16. Plan de venganza

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Y llegó el Domingo. Por fin podría saber cuál era el favor que le pidió Will a Max a cambio de ayudarme en esa ocasión con la banda. Esos días estuve haciendo todo lo posible por olvidar el beso pero cada vez que no tenía nada en qué centrarme, el recuerdo volvía a mi mente. Ya no podía mirar a Will de la misma forma. Antes le veía como un villano frío, pero había empezado a pensar que era humano después de todo. Y cuando no pensaba en el beso, pensaba en el miedo que me dio cuando le pregunté sobre su deseo. Llegué a una conclusión: era algo que debía mantener en secreto, por lo tanto, debía de ser una debilidad, algo que le afectaba, un tema que no quería tocar. Si nadie debía saberlo, sería porque podrían aprovecharse de ello o porque le avergonzaba que se supiera. Esto me hizo tener aún más curiosidad.

Era ya la segunda vez que me preparaba para quedar con Max. Esperaba que fuera mejor que las últimas veces que nos vimos fuera del programa lectivo: atrapados en la clase, secuestrada por su banda, incómodos momentos en verdad o atrevimiento... Sinceramente no había término medio. Desde que decidí seguir a Will a su casa para ver dónde vivía, mi vida no había hecho más que complicarse. Quizá ese día sería diferente. Me dirigí a la fuente central de la ciudad, donde Max ya estaba esperando. Miré la hora por si había llegado tarde, pero era la hora correcta.

- Hola. ¿Esperaste mucho?

- No, llegué hace poco- contestó él.

Traté de sacar el tema sobre el cual quería hablar, pero él me dijo que disfrutara de la cita y luego hablaríamos. Hablamos de otras cosas mientras paseábamos por las calles del centro, mirando tiendas y librerías. Nos detuvimos en un sitio para comer y después continuamos el paseo hasta llegar a un parque. La verdad era que me lo estaba pasando bien. Con que eso era una cita...

- ¿Quieres que montemos en una barca?- propuso señalando el lago.

- Claro que sí- contesté sin pensarlo dos veces, ilusionada.

Una vez en medio del lago, Max dejó de remar. Durante un rato, no sospeché nada hasta que me hizo una pregunta.

- ¿Sabes nadar?

Miré hacia todos lados. El lago era bastante grande y aunque nadara muy bien no conseguiría llegar a la orilla. Me entró el pánico. No había pensado que la barca se podía volcar o que pudiera caerme.

- Algo sé...

Max se levantó y cogió los remos, tras lo cual los tiró al agua. Reaccioné por instinto asomándome para agarrarlos, pero la barca se desequilibró y por poco caí, pero Max me sujetó por la cintura. Aquello me pilló por sorpresa y quise volver al centro de la barca pero me impulsé tanto que caí por el otro lado. Desesperada, nadé hacia la superficie justo cuando Max se asomaba para ver si estaba bien y con la mala suerte de que puso mucho peso en ese lado y la barca se volcó, golpeándome en la cabeza. Se volvió todo negro y me empecé a marear por falta de aire. Finalmente perdí la consciencia.

***

Cuando abrí los ojos, vi el techo de una habitación descuidada y vieja. Tuve un mal presentimiento. Traté de incorporarme y me encontré en brazos de Max, que estaba sentado en un sofá, medio dormido. Se despertó al notar que me movía. Me abrazó fuerte.

- Menos mal, estás bien...

- ¿Por qué tiraste los remos?

- Quería evitar que pudieras escapar... Porque pensé que lo intentarías con lo que te iba a contar.

- Y por eso me has traído a otro sitio del cual no puedo escapar...- murmuré viendo que los de su banda vigilaban la puerta y las ventanas y el jefe estaba sentado en frente.

El deseo de un villano #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora