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Su rostro cambio de tranquilidad a asombró, claro, no se imaginaria algo así.

-ve al columpió Rina. -le sonrió a su pequeña hermana.

Luego de que la más pequeña se fuera, me miró, yo solo estaba confundida por como se comportaba.

-lo siento, de verdad. -logró decir.

-gracias.

-¿Por qué?.

-por decirme que lo sientes aunque no sea cierto, por ser amable.

¿Cómo lo iba sentir si nos acababamos de conocer?.

Empezó a sonar un celular, miré el mío pero no era, ¿Quien me iba a llamar? Mi hermana estaba con su pareja, que seguro estaban muy ocupados.

Miré a aquella chica y estaba hablando por teléfono, era el de ella.

-no Gjin.... -de un momento la noté furiosa. -siempre andas metiéndote en problemas.... Ya voy para allá. -colgó. -Camila.... -la interrumpí.

-está bien, vete.

-¿Cómo lo sabes?. -me alcé de hombros. -discúlpame.

-tranquila.

Aquella chica se levantó del banco y se fue rápido hasta donde su pequeña hermana, la cargo y salió corriendo.

¿Qué sería tan importante para que se fuera de esa manera?, ¿Pasaría algo malo?, Esperaba que no.

Empezaba mi fin de semana aburrido, sin mi hermana.

Me sigo preguntando ¿Qué hice mal para que me pasará algo así?, Qué yo sepa siempre fui inocente, y en todos los sentidos. Siempre fui buena persona. Nunca le deseé el mal a nadie. ¿Acaso Dios elije al azar lo que le toca a cada persona?.

Me levanté del pequeño banco de madera, y empeze a caminar en dirección a mi casa.

Tenía planeado llegar e ir a mi habitación, y estar todo el día acostada. Eso era lo que me provocaba al saber que tenía leucemia.

Me sentía ahogada, como si el oxígeno no llegará a mis pulmones.

No sabía si estaba pasando en verdad, o simplemente era mi cerebro el que causaba esto.

Tuve que respirar hondo para calmarme, debía llegar a mi casa, allí si me podían dar todos los síntomas del mundo, pero yo sola aquí en la calle, definitivamente no.

-solo una cuadra más. -me dije a mi misma, no me sentía bien.

Caminaba con pasos largos para así llegar más rápido, mientras más rápido mejor.

Solo debía de subir las escaleras del patio delantero de mi casa, pero simplemente no pude porque me mareé al instante.

Este era uno de los síntomas que me daba cuando no me había enterado de la enfermedad que padecía.

Yo pensaba que era el estrés o solo un síntoma normal, pero no fue así.

Tome un poco el equilibrio para caminar mejor, y así poder abrir la puerta de mi pequeña casa.

Luego de eso subí a mi habitación y me tumbé en la cama, en estos momentos solo quería dormir, no tenía animos de nada.

Al fin logré lo que tanto quería, dormir.

You and me. - Duamila ; G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora