perdición

parte 25

-¡perdon por llegar tarde!-grito cerrando la puerta tras de mi.
-no llegas tarde-se ve sonriente.
-¿no?-juraria que venia tarde.
-no-dice muy seguro de si y yo me encojo dándome la vuelta de regreso a la puerta.
-¡entonces vuelvo en una hora para no perder las costumbres!-no alcanso a llegar a la puerta ya que adam me sujeta del brazo y me embuelve en un gran abrazo. Huele a oregano y otras especias, y el olor que desprende la cocina es maravilloso.
-¿A dónde crees que vas jovencita?-me remuevo para liberar mis brazos y lo rodeo con ellos enterrando mi cara en su pecho.
-hueles a como a pizza combinado con lasaña y un toque de Adam… creo que es mi olor favorito desde ahora-el suelta una carcajada y me da un tierno beso en el cabello.  Levanto mi cabeza para mirarlo a los ojos. Y veo que el esta mirando la fea cicatriz que esta en el nacimiento de mi pelo.
-deja de mirarla es horrible-digo frunciendo el ceño y el me mira a los ojos divertido.
-nada en ti podría ser horrible y ya te he dicho que esa es una…
-… cicatriz de guerra, si tio Adam lo entiendo-el pone los ojos en blanco y luego me besa en los labios.
-no me digas tio, por favor.
-¿me vas a alimentar o me tendrá todo el día entre tus brazos?-el sonríe- no es que me este quejando para nada pero tengo hambre-el asiente y me suelta para darse la vuelta. Pero antes de que dé un paso más estiro mi mano para darle una buena nalgada. Adam suelta una carcajada.
-eres una pervertida Isabela.
-y tu un santurrón… llevamos cerca de tres meses y sigo virgen. Comenzare a reclamarte sabes-me cruce de brazos y él se giro mirándome con una gran sonrisa en su rostro- tengo dieciocho hace dos meses ¿sabes?-el asintió pero sabia qué se estaba riendo de mi. Habían pasado casi tres meses de lo sucedido con Sofía, fue un alivio volver a ver a mis padres después de dos semanas en las que pensé que ellos estaban muertos.
Y aunque no encontraron a Sofía en el lugar donde la deje me sentía segura, porque tenía a mi familia, a Adam y estaba preparada para cuando viniera por mí. Ya no le tenía miedo ni a ella ni a nadie. Al principio fue difícil salir a la calle sin mirar sobre mi hombro pero con la ayuda de mi lindo novio todo me resulto más fácil.
-lo tengo muy claro, pero creo que le tengo un poco de pavor a tu padre… ya sabes cómo fue nuestra conversación-suelto una carcajada al recordar a mi padre y Adam en la oficina de papa. El no me había dejado entrar pero cuando abrieron la sala para dar por terminada la charla pude ver la pistola de tiro al blanco de papa encima de la mesa. Luego Adam me había contado que él estuvo limpiando el arma frente a él para demostrarle que tenía una y no dudaría en usarla si le rompía el corazón a su manzanita. Jamás había visto a Adam tan pálido como ese día.
-eres un gallina además ya te explique que esa arma solo la usa para tiro al blanco…
-preferiría no ser su blanco por robar la virtud de su hijita sabes.
-entonces podemos decir que yo robe tu virtud…
-es no sería un buen plan cariño-solté un suspiro de derrota.
-en vista que no me darás sexo entonces será mejor que me llenes con comida-la cara de Adam fue memorable y fue justo por eso que escogí esas palabras.  
-por supuesto.
Luego de lo de Sofía, Alison me confesó que la razón de porque se escapaba sábado por medio era porque estaba participando en carreras de autos ilegales, le hice jurarme que lo dejaría. Ya había sentido una vez lo que era su muerte y aunque fue una gran mentira no quería experimentarlo nuevamente.  Ella me juro que jamás volvería a hacerlo y yo solo esperaba que fuera cierto.
Mis padres habían tomado medidas extremas luego de lo sucedido, habían reforzado la seguridad de la casa y no me dejaban salir a ni una parte sola. Solo se me permitía estar con Adam o con ellos. Cada vez que quería ir al centro comercial con Emmica Adam debía ir con nosotras. No me quejaba por esa parte porque amaba pasar tiempo con el pero a veces era un poco aburrido tanta seguridad. Sofía no había aparecido desde ese día y realmente ya comenzaba a creer que no lo haría.