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Bajamos a cenar y mi padre ni el abuelo se encontraban en la sala, solo estaba Luna con la mirada perdida, mientras unas cuantas lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Simón se le acerca para consolarla.

Luego de unos segundos aparece mi papá con el abuelo. Lunita se limpió rápidamente el rostro.

Nos sentamos en la mesa. Papá se dió cuenta que mi mexicano tenía un pequeño golpe en el rostro. ¡Maldito Matteo! Simón le dijo que se había pegado con la puerta, no sé porque no dice la verdad.

Luego de unos minutos aparece Matteo todo sonriente como si nada malo hubiera pasado. Debí ponerme aquéllas botas con tacón, estoy segura que si le daba con eso, se quedaría inmóvil por una semana.
Papá comenzó a dialogar con nosotros sobre lo que haríamos mañana, íbamos a visitar Macchu Pichu.

Terminamos de cenar y estaba dispuesta a decirle a papá que cambie a Simón de habitación, de que si mi novio pudiera dormir junto a él y el abuelo pero Simón me dijo que no dijera nada y yo de tonta le hago caso.

Subimos al segundo piso, detrás de nosotros venía Luna y un Matteo tratando de hablar con ella pero Lunita lo ignoraba.

Así se hace Luna.


— Amor no quiero que tú y el idiota de Matteo compartan habitación, tengo miedo de que te vaya a hacer daño...

— Bonita — acaricia mis
mejillas — estaré bien — suspira — pero no sé que haré si ese imbécil sigue con sus insultos, créeme que esta vez no lo aguantaré, he tratado de ser pasivo para no arruinar tus vacaciones — es por eso que no se defendió y no le dijo nada a papá y al abuelo.

— Me parece un bonito gesto de tu parte pero quiero que sepas que tú no arruinarías nada, yo hablaría con papá para que...

— Nada bonita, estaré bien, esta vez no permitiré que el imbécil ese me haga daño.

— Simón, yo no podré pegar el ojo durante toda la noche sabiendo que tú y Matteo se encuentran en la misma habitación...

Me calla con un beso dulce y tierno a la vez.

— Estaré bien — susurra muy cerca de mis labios — yo no estoy aquí para preocuparte. Yo estoy aquí para compartir momentos felices a tu lado.

— ¿Pero mira ese moretón que te hizo? Simón tengo miedo.

— Amor no tengas miedo, sé que Matteo es un odioso pero no creo que sea un loco asesino.

— ¿Tú quieres que no duerma esta noche verdad?

Me regala una sonrisa.

— Tranquila ¿Si?

— Vente a dormir a mi cuarto.

Sus ojitos se abrieron como platos al escuchar mi propuesta.

— Ganas no me faltan bonita pero sabes muy bien que eso no puede ser posible.

— ¿Por qué no? — claro que puede ser posible.

— Por tu papá, el abuelo y por Luna — bufé, eso no es impedimento pero entendía a lo que se refiere.

¡Oshe tú! ¡Deja de mirarme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora