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— ¿Qué pasa papá? — sí, papá fué quién interrumpió.

— ¿¡Dónde está Luna!?

— Lunita salió a dar un paseo con Matteo pero por aquí nomás eh — aclaro.

En ese instante aparece Matteo. ¿¡Qué!? Si él está aquí, entonces Lunita también.

— ¿Matteo dónde está Luna? — preguntó rápidamente mi padre.

— ¿Luna? — ¿Qué? — en su habitación supongo — se encoge de hombros.

— Ámbar me dijo que habías salido a dar un paseo con ella — dice serio papá.

— Sí, ella me dijo eso — intervine.

— ¿Qué? ¿Pero si Luna ni siquiera me dirige la palabra?

Me le acerqué.

— Pensé que las cosas entre ustedes ya se habían solucionado — mi amigo es tonto pero sé que está sufriendo por ella y ella igual.

— Eso es lo que quiero pero...

— Haber, si Luna no está contigo — señala a Matteo — ¿Entonces dónde está Luna? — papá empezó a preocuparse y no era el único.

— Salió a dar un paseo por el jardín — ahora habla Simón, todos lo miramos
muy atentos — necesitaba...necesitaba...
¡Tomar aire puro!

¿Por qué está nervioso?

Lo conozco muy bien, él está ocultando algo.

— ¿Cómo?

— Epale ya estoy aquí — aparece Luna un poco agitada y con una sonrisa en su rostro.

— ¡Luna! — elevó la voz mi padre — ¿¡Se puede saber dónde estabas!? — okey, muy bien. Lunita ya parece su hija.

— ¿Yo? — ¡No yo! — bueno este...

— ¡Lunita! — ahora interrumpo yo — tú me dijiste que habías salido a dar un paseo con Matteo. ¿Se puede saber porque me mentiste? — estoy seria muy seria y con las manos en mi cintura.

— ¿Yo te dije eso? — ¡Hug! Odio cuando se pone en ese plan de niñita distraída — bueno Ámbar yo...

— ¿Vamos Luna, respóndeme? — vuelve a interrumpir papá.

En ese instante Luna y Simón se miran por unos segundos. ¡Ah no! ¡Aquí algo está pasando!

— Salí a dar un paseo por el jardín — balbucea nerviosa.

— Se los dije — ahora habla Simón con una hermosa sonrisa en el rostro.

— Luna — se le acerca mi padre — por favor te pido que no salgas de noche, las calles son muy peligrosas. Yo estoy a cargo de tí y no me gustaría que algo malo te pasara.

— Tranquilo señor Mauricio. Míreme estoy completita — todos sonríen menos yo — y lo siento por haber salido así por así...no lo volveré hacer.

— Mas te vale que lo cumplas — advierte.

— Tranquilo, verá que será así.

Papá le regala una última sonrisa para luego acercarse a mí y besar suavemente mi frente.

— Hasta mañana mi amor — me dice y yo sonrío — hasta mañana muchachos — se despide de todos.

Miro fijamente a Lunita.

— Ahora si Lunita, ¿Me vas a decir la verdad?

— Ámbar — ¿Por qué interrumpe Simón? — Luna ya dijo porque...

¡Oshe tú! ¡Deja de mirarme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora