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Luna

Trato de olvidar mi conversación con Matteo pero no podía. ¡No entendía! ¿¡Por qué diablos quiere separarlos!? ¿¡Acaso está ciego y no ve que ellos se aman profundamente!?

¡Joder! Odio a Matteo pero a la vez lo amo, si loco. Solo a mí, puede pasarme este tipo de cosas.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por una canción que conocía a la perfección. ¡No manches, es mi celular!

— ¿Bueno? — hablo rápidamente.

— ¿Luna? — ¿Simón? — despego mi celular de mi oído para así ver la pantalla y sí, es Simón, pero que...¡Maldición ya es hora! — oye...

— Sí, si, si perdón, perdón Simón. ¡Ya es la hora! ¡Maldición se me pasó! — golpeo mi frente y a la vez cierro mis ojos con fuerza.

Maldito Matteo. Él es el culpable.

— En realidad han pasado diez minutos desde la hora pactada — otra vez golpeo mi frente — ¿Ya están en camino?

— Eh...aún no.

— ¡Luna!

— Lo siento muchísimo Simón, ahorita mismo los llevo para allá, ¿Si? — sonrío.

— Hay Luna Valente, realmente estás en la luna. ¿Cuándo podrás chocar tierra?

— ¡Simón ya! — río y a la vez escucho su risa — no me molestes.

— Luna...estoy muy nervioso. Que digo nervioso, mucho más que eso — sí, está nervioso, lo puedo deducir por su tono de voz.

— Hey Simón, ¿Tranquilo sí? Trata de relajarte.

— ¿Relajarme? ¿Luna que pasa si su papá no me acepta? — ¡Hay Simón!

— ¡Te va aceptar! ¡Por Dios Simón! Conozco al señor Mauricio y sé que te aceptará — lo regaño.

— ¿Cómo sabes eso? — ahí va otra vez — Luna si su papá no me acepta y le ordena que se aleje de mí, yo simplemente me muero. ¡Neta me muero!

— ¿Desde cuándo Simón Álvarez es tan dramático?

— Eso me lo pego una piojosa distraída que siempre para en la luna — sonrío.

— ¡Simón ya! ¿Tranquilo sí? — escucho una risa nerviosa de su parte — ya los voy a llevar para allá.

— Okey, yo aquí los espero — suspira para luego cortar la llamada.

Muy bien, llegó la hora del plan.

Camino hacia los Smith, quiénes por cierto sonreían de la felicidad.

— ¡Hey! ¡Luna! — me dice el señor Alfredo y a la vez logro captar la atención de Ámbar y su padre — vente que estamos viendo...

— Espérate papá — interrumpe su hijo — Luna, ¿Y Simón?

¡No otra vez!

Ayer estaban preguntando por mí y ahora me preguntan por Simón. ¡Maldición! ¿Y ahora qué me invento?

— Simón se acaba de ir hace unos instantes — la neta no sé como dije toda esa oración sin tartamudear o alargar las palabras.

Típico de Luna Valente.

— ¿Simón estuvo aquí? — habla rápidamente Ámbar.

— Sí — trato de sonreír — estuvo aquí hace unos minutos...eh...sí, dijo que se iba a ir por allá para ver unas cosas — señalo un camino — pero ya ha pasado mucho tiempo y aún no vuelve...¿Que tal si lo buscamos? — ¡Por favor digan que sí! Porque sino no sé que más inventar para convencerlos que vengan conmigo.

¡Oshe tú! ¡Deja de mirarme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora