"¿La última de las medianoches?"

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Capítulo XXXVI.

"¿La última de las medianoches?"

Oscuridad. Silenciosa oscuridad que llenaba todos los recovecos de mi mente. Negro y más negro proclamando su reinado en cada parte de mi cabeza.

Sonidos apagados y agudos en algún instante, susurros formando plegarias a lo lejos, voces inconexas y ruidos desesperantemente repetitivos... de nuevo silencio.

¿Cuánto de aquello era real? ¿Cuánto mera imaginación mía? ¿Cuánto jugarreta de mi mente?

No estaba seguro de nada, no podría decir si estaba más vivo que muerto, o más cuerdo que desquiciado. Tal vez la respuesta era que simplemente todo había salido mal, tal vez y jamás debí de confiar en la medicina.

¿Lo había perdido todo?

Oscuridad tan conocida como temida, no quería volver a vivirla y al mismo tiempo era lo que más deseaba, al menos saber que podía vivir algo en el mundo.

-¿Qué hora es, hija?

-Como las dos.

Murmuraban dos voces femeninas muy lejanas, a volumen muy bajo como si se tratara de un radio de poco alcance.

-¿Y dices que todo salió bien? -preguntó la primera voz.

-Sí, todo fue un éxito -afirmó la segunda, un tanto más dulce y que por alguna razón lograba que sintiera cosquillas en el pecho.

-Entonces, ¿por qué no despierta?

-No lo sé -admitió con seriedad la segunda voz-. Debería estar haciéndolo. Tal vez ya nos oye sólo que no debemos presionarlo, fue una operación larga y tuvo mucha anestesia en su cuerpo.

De nuevo silencio. ¿Ellas habían callado o yo me había vuelto a sumir en la oscuridad?

No podía hablar, no podía hilvanar ideas, ni siquiera tenía alguna pista de dónde estaba. Perdido en la maraña de silencio y oscuridad que no me permitía descifrar ninguna palabra o codificar alguna nota de voz.

-¿____? ¿Estás bien?

-Sí, Pattie, sólo estoy cansada.

-Mira, __, no soy tu madre pero me doy cuenta de las cosas y esto no es sólo cansancio. ¿Qué sucede? Es por Just, ¿cierto? Si algo salió mal, dímelo por favor -rogó la voz más lejana a mí.

La de mamá. Casi podía jurar que era ella, reconocería una voz que viniera oyendo por tantos años. Era la misma que se unía a recuerdos en sepia de imágenes de un niño de rizos rubios y andar inquieto, y una mujer de cabello color marrón y ojos verdes con miel.

-No tiene que ver del todo con la operación... -susurró ____, mi ____.

La misma chica sin rostro, o uno irreal, nunca visto, pero no por eso menos hermoso. Ella lo era, estaba seguro.

-¿Qué pasa? -habló mamá con voz conciliadora.

Sí, ¿qué pasa?

_______ suspiró y deseé poder tener la suficiente fuerza como para levantarme y abrazarla ahora que comenzaba a unir cabos sueltos. Ahora que al menos sabía que no estaba solo.

-Tengo miedo -musitó casi sin volumen.

-¿A qué temes, hija?

____ volvió a suspirar y sentí un roce en una mano. ____, mi amor, si tan sólo pudiera hacer algo para reconfortarte.

-Tengo miedo a lo que le parezca cuando despierte -dijo a media voz, como si hablara con las mantas -, estoy segura de que volverá a ver ¿y si al verme se decepciona? ¿Y si piensa que lo nuestro no puede continuar? Lo dejaré ir si es lo que quiere, aunque no imagine mi vida sin él -tomó aire y quise gritar-. He visto a Alice... -guardó silencio-. Es hermosa, cualquier persona pierde autoestima de sólo estar cerca, sé que él y ella pasaron mucho tiempo juntos por lo que su historia debe ser difícil de olvidar y yo... bueno, no tengo ni pizca de ella.

Luz de medianoche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora