Capítulo 9: Lo que digas, pervertido.

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Es Jueves. Tenemos la semana libre asi qué no fuimos a la escuela. Estoy acostada en mi cama junto a Sky y aun me siento mal. Son las 2:47 de la tarde y no he comida nada en todo el día. Mamá está trabajando y pues, solo estamos Sky y yo.

Llamada entrante: Jess👑

No quiero hablar con nadie. Apago mi celular y decido sacar a Sky. Debo tener la cara hinchada pero no le doy mucha importancia. Salgo de mi casa juntó a Sky y el hace sus necesidades. Termino y saco las llaves de mi casa.

—Stacey. —Me dice alguien por detrás.

Volteo a ver quien es. Es la Señora Miller.

—Hola. —Saludo educadamente, ella no tiene la culpa de lo que pasó anoche.

—Querida perdón por lo de ayer.

—Con todo respeto señora Miller. No sé cómo puede seguir casada con ese hombre. —Digo y entro a mi casa. Entiendo a Ross. El tipo es un imbécil.

Me animó a bañar a Sky y lo saco al patio trasero. Al salir, puedo ver a Ross en su patio, acostado en el pasto y escuchando música. Se ve muy relajado. No le digo nada y procedo a bañar a Sky. Lo baño con facilidad y entro a buscar una toalla. Antes de que pueda entrar, una muy conocida voz me detiene.

—¿Como estas? —Pregunta Sebastián al verme. ¿Donde estaba anoche?

—Hola bebé. —Le digo con dulzura.

—Wow, ¿qué te pasó en la cara? —Me dice asustado. Debo parecer un monstruo.

—Una noche dificil cariño. —Le digo y entro a buscar la toalla. Al salir, Sebastián se fue. Ya Sky esta limpio y entro a mi casa. Pongo música a todo volumen. Odio escuchar las canciones que me gustan con poco volumen. La música se para y escucho mi tono de llamada. Corro hasta mi celular y efectivamente me están llamando. Es Jess.

Yo: ¿ALO?

Jess: ¿Quien te crees idiota? Como se te ocurre ignorarme. Voy de camino a tu casa estupida.

Yo: muerete en el camino

Jess: Voy a tu casa y mejor me matas tu.

Yo: Estupida, ¿me ves cara de asesina?

Jess: te digo cuando llegue.

Y cuelga. Estoy... Feliz.

Minutos después tocan el timbre. Se que es Jessica. Bajo las escalas y abro la puerta. Eemm... No es Jess.

—Diablos Stacey, ¿estas bien? —Me pregunta Jason con preocupación.

—Si, Jason, Exelente.

—¿Puedo pasar?

—No.

—Perdón, ¿si? Mi padre puede ser...

—Un mal parido. —Termino su oración.

—Emm... Yo no lo llamarían así. Pero perdoname Stace. ¿Podemos volver a lo de antes?

—¿Apoyas a tu padre? —Le digo ignorando su pregunta.

—Claro, es mi padre y no es un mal parido. El es... Difícil.

—Difícil  mi trasero Jason. —Le digo y cierro la puerta en su cara. ¿Es enserio?

Pasa una hora y media y tocan el timbre nuevamente. Abro la puerta y es Jess.

—Wow qué puntual. —Digo dándole un abrazo.

RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora