Adaptación

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Habían pasado un par de días desde lo ocurrido, Sasuke se concentraba en que el menor se adaptará lo más rápido posible a aquella nueva vida... Era difícil, pero no imposible. La confianza del rubio hacia Sasuke era mayor, ya no le temía y hasta podría decirse que se aferraba a el en los momentos de mayor sufrimiento, lo cual era un gran avance.

Lo peór para Sasuke era el presenciar la agonía del rubio durante sus pesadillas nocturnas. En esos momentos la casa se llenaba de sollozos y gritos ahogados. Lo único que le quedaba era despertarle tomando su mano mientras susurraba que estaba a salvo porque el lo cuidaria. Las lagrimas recorrian su rostro al momento en que se dejaba abrazar por el mayor, encontrando el consuelo que le faltó en tantas noches frias.

Era algo tan horrible que estrujaba su alma el saber que Naruto debía pasar por tantas cosas, inclusive aun luego de terminar aquella etapa a la cual nunca permitirá que se repitiera. El cansancio físico y mental que le daba dicha situación no representaban algo muy importante para Sasuke, el tan solo podía pensar en la manera de aliviar el dolor del menor.

—Naruto—Su llamado atrajo la mirada atenta del rubio, quien estaba llevándose una taza de te a los labios, su cuerpo estático en aquella graciosa posición hizo que el mayor sonriera. —Quería preguntarte si estas interesado en.. en ir a un psicólogo. —Su voz sonaba suave y compasiva,esto se sintio personal para él rubio.

—¿Crees que estoy loco?—Frunció levemente el ceño, dejando con cierta torpeza la taza en su lado de la mesa.

—No —Sasuke se apresuro a contradecirlo, no era lo que quería decir—Los psicólogos no tratan a las personas locas Naruto. Es un lugar donde puedes soltar todos tus pensamientos, recibir consejos, liberarte de todo. Es algo muy bueno, una relación de confidencialidad con el profesional,sabes que el no dirá nada de lo que le cuentes. Te haría muy bien —Le dedico media sonrisa, como si esta rogaba que aceptara la oferta mientras Naruto lo miraba casi entrecerrando los ojos.

—¿Y porque querría yo ir a un psicólogo? —Desvió la mirada, tomando nuevamente la taza sobre sus manos, nervioso.

Sasuke lo miro durante unos segundos, analizando su comportamiento.

—¿Te da miedo? —mascullo un poco inseguro de su comentario, obteniendo la mirada de Naruto de forma instantánea.—Si quieres puedo estar ahí contigo hasta que te acostumbres, o inclusive podría ser una chica si eso te pone menos nervioso. —Vio como el rubio se removía en su lugar un tanto incomodo —Has pasado por mucho, y no esta bien que convivas con esos pensamientos sin soltarlos.

El silencio reino en el gran salón donde estaban. Naruto mantenía la mirada en el oscuro café de la taza,apretando los labios levemente.

—Entonces... Me gustaría que me acompañaras—Sasuke sonrió levemente accediendo al pedido del menor.

—De acuerdo, termina tu desayuno, hoy volveré mas temprano, debemos prepararnos para cuando debas ingresar al instituto ¿si?— tras recibir un asentimiento del mismo revolvió los cabellos del menor de forma amorosa antes de irse a trabajar.—¡Regreso pronto!

La puerta principal sonó anunciando la partida del mayor, Naruto sintió como el silencio reinaba en aquella gran casa, apresurándose a terminar de desayunar para luego correr hacia el jardín de misma

Todas las tardes, cuando Sasuke llegaba del trabajo, ambos estudiaban alrededor de unas 3 horas, para luego cocinar juntos . Era divertido, considerando que Naruto no había hecho eso en años. Poco a poco comenzaba a sentirse parte de ese lugar, que en algún momento comenzaría a llamar hogar.

El verdadero problema era cuando el azabache debía ir a trabajar. Estar tanto tiempo solo en una casa tan grande le hacia aburrirse demasiado. Había una gran biblioteca, pero siendo sincero, le aburría mucho mas tener que leer. No le quedaba otra que mirar televisión, ejercitarse un poco en el gimnasio de la casa o quedarse en la hamaca colgantes del jardín que daban vista a la piscina he el invernadero. Había paseado tantas veces por toda la casa que se la sabia como la palma de su mano.

Su piel comenzaba a tornarse morena, puesto a la gran cantidad de horas que pasaba sentado en esas sillas donde el sol pegaba de lleno provocando él broceado, donde a veces llegaba a dormirse sin percatarse de que se quedaría como una tostada pasada de ronda.

Observar el paisaje que le brindaba aquel asiento era algo que amaba hacer, como que la mente se enriquecía de paz y no podía pensar en nada mas que el sol y el viento estampandole el rostro, llevándose cualquier rastro de pensamientos no deseados. Amaba dejar de pensar en aquellos momentos, dejar de mortificarse por el pasado.. Al menos por unos minutos.

Varios días lloro tras ver el paisaje, otros donde rio y otros donde simplemente disfruto. Sabia que lo que paso era algo que nunca se iría de su mente, que siempre lo tendria marcado hasta su muerte. Pero al menos podría superarlo con el tiempo, hacer menos notoria tal marca.

Durante ese tiempo junto al azabache se dio cuenta de la clase de persona que era, al menos por ahora lucia gentil y lleno de amabilidad.

Ciertamente, aquellas cualidades le daban cierto rechazo, no por el, si no por lo que muchas personas le habían hecho creer fingiendo ser buenos , gentiles, amables.... y terminaban siendo todo lo contrario... Se le hacia dificil confiar.

Observo como el agua cristalina era movida de forma lenta por el leve viento que zumbaba los oídos, y como los rayos de sol eran reflejados hasta estamparse en el rostro cegándolo un poco. Quería meterse, pero de hacerlo se ahogaría y realmente no le interesaba demasiado tal idea, prefería esperar un poco hasta aprender a nadar y tal vez así, podría meterse con total confianza a esa piscina de considerable profundidad.

Trataba de dejar atras todo pensamiento que fuera un recuerdo de lo que habia pasado, era sumamente dificil hacerlo, pero el simple hecho de tenerlos presentes era el doble de difícil.

Podría llegar a decir que se sentía sucio, he impuro... Aún sabiendo que no había sido culpa suya.. O la menos dudando de ello. Era algo asqueroso, cada vez que cerraba sus ojos podía sentir el tacto de aquellas bestias tocando su cuerpo de forma vomitiva y lo peór era el que se repitiera noche tras noche sin descanso alguno.

El sonido de la puerta corrediza colocada detrás suya lo despejó de sus pensamientos

—¡Buenas tardes!

¿Que hacía el pelirrojo ahí?

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Mi Tutor (SasukeXNaruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora