Capítulo 41 Atrapados.

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Ryan encendió el auto y yo me recosté en el asiento mientras él me acariciaba la mano.
Todo parecía ir bien hasta que Jared salió corriendo del edificio agitando los brazos como si nos gritara que nos fuéramos rápido.

—¿Qué caraj...?— Ryan vio por los espejos. —¡Mierda!.

—Su vocabulario va a en decadencia, señor Tucker.

—Nos atraparon.

Con esas dos simples palabras mi corazón se detuvo un momento y después, como si hubiera tomado impulso, comenzó a latir rápida e incontrolablemente.

Un vehículo se estrelló en la parte de atrás del auto y otro más en la puerta de Ryan.

—¡Hágase a un lado!— me tomó del brazo y tiró de mi para evitar que el auto que se estrelló en mi puerta me lastimara.

Él le hizo una señal igual a Jared que la que él nos había hecho para que entrara al edificio y no lo vieran tratando de advertirnos, pero este negó.
Se acomodó el uniforme como si fuera a meterse en personaje y sacó su arma. Por un momento pensé que estaba con ellos, pero trató de tranquilizarme con un guiño.Yo estaba ahora sentada a medias en el asiento y la puerta abollada.
El brazo de Ryan se apretó alrededor de mi espalda y mis dedos se aferraron a su pierna.

—Me va a hacer sangrar— dijo Ryan buscando calmarme mientras buscaba la manera de escapar. —Vas a tener que actuar de víctima de nuevo, preciosa.

—¡Ya está rodeado! ¡Manos arriba y libere a la rehén!.

Debieron haber llamado policías honrados porque al parecer creían que estaba ahí por Ryan y no por una trampa de los suyos.
Mi imagen era deplorable, no iba a ser necesario que dijera nada para parecer una víctima traumatizada, pero no me preocupaba por mí en ese momento.

Jared apuntaba de frente pero estaba segura de que no corríamos peligro con él. Las armas que me intimidaban eran las de los otros tres lados.

Mis manos temblaban al mismo tiempo que mi mente trataba de maquinar un plan donde pudiera salir de este lugar con Ryan a mi lado pero simplemente la situación resultaba imposible.

Mi respiración se aceleró para competir contra mi corazón por ver quién era el primero en llevarme a un ataque de pánico.

Miré a todos los lados posibles buscando una salida, pero efectivamente estabamos rodeados. Ryan también estaba buscando soluciones, pero al mismo tiempo que me comencé a alterarme sentí que dejó de moverse.

—Tranquila— me susurró pegando sus labios a mi oído. —Todo está bien, no te preocupes.

—Nada está bien. ¿Qué hacemos ahora?— mi voz se quebró cuando formule la pregunta.

Me acarició el cabello y me besó la frente.

No teníamos salida esta vez.

Ahí te liberaré...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora