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-hyung, tienes harina en la cara. - rió mientras desataba y quitaba su propio delantal. - ven, déjame ayudarte. 

Se acercó al mayor y pasó un pañuelo en su mejilla para quitarle la harina, aprovechando para mirar sus facciones y es que, demonios, Yoongi era tan lindo. 

-gracias. - habló el mayor cuando Jimin se alejó un poco y tomó el pastel que habían hecho. 

-lo meteré al horno, podemos comer y luego le llevaremos un poco a mamá. 

-sí. - asintió. 

El reloj apenas daba las 1 de la tarde, aún faltaba mucho para ir a buscar a Jungkook. 

-ah, hyung. - llamó Jimin luego de cerrar y encender el horno. - ¿no tenías que ir a la pizeria? 

-me tomé el día libre, ¿qué quieres hacer ahora? 

-no lo sé. 

Ambos se mantuvieron en silencio, mirando hacia cualquier lado. 

-hyung... 

-dime. 

-eso del trato... ¿Tienes algo en mente? 

Y es que Yoongi ya no podía ocultarlo más. 2 semanas de convivencia con Jimin le hizo saber que realmente valía la pena arriesgarse, que debía hacerlo. 

Una mínima esperanza tenía, aunque sea muy pequeña. 

Estaba listo para ser rechazado, estaba listo para recibir un golpe y varios insultos, estaba listo para verlo marchar con su maletas. Estaba listo para decirlo. 

Con poco valor que reunió en su interior, finalmente habló. 

-creo que sí. Cierra los ojos. 

-¿ahora? - preguntó sorprendido. 

-ahora. - sentenció - hazlo, dijimos que no te negarías. 

Por la voz de Yoongi, Jimin se estremeció y suspiró para luego cerrar los ojos. 

-¿qué harás? - preguntó curioso, cuando sintió unas manos en sí cintura - ¿hyung? 

-a partir de ahora no me digas hyung. - si voz sonaba temblorosa. 

-pero... Yo...

No fue capaz de continuar. 

La presión en sus labios lo hizo abrir los ojos de repente. 

Yoongi lo estaba besando. 

El repartidor de pizza lo estaba besando. 

El hijo del hombre que trata de matar lo lo estaba besando. 

Un chico millonario lo estaba besando. 

El chico que le gusta lo estaba besando. 

Solo fue un roce, no hubo movimiento por parte de ninguno, pero Jimin supo que Yoongi mantuvo sus ojos cerrados todo el tiempo. Abriendolos solo cuando se separó de él. 

-Y-Yoongi... - murmuró, y cuando los brazos del mayor se separaron de él, sintió frío. 

-no cumpliste. Abriste los ojos. - respondió mirando hacia otro lado con una expresión seria. 

-... ¿Lo hice mal? 

-sí, dijiste que harías lo que yo te dijera, pero no mantuviste los ojos cerrados, no cumpliste tu palabra. 

Se mantuvieron en un silencio que parecía ser eterno, y eso los axfisiaba a ambos. Querían volver a sentir los labios ajenos, querían sentir la cercanía. 

Papá, Yoongi y yo - YOONMIN -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora