1. La melodía

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Salía de clases hablando con Sara, mi mejor amiga, sobre héroes y villanos. No solíamos caer de acuerdo. Ella tenía ideas muy raras sobre villanos y fantaseaba en su mente con ellos.

- Los villanos son y siempre serán malos y que mueran es natural porque el mal siempre pierde- dije muy convencida.

- Pero ¿alguna vez has pensado quizá que los villanos tienen una historia detrás y que a lo mejor solo han tomado malas decisiones pero no son tan malos?- me hizo reflexionar ella.

- El fin no justifica los medios.

- Solo digo que alguien podría al menos preguntarles por qué hacen lo que hacen, Sofi.

No contesté. En todos los libros  que había leído, el villano era tan malo que no tenía remedio. Quizá era demasiado tarde, pero si alguien hubiera tratado de remediarlo antes...

- ¿Viste que los villanos no suelen tener amigos?- observó Sara- Si alquien les ofreciera su amistad quizá...

- ¿Estás diciendo que son malos porque nadie ha sido amable con ellos? Quizá fueron unos mimados y consentidos y por eso son así.

- Bueno, supongo que si alguna vez te encuentras con uno, no tienes más que preguntarle- se rió ella.

- Claro, como que me voy a sentar a charlar con un villano en vez de salir corriendo antes de que me haga a saber qué- puse los ojos en blanco ante la ridiculez de la situación.

- Pero si no tienes escapatoria prueba.

- Pero qué ideas tienes- le froté la cabeza con los nudillos.

- Hazle caso a tu amiga- se oyó una voz detrás de nosotras.

Nos dimos la vuelta y vimos a Will, un compañero que raramente venía a clases. Era misterioso pero también apuesto. Sin embargo, no tenía intereses románticos por lo que las chicas le veían como a uno que se consideraba superior al resto y no quería mezclarse con nadie. Los chicos le trataban con normalidad. Una vez una chica fue lo bastante atrevida como para declararse y él le dijo sonriendo:

- La próxima vez busca a alguien con quien al menos tengas posibilidades. Yo no estoy interesado, tengo cosas más importantes que hacer.

Hasta ese momento, era admirado por las chicas, pero desde entonces perdió toda popularidad. "Sangre fría" le llamaban.

- ¿Tú también apoyas a los villanos?- pregunté sorprendida de que nos hubiera dirigido la palabra.

- Apoyo que las personas no juzguen sin saber.

Continuó andando, adelantándonos. Mientras se alejaba, Sara me susurró:

- ¿Dónde crees que va? Nadie sabe dónde vive.

- ¿Alguien le ha acompañado alguna vez?- enarqué una ceja.

- Pues no creo. Seguro que vive en una casa abandonada o algo por el estilo.

- Tú y tus fantasías... Seguro que vive en una casa de lo más normal en un barrio muy normal.

- ¿Qué te apuestas?- me retó ella.

- Lo que quieras.

- Vale, pues la que pierda invita a comer cada finde.

- Eso me gusta, pero propongo otra cosa... La que gane podrá quedarse con una posesión de la que pierda- propuse, teniendo muy claro en mente lo que quería.

- ¡Acepto! Hay una cosa que me gustaría mucho...

Sabía que aceptaría. Desde que me regalaron ese set de tazas de té de porcelana decoradas con oro siempre que podía venía a tomar el té. No dejaba de admirarlas. Pero yo con gusto las cambiaría por la cajita musical que tenía desde antes de conocernos. La cajita era de metal, pero estaba decorada de forma muy detallada y artística, además la melodía que sonaba me recordaba a algo que no podía identificar y quería descubrir qué era lo que me producía tanta nostalgia. El interior de terciopelo de la cajita estaba vacío y tenía un espejo pegado a la tapa.

El deseo de un villano #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora