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Simón

¿Con quién hablaba Matteo? ¿Quién era?

Al parecer esa persona quería que mi relación con Ámbar llegara a su fin y no solo él, sino también Matteo, que al parecer es su cómplice.

¡Maldición! Me acuerdo que mencionó algo “Yo quiero que mis dos mejores amigos estén juntos” Mi bonita es su mejor amiga pero la pregunta sería: ¿Quién diablos es su mejor amigo?
Me vale una mierda quién sea pero no voy a permitir que ese par de idiotas arruinen mi relación. Yo amo a Ámbar más que a mi vida y defenderé lo nuestro a capa y espada. Nuestro amor es mucho más fuerte que cualquier cosa. Nada ni nadie nos podrá separar porque ambos nacimos para complementarnos, amarnos. Ambos nos pertenecemos mutuamente, ella es el amor de mi vida, de eso estoy completamente seguro.

...

Habíamos llegado a Macchu Picchu, todo el camino fué risa, besos y caricias junto a mi bonita pero una parte de mí, aún seguía con la angustia de lo que había escuchado anoche. Luna andaba un poco triste y no me gustaba verla así, el idiota de Matteo intentaba hablar con ella pero ella lo evitaba.

Hablaré con ambas, con mi bonita y mi mejor amiga, sobre lo que había escuchado anoche.

— No lo puedo creer, pellíscame si lo que estoy viendo es verdad — oigo decir a mi rubia.

Se encontraba con los ojos bien abiertos y con la boquita semiabierta, y quién no estaría con la misma expresión, al tener ante tus ojos una maravilla de naturaleza. Macchu Picchu, sí que lo era.

Bajó su mano lentamente y me acerco a ella, le doy una suave mordida en una de sus mejillas.

— ¡Auch! — se queja como niña pequeña — mi amor, te dije que me pelliscaras, no que me mordieras.

Sonrío para luego rodear mis manos en su cintura, apegar mi cuerpo al de ella y así poner mi barbilla en su hombro.

— Es hermoso.

— No más que tú — le digo y en ese instante acerca sus labios y me da un suave y tierno beso en mis labios.

— Te amo, te amo, te amo — decía sin dejar de besarme. Ni se imaginan cuánto amo a esta niña.

— ¡Oh! ¡Tío Mauri! — cuando escuchamos ese nombre nos separamos al instante.

Aún mi bonita no le había dicho nada a su padre sobre nosotros pero piensa hacerlo uno de estos días. Hací que tengo que quedar bien ante mi suegro. Tiene que saber que soy un chico bueno, el cual vive enamorado de su pequeña niña.

— ¡Tío Mauri! — en ese instante presté atención a la voz que hablaba. ¡Maldición! Era el idiota de Matteo quién lo había llamado. ¡Maldito infeliz!

— ¿Pasa algo Matteo? — preguntó el señor Mauricio, mi suegro.

No pude ocultar muy bien mi molestia ante ese idiota y como que muy confianzudo para decirle tío “Mauri” que idiota soy, el señor Mauricio conoce al idiota este desde que era un niño, creo que es normal que lo llame así.

— Sí, lo que pasa es que quería saber si podríamos nosotros ir a pasear por ahí, claro en grupo — ¿Qué es lo que esta planeando?

— Lo que Matteo quiere decirte papá, es que si nosotros podemos andar por ahí sin ustedes, ni tú, ni el abuelo. SOLOS — le dice mi bonita con una sonrisa.

¡Oshe tú! ¡Deja de mirarme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora