Marcos
Le escribo a Elena para decirle que estoy deseando verla. Hacía mucho que no estaba tan nervioso por quedar con una mujer. Incluso después de ducharme, paso un rato pensando en lo que me voy a poner. Me decido por un pantalón vaquero oscuro, una camisa de pequeñas rayas blancas y azules y un jersey azul marino encima.
Llevo un buen rato mirando el reloj, qué lento pasa el tiempo cuando tienes ganas de ver a alguien. Estoy tentado de decirle a Fer que me voy yo antes y le diga a Ari que lo recoja, pero pienso que Elena aún no está preparada y no digo nada. Sentado en la silla del escritorio que hay en mi habitación, dibujo círculos en un folio sin ni siquiera mirar, esperando a que llegue la hora.
A las ocho menos cuarto, pico en la puerta de mi amigo, que abre también preparado.
-¿Nos vamos? – me pregunta saliendo de su habitación.
- No veo el momento.
Nos montamos en el ascensor para bajar, atravesamos el vestíbulo del hotel y nos dirigimos a mi coche. De camino a por las chicas, Fer y yo conversamos.
- Te veo ilusionado – me dice.
- Hacía mucho que no me sentía así con una mujer, hermano.
- A lo mejor es señal de que ha llegado la definitiva.
- Eso nunca se sabe.
- Aunque si aceptas un consejo – prosigue – No te encapriches mucho de ella.
- Elena no es un capricho.
- Me refiero a que tú te vas mañana a Sevilla y que ella volverá a Barcelona en unos días. ¿Y luego qué, Marcos? ¿Vais a mantener una relación a distancia?
- No lo sé, no quiero pensar en eso ahora.
- Pues deberías. No te lo tomes a mal, te lo digo por el bien de los dos.
- Lo sé Fer, te lo agradezco.
Mi amigo me da una palmada en la pierna y continuamos el resto del camino callados.
A las ocho en punto estamos delante de la casa, salimos rápido del coche y picamos al timbre. Esperamos unos segundos y vemos como Marina abre la puerta de casa y se dirige escaleras abajo para abrirnos la reja.
- ¡Hola chicos! – Nos dice dándonos dos besos – Adelante.
Subimos los escalones mientras ella vuelve a cerrar la puerta. Siento los nervios recorrerme todo el cuerpo, solo deseo ver a Elena. Mi amigo me da una palmadita en la espalda en señal de tranquilidad y yo se lo agradezco.
- Pero bueno, qué guapos estáis los dos – nos dice Ari mientras se acerca a saludarnos.
- Gracias – dice Fer – Tú también estás muy guapa.
- Elena baja ya – Dice Ari mirándome mientras sonríe. Seguro que nota mi nerviosismo.
Oigo como baja las escaleras. Elena aparece con unos vaqueros muy ceñidos y un jersey ancho que le sienta de maravilla. Lleva su larga melena rizada suelta y se la aparta a un lado. Se ha pintado los labios rojos, unos labios que estoy deseando morder y unos zapatos de tacón que la hacen más sexy si cabe.
- Buenas – nos dice sonriendo mientras viene hacia nosotros.
- ¿Qué pasa Elena? – la saluda Fer.
- Madre mía niña, me has dejado sin palabras – le digo bajito mientras ella me da las gracias y dos besos.
¿Dos besos? Pensaba que después de lo que pasó ayer entre nosotros, nos daríamos un beso en la boca o algo así. Pero bueno, la noche es larga y no quiero empezarla metiendo la pata.
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La Banda Sonora de Elena
Romance#Wattys2018 #DreamAwards2018 Elena y Marcos se conocen en un viaje. La atracción es mutua desde el primer momento en que se ven, y las chispas saltan cada vez que se rozan. Ella vive en Barcelona y él en Sevilla, y a pesar de la distancia, deciden d...