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-¿a donde me llevas?. -frunció el ceño.

-es una sorpresa. -sonreí.

-al menos dame una pista. -negué.

-es una sorpresa. -repetí.

Seguíamos caminando. Habían varias parejas que caminaban igual que nosotras. Pero había una diferencia entre esas parejas y nosotras.

Ellos eran pareja de amor y nosotras pareja de mejores amigas, muy diferente.

Pero estoy muy segura que cualquiera que nos viera pensaría que somos una pareja de amor.

-no has visto más a tu novia. -rompió el silencio.

-ella no es mi novia, Camila.

-entonces, ¿qué son?. -alzo una ceja.

¿Saben? Yo tampoco sabía que era lo que tenía con Lauren. Ella y yo solo teníamos sexo, pero solo eso, nunca hablamos de tener una relación o algo por el estilo.

Debo admitir que cuando yo la conocí, me gustó. Ella me seguía gustando hasta que conocí a Camila.

-creo que somos amigas con derecho.

-¿Cómo se siente?. -la miré confusa. -tener una amiga con derecho ¿Cómo se siente?.

-supongo que normal. -me alcé de hombros.

-quisiera tener a alguien, pero nadie se enamoraría de mi, no soy bonita. -rei sarcástica.

-¿Tú fea?. -la señalé. -Camila, eres la chica más hermosa de este mundo.

Y era verdad. A mi parecer ella era hermosa en todos los sentidos.

-seguro lo dices para no hacerme sentir mal. -bajo la cabeza.

-¿te digo la verdad?. -asintió cabizbaja. -tu no eres simpática, linda ni hermosa. -la tome de las mejillas y alcé su rostro. -tú eres mucho más que eso Camila, tú eres hermosa y perfecta, y te puedo asegurar que cualquier persona se enamoraría de ti.

-tú siempre alegrándome con tus palabras. -me abrazo.

-quiero hacerte feliz.

Estos momentos los iba a extrañar cuando ella se fuera.

-sigamos que ya vamos a llegar. -hable.

Ahora caminábamos abrazadas. Estaba disfrutando todo, porque estaba ella.

-ya dime a dónde vamos. -fingió enojo.

-¿Sabes que significa la palabra sorpresa?.

-muy chistosa. -rio sarcástica. -eres muy misteriosa.

-me lo dicen seguido.

Y yo no era misteriosa, simplemente era reservada.

-¿Puedo taparte los ojos?. -pregunte.

-no. -nego rápidamente.

-no arruines la sorpresa. -hice un puchero.

-solo vamos y ya. -camino dejándome atrás.

Yo no la seguí, y de pasó iba por mal camino. Ella volteó a mi dirección y me miró.

-vamos, quiero ver esa sorpresa. -negué.

-no me voy a mover de aquí. -me cruce de brazos. -si quieres ver la sorpresa tienes que dejarte tapar los ojos.

-¿Que tengo que hacer para que no me los tapes?. -se acerco a mi.

Darme un beso, eso quiero que hagas.

-no confías en mí. -me hice la ofendida.

-claro que confío en ti. -me abrazó pero yo no a ella. -no te enojes conmigo. -dijo en mi cuello. -no me gusta que te enojes conmigo.

You and me. - Duamila ; G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora