Abrázame

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Marcos

Me ha costado la misma vida dejar a Elena en casa. Me han entrado ganas de no dejarla bajar del coche y escaparnos los dos a algún lugar perdido.

Voy camino del hotel a recoger a mi amigo. Le doy al botón verde del bluetooth. "¿A quién desea llamar?" pregunta el aparato.

- Fer – digo alto.

"Fer". Repite.

Un tono. Dos. Tres.

- ¡Marcos! ¿Estás ya abajo?

- Voy de camino, tardo cinco minutos en llegar. Salte a la puerta.

- Ok hermano. Hasta ahora.

Cuelga.

No puedo dejar de pensar en la maravillosa noche que Elena y yo hemos pasado juntos. Jamás pensé estar así de a gusto con una mujer a la que apenas conozco, pero que desde el primer momento, tengo la sensación de llevar años conociéndola.

Cuando llego al hotel ya está Fer esperando. Se quita el abrigo y se monta en el coche a la vez que se desabrocha el botón de la americana de su traje. Choca mi mano con fuerza.

- ¿Qué pasa tío? Buenos días – dice poniéndose el cinturón.

- Buenos días hermano.

- Cuéntame, me tienes en ascuas desde anoche.

- Madre mía Fer, me voy a volver loco.

- ¿Por qué?

- ¿Cómo puede ser que sin conocerla se me haya metido tan adentro? – me sincero.

- Te ha dado fuerte, sí.

- Anoche después de cenar nos fuimos al hotel y nos acostamos.

- Eso no hace falta que me lo cuentes, que lo sé – me interrumpe mi amigo.

- No me interrumpas por favor – le pido - Nos acostamos, e incluso nos duchamos juntos. Y cuando mejor estábamos me dijo que era hora de marcharse a casa.

- Pero no se fue... - me invita Fer a continuar.

- No se fue. Le pedí que se quedara conmigo.

Con los ojos en la carretera, noto como mi amigo me mira y sonríe.

- No hay quien te reconozca – dice.

- Se lo pedí porque en el momento que dijo que se iba, me sentí vacío – confieso.

- Joder Marcos, ¡¡tú te has enamorado!!

- Venga ya Fer, no te lo tomes a cachondeo. Me preocupa el tener que separarnos. La distancia es enorme y cada uno tenemos nuestra vida, ella en Barcelona y yo en Sevilla.

- ¿Y qué quieres decir con eso?

- ¿Cómo va a funcionar algo a mil quilómetros de distancia? – pregunto. Aunque no sé si quiero una respuesta.

- Mira Marcos, si no estás seguro, mejor dejar las cosas claras antes de irnos. Así ninguno de los dos lo pasaréis mal – me aconseja.

- Es que yo no quiero dejar las cosas claras Fer. Yo quiero seguir conociéndola.

- Entonces lucha, hermano. Lucha.

Asiento con la cabeza y cambio de tema. Prefiero no pensar.

- ¿Tú que tal con Marina y Ari?

- Genial, son unas tías estupendas. Nos fuimos a Benicássim, a un bar donde preparan unos bocadillos que no les puedes hincar el diente fácilmente.

La Banda Sonora de ElenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora