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-¿Just? -me llamó ____ mientras reíamos con los chicos quienes me habían hecho otra visita.

-¿Ya es la hora? -preguntó mamá que un segundo antes reía con nosotros.

El ambiente se volvió tan tenso que podía sentir el aire incluso más pesado o, tal vez, era yo el que no podía respirar con normalidad.

____ se acercó hasta mi cama y tomó mi mano, sus dedos temblaban -eso no lograba que yo recobrara la compostura- y me llevé su palma a mi boca antes de darle un suave beso con los ojos cerrados.

-Tranquila, amor -susurré para ella y tratando de creer en mis propias palabras.

-Nosotros estaremos por aquí, Justin. Todo saldrá bien, lo sé -dijo Chaz, los demás se acercaron a darme un apretón en el hombro antes de salir.

-Gracias, muchachos -pronuncié sinceramente con un nudo en la garganta mientras los oía partir-. ¿_______ Hadgen? -la llamé-, te amo con toda mi alma, lo sabes ¿cierto?

-Lo sé -musitó ella con la voz quebrada.

-...Y no importa lo que pase, estarás aquí -le dije llevando su mano a mi pecho-, y aquí -hacia mi cabeza.

Ella arrimó su rostro al mío y acarició mi nariz con la suya, unió nuestros labios en un beso que me dio a entender que no necesitábamos palabras para decir cuán grande era nuestro amor. De verdad no pensaba que me merecía alguien como ella. Un verdadero ángel.

-Te amo -murmuró, luego tomó aire y volvió a hablar un poco más tranquila -. Estaré aquí cuando despiertes -me prometió.

-Es lo único que pido -acepté. Me regaló un beso corto.

-Llamaré a los enfermeros -dijo y se alejó dejándome sólo por un minuto entero.

-Hola, Justin -me saludó alguien cuya voz me resultaba conocida de alguna parte pero no lograba descubrir de dónde-. Soy Andrew -dijo.

-Hola, Drew -le respondí con una sonrisa.

Él y otro hombre me pasaron de la cama a una camilla con mucha facilidad.

-¿Just? ¿Hijo? -dijo mamá tomándome de una mano y siguiendo a mi lado mientras la camilla avanzaba-, ten fe ¿ok? Te estaremos esperando aquí cuando despiertes. Tú estate tranquilo.

-Tú también, mamá. Te quiero.

La mano de mamá desapareció tras el sonido de una puerta rebatible y sentí una corriente aire frío acariciándomela. Mientras tanto, ____ se mantenía soldada firmemente agarrada con sus dedos entrelazados con los míos y no los soltó a lo largo del trayecto desde mi habitación hasta el quirófano, tampoco cuando supe que estaba en el lugar exacto al detenernos y cambiarme de camilla otra vez ni cuando el doctor me saludó animado y me explicó que sus colegas también estaban presentes.

Lo oía confiado, aunque eso no significara mucho en el momento de operar, los nervios podían traicionar en cualquier momento, la concentración no debía fallar o sería yo quien tuviera que pagar aquel costo alto.

Los enfermeros volvieron a intervenir para girarme de modo que quedara con el rostro acomodado de lado, el corazón me latía rápidamente y es que la expectativa, el saber que de aquello dependía mi vida es más de un sentido no lograba tranquilizarme ni una pizca.

-Anestesia -pidió el doctor Mayer y fue cuando la mano de ____ soltó la mía.

Sentí que el adormecimiento se propagaba por mi cuerpo a través de mis venas y lo último que oí fue un 'Te amo' de ____ cuando ya no estaba seguro de haberlo oído en realidad.

Me había sumergido en una oscuridad, la misma de todas las noches mientras dormía pero esta era más fría, incluso más tenebrosa como no la había sentido en todos esos meses.

No sentía nada, ni siquiera estaba seguro de si debería estar sintiendo algo, cualquier cosa, al menos un pequeño dolor, una punción, un estremecimiento o un roce. No sabía del tiempo y pronto olvidé también dónde estaba. Podrían haber pasado horas como así escasos segundos y todo lo que pedía era a _______.

La necesitaba tanto que la sensación parecía quitarme el aire. Temía no volver al escucharla, no tener jamás la oportunidad de verla, no conocer jamás su rostro, no poder estrecharla nunca más entre mis brazos, no escucharla susurrar en mi oído por las noches... no poder ver a mamá, no disfrutarla como quería, no volver a escuchar la risa de Sara o sus curiosas preguntas hacia mi persona.

Temía inclusive no poder sentir nada más. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué todo era tan vacío?

Temía que todo se hubiera complicado. Tal vez algo había salido mal. ¿Por qué no despertaba? ¿Había dejado sola a mamá? Destrozaría a Sara, abandonaría a ____.

Rogaba porque no hubiera sido el fin, no podía serlo, pero ¿cómo saberlo?

Todo seguía oscuro y frío y me aferré a mi oscuridad por más horrible que pareciera. Ni siquiera podía decir que estuviera soñando, mi mente seguía en negro, nula, inútil, como si estuviera apagada o desconectada.

De repente, vislumbré una luz blanca a lo lejos, una luz cuyo haz se ampliaba con rapidez hasta cegarme como si estuviera frente a los faroles de un camión y luego de nuevo la oscuridad como si nunca hubiera habido luz.

____. Mamá. Si estaban allí, denme una señal.

Nada. Silencio.

Luz de medianoche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora