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Por fin hoy regresábamos a Argentina. Decidí llamar por última vez a Gastón y Matteo pero fué en vano porque seguían sin contestarme.

— Bien...solo espero no olvidarme de nada — hablé para mí sola.

Derrepente la puerta del baño se abre dejándome ver a Lunita, quién desde que Matteo se fué no la he vuelto a ver sonreír.

— Lunita — me le acerco — oye...

— No quiero hablar Ámbar — me hace a un lado y va en busca de sus maletas.

Hace dos días que he tratado de acercarme a ella para ver que es lo que le pasa pero ella simplemente me evita y me responde cortante y a la vez fríamente.
No será mi mejor amiga pero no me gusta verla así. Aunque no lo crean le he tomado cariño, uno porque es la mejor amiga de mi novio y dos porque es la novia de mi mejor amigo.
Simón también ha intentado hablar con ella pero ella le hace lo mismo que conmigo y realmente no lo entiendo. ¿Esta bien que a mí me ignore pero a Simón por qué? Es como su hermano, si supiera lo preocupado y angustiado que está por ella.
Ayer por la noche hablamos sobre el tema, hasta vi que sus ojos querían llorar al ver que Lunita lo ignoraba.

— Yo si quiero hablar contigo — me le acerco pero al parecer no le importó, ya que continuaba poniendo algunas cosas en su valija — ¿Lunita qué es lo que te pasa? Neta que me preocupas...te estoy hablando Luna — detengo su acto. Ella me mira seriamente a los ojos — okey, entiendo que no quieras hablar conmigo pero no le hagas lo mismo a Simón, él está preocupado por tí, le duele saber que tú estás mal. ¿Acaso no te das...

— ¿Te gusta Matteo?

— ¿Qué?

— ¡Respóndeme Ámbar!

— ¡Por supuesto que no, Luna! Matteo es como un hermano para mí. Yo amo a Simón.

— Él no te gusta pero tú si a él.

— ¿¡Qué!? Lunita te estás equivocando.

— ¡Matteo rompió conmigo! — veo como miles de lágrimas comenzaron a salir de sus ojos — me cortó...dice que ya no siente lo mismo por mí — su voz se comienza a quebrar — que siente todo por mí pero menos amor.

— Eso es imposible Luna. Matteo te ama.

— ¿Acaso estás sorda o qué? ¡Terminó conmigo Ámbar! ¡Puso fin a nuestra historia!

— ¡Aquí la única sorda eres tú! Sorda porque no escuchaste los latidos de su corazón ya que palpita por tí. Luna tú no tienes idea como se ponía cada vez que te veía, antes de que ustedes no fueran nada...no dejaba de hablar de tí, tú fuiste la única chica en su vida con la cuál, se mostró tal y como es — me le acerco más — Lunita, tú sabes muy bien como somos Matteo y yo. Creídos, un poco egoístas pero lo más peor es que no somos de demostrarnos tal y como somos ante los demás, solo verdaderos amigos nos conocen tal y como somos pero gracias a tí y a Simón, ya nos mostramos tal y como somos ante cualquier persona. Ustedes lograron romper esa barrera de creernos mejores que los demás, ese escudo donde nos escondíamos ambos.

— Tú no lo entiendes Ámbar — se sienta en la cama, mientras con sus dedos trata de secar sus lágrimas pero fué inútil, ya que unas nuevas volvían a salir con fuerza de sus ojos — yo sé que es verdad todo lo que has dicho pero...— agacha la mirada y yo decido sentarme a su lado y tomar una de sus manos, ella se sorprende y decide mirarme a los ojos — me dijo cosas horribles — vuelve a romper en llanto — y yo sentí que todo lo que me dijo era verdad...por más que me niegue a mí misma, sé que lo que dijo, él lo siente...ya no es el mismo de antes, él cambió mucho cuando tú...— calla y deja de mirarme.

¡Oshe tú! ¡Deja de mirarme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora