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Pov Suga

Hace algún tiempo que me había escapado de casa luego de terminar la preparatoria. ¿Por qué un chico que era parte de una familia religiosa y honrada escaparía tan solo así de su hogar? Pues desde que se enteraron de que trabajaba tras la barra de un bar gay, no dejaban de juzgarme y meterse conmigo, simplemente me cansé.

Mi compañero cercano de barra es algo escandaloso algunas veces, y hasta insoportable, tanto como una madre, pero así era Kim Seok Jin, a pesar de cualquier cosa, lo quería.

Nuestro otro compañero de trabajo, era realmente callado, no conocía su nombre completo ya que no congeniábamos mucho que digamos, pero sé que se le dice Baekhyun.

En fin, vivía con Jin en su casa rosa y llena de colores pastel, nada parecido a mi personalidad. Aunque hace algún tiempo, Jin me convenció de pintarme el cabello de azul y lo consideré, me gustó y lo mantuve así.

Justo ahora iba en camino hacia mi motocicleta pero en la banca de la parada del bus, divisé a Park Jimin, el rubio que me mantenía entretenido aquellos días en los que asistía a misa los domingos.

— Es tarde y... no creo que pase algún bus... ¿Quieres que te lleve a algún sitio en específico? — Pregunté mirando su rostro. Detallé su nariz y orejas rojas por el frío. Se mantuvo callado e hizo un leve puchero de seguro fingiendo molestia, a mis ojos era la imagen más adorable. — Vamos... Te congelarás

— No quiero... y menos si eres un extraño — Refunfuñó desviando el rostro. Se notaba su incomodidad por mi mirada fija en él.

— Min Yoon Gi... Mucho gusto Park Jimin ¿No? — Extendí mi mano. Sonreí al ver como con el rabillo del ojo me examinaba con desconfianza.

— Tienes el apellido de la familia que quiere estar a la par con la mía en cuanto a asuntos de la iglesia... ¿Por qué no te había visto antes? — Interrogó tomando mi mano con las dos pequeñas suyas que buscaban calor desesperadamente.

Me sorprendió que no me preguntara el cómo sabía su nombre.

— Es cierto, formo parte de esa familia tan "dedicada" a la comunidad, pero no me gusta ir mucho a la iglesia... Me siento al fondo los domingos... Solo eso. No vivo con ellos, por eso no me ves en esos lares — Expliqué soltando sus manitas y guardando las mías en los bolsillos laterales de mi abrigo negro.

— Yo... Estaba esperando el bus porque ahora mismo tengo que ir a la iglesia... — Bajó su mirada abrazándose de nuevo. — Ya que dijiste que podías llevarme... No te importaría hacerlo ¿Cierto?

De pronto su mirada se volvió triste, pensé que iba a llorar, casi se me parte el corazón en pedazos. Cuando sus ojos comenzaron a aguarse frunció el ceño y se levantó de golpe para que no me diera cuenta de su repentino cambio de ánimo.

— ¿En serio quieres ir? No pareces tan a gusto con ello... — Musité preocupado intentando acariciar su rostro pero se alejó dándome la espalda.

— ¿Me llevarás o no? Tengo que... ir — Su voz se escuchó temblorosa, y sin insistir en presionarlo, suspiré y caminé hacia él.

— Mi motocicleta está cerca de aquí... Vamos — Moví la cabeza hacia la izquierda para que me siguiera, y así lo hizo. Sus pasos pisaron sobre los míos. De reojo pude notar que aún mantenía la cabeza gacha y sus cabellos rozando sus ojitos. Lo primero que se me vino a la cabeza fue que le habían obligado a venir amenazándolo con que lo golpearían o algo por el estilo, aunque no me haría muchas ideas, después de todo no conocía la familia Park.

Tras caminar un poco más, llegamos a mi motocicleta que estaba estacionada junto a una tienda de tatuajes. El dueño que era mi amigo estaba al cuidado de mi muy preciado vehículo. Le dije a Jimin que me siguiera dentro a buscar mis llaves.

ANTE MIS OJOS ERES UN ÁNGEL⠀•⠀Yoonmin⠀[ +21 ]⠀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora