque el numero de mi padre, no alcance a presionar el numero de marcar cuando me di cuenta… mis padres ya no estaban. Un sollozo que se formo en mi estomago salió por mi boca haciéndome soltar un pequeño grito. Borre el número y marque a la única persona que tenia.
-¿diga?-escuchar su voz solo hizo que otro sollozo saliera haciéndome imposible hablar-¿Quién es?
-Adam… soy… soy yo…
-¿¡Isabela?-asentí como si estuviera viéndome- mierda Isabela ¿eres tú?- podía escuchar por su voz que estaba llorando- ¿por favor dime que eres tu-yo solo era capaz de llorar.
-soy yo… soy yo… no sabía a quién llamar… mis padres…-esta vez no fui capaz de contenerme y deje salir lo que había estado acumulando durante estas semanas, la señora me quito el teléfono y le dijo a Adam donde íbamos, yo solo lleve mis manos a mis rodillas mientras sentía que cada vez me rompía mas. La bebe que estaba en el asiento de atrás había despertado y me miraba curiosa yo solo fui capaz de apartar la mirada mientras me dejaba llevar por mi dolor.
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perdición
Teen Fictionisabela tiene un pasado que quiere olvidar, un trauma que necesita superar pero la vida le enseñara que eso no es nada fácil. actualización todos los viernes y sábados. -cualquier tipo de plagio sera notificado y se tomaran las medidas correspondie...