Toma el teléfono, Denisse. Tomalo y llama, sólo llamale y dile.
¿Y si no quiere cambiarlo? No podras hacer nada y Ryan no va a cooperar contigo para la investigación. Adios a tu gran libro.Me peine con la mano como si fuera a verme y tomé el celular que llevaba horas mirando.
Marqué el numero de Jared y suspire ondo. Al tercer timbre me atendió.
—Jared...
—Que bella casualidad, Denisse—. Su voz tranquila y alegre era inigualable —Llegue hace una hora y la busque en su trabajo pero me dijeron que trabaja en el turno de la mañana.
—Eh, si, además me fui temprano.
El recuerdo de Ryan sentado tranquilamente con un cadáver a un lado de volvió a la cabeza y me hizo estremecer.
—Bueno, fueron muy amables en proporcionarme la ubicación del edificio donde esta tu departamento...
—Eso es ilegal—. Me reí un poco.
—Podría discutir contigo todas las leyes del mundo pero hace un poco de frío aquí afuera. ¿Me dejarías pasar si estuviera en tu puerta?.
El timbre sonó y di un gran salto de la cama hacia el espejo para acomodarme el cabello y la bata de dormir. No pudo haber llegado hace media hora cuando aun estaba usando mi ropa del trabajo, tenia que hacerlo cuando estaba por irme a dormir. Me arranque el parche para quitar puntos negros de la nariz y corrí a la puerta.
Cuando abrí, un gran ramo de rosas me impedían ver su rostro.
—Oh, por dios. Que hermosas—, las recibí y note que sonreía — no era necesario el presente, únicamente tu presencia es una gran sorpresa.
—Uno no llega a la casa de un mujer a la que pretende sin flores.
Lo invite a pasar mientras ponía las rosas en un florero en la mesa. El aun tenia con el su maletín donde seguramente guardo las cosas que necesito durante su corto viaje.
Prepare un café para ambos y me senté en el sofá junto a el con las piernas cruzadas y apoyándome en el respaldo para verlo directamente a los ojos cuando hablábamos.Charlamos durante mucho tiempo sin tener ningún tipo de problemas. Todo fluyo perfectamente hasta que se me ocurrió preguntar por su trabajo en estos días y recordé que tendría que pedirle que faltara mañana para poder cumplir con mi parte del trato.
—Estuvo bien, como cualquier otro traslado de una cárcel a otra. Mejor cuéntame , ¿Cómo te fue con Ryan?.
Ryan era mi problema.
—Eh, bien. Relativamente bien..., ya sabes, no pueden ocurrir muchas cosas buenas cuando haces sesiones de preguntas profundas con asesinos y criminales pero, supongo que a pesar de que había mucha probabilidad estadística de que algo saliera mal, nada trágico ocurrió con mi persona.
Jared me miro como si no hubiera entendido lo que dije, quizá debí haber hablado mas lento.
—¿Estas segura de que esta todo en orden?—, diablos — te noto algo nerviosa.
—Si,— fruncio el ceño —dime si ese animal te hizo algo para...
—No pasó nada, Jared. Estoy bien.
Piensa en algo para que olvide el tema de Ryan, Denisse. Eres psicóloga, tienes que saber como manejar la mente inconsciente de un hombre que gusta de ti aparentemente.
—Bueno, quizá lo este pero es culpa tuya, no del señor Tucker—. Trate de parecer tranquila al decirlo.
Su sonrisa volvió a aparecer. No me di cuenta de en que momento comencé a analizar sus labios detenidamente, quizá me quede mirando ese punto de su rostro demasiado tiempo por su peculiar curvatura. De la manera que halla sido, me hizo pensar en el tiempo que tengo sin besar a nadie.
Ya no puedo recordar cuando fue la ultima vez y estoy segura de que no fue para nada importante.
Note como el rostro de Jared se acercaba mas al mio a cada segundo y después se detuvo. Lo mire a los ojos y ahora era el quien miraba mis labios.—¿Seria de mal gusto decirle que tengo ganas de besarte?.
—¿Me estas pidiendo permiso para besarme?.
—Eso parece—. Susurro.
Me reí un poco y lo tome suavemente del cuello para atraerlo hasta cortar el diminuto espacio que separaba nuestros labios.
Fue un beso un poco raro; no coordinábamos bien, ambos estábamos nerviosos como dos jóvenes dando su primer beso. No importo, despues habria muchos mas para tomar el ritmo.
Cuando nos separamos vi mi oportunidad de decirle.
—Jared...
—¿Si?.
Él sonreía con los ojos cerrado. No supe si era porque había odiado el beso o le había gustado.
—¿Recuerdas nuestra cita de este domingo?.
—Por supuesto.
—Pues resulta que tengo algo que hacer ese dia y ...
—Si me cancelas despues de esto te juro que me pondre a llorar—. Se rio —No es eso, ¿Verdad?.
—No, claro que no—, sonreí —solo que este domingo tengo cosas que hacer y no creo que podamos salir ese día. ¿Podemos pasarlo para mañana?.
Lo dije así sin mas. Despues de repetírmelo tantas veces en mi cabeza, al final me habían salido solas las palabras.
—¿Para mañana?—, asentí —pues...trabajo mañana.
Y esa era la razón por la que no quería hacer esta pregunta. Para ver su rostro mientras se debatía entre salir conmigo o ir a hacer lo que se supone que tiene que hacer.
—Lo se, es que es el día menos ocupado de mi semana. Pero si no puedes yo...
—De acuerdo—. Me interrumpió.
—¿De verdad?.
—Claro. Que otro cuide a los presos—, tomo un mechón de mi cabello y lo puso detrás de mi oreja —solo un tonto te cambiaría por cientos de criminales.
Volvimos a besarnos, y después volvimos a charlar sobre cosas de la vida comunes y corrientes.
Mientras el hablaba lo único en lo que yo podía pensar era en que había cumplido mi parte del trato y se suponía que todo estaría bien...pero tenia la sensación de que no estaba ni cerca de terminar con esto.
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Ahí te liberaré...
Romance-Le mentiría si le dijera que fui así de frío lastimando a las personas como lo soy ahora con mis compañeros de celda- soltó una risa pequeña. -Me ocurría lo mismo con un arma en ese entonces que a usted conmigo. Fruncí el ceño. -¿Qué cosa?. -Le da...