18

1K 75 49
                                    

Me desperté y sentí que alguien me estaba abrazando por detrás, miré y era ella. Se veía muy hermosa durmiendo.

Me separé de ella con cuidado para que no se despertara, miré un reloj que había en su mesa de noche y noté que eran las once y media de la tarde.

Ese descanso me había dado muy bien, yo me sentía bien.

Me dirigí al baño, quería ducharme, me sentía sudada y asquerosa.

Noté que había una bañera, lo cual me agradó bastante, nunca me había aseado en una bañera. Siempre quise hacerlo.

Me dirigí a la llave y me di cuenta que habían dos, uno de ellos era azul y el otro rojo. Supuse que el azul era para agua fría y el rojo para el agua caliente.

Abrí el chorro rojo y empezó a salir agua.

-¡Mierda!. -exclamé, solo pude sentir mis dedos arder.

Toqué el agua y estaba hirviendo, salía hasta vapor de ésta. Decidí abrir el de agua fría para que quedara tibia.

Espere un momento para que se llenará la bañera, mientras tanto me empecé a desnudar. Miré la bañera y todavía le faltaba un poco, decidí cepillarme los dientes, lo hice rápidamente y cuando termine cerré las llaves

Me metí en la bañera, el agua estaba perfectamente tibia, me encantaba.

Me estaba quedando dormida, cualquiera lo hacía en una de estas bañeras.

-¡Camila!. -me tape rápidamente mis partes íntimas al escuchar su voz. -discúlpame no pensé que estuvieras aquí.

Ella se quedó con los ojos tapados esperando a que yo hablará.

La miré de arriba bajo, observé que ella traía un boxer puesto y pude notar un enorme bulto. Eso me había dejado confundida.

Acaso ella era ¿Una mujer con pene?.

-tranquila...-logre decir. -no pasa nada.

-lo siento. -salio rápidamente del baño.

No pude terminar de darme mi relajante baño, me pase el jabón rápidamente por todo el cuerpo, luego me lo quité y salí de la bañera.

Lo que ví me había dejado desconcertada.

Salí del baño y busqué mi maleta para encontrar algo que ponerme.

Me coloque una camisa larga transparente, obviamente con ropa interior.

Después de terminar salí, caminé hasta la cocina, y ella se encontraba de espaldas a mi.

-buenos días. -se volteó a mirarme.

-en realidad son buenas tardes. -observe el enorme reloj que había colgado en la pared.

-buenas tardes. -sonreí.

-estoy preparando el desayuno. -me acerque a ella.

-si quieres te ayudo. -me ofrecí.

-no, tú siéntate. -hice lo que me pidió, me fui a sentar en una de las sillas del mesón.

Ella después de un rato termino el desayunó, lo coloco en la mesa y se sentó al frente mío.

-sandwiches con jamón y queso. -mire el desayunó y debo admitir que se veía rico.

Tome uno y le di un mordisco, y si, estaban como se veían, muy ricos.

-eres muy buena cocinera. -le di otro mordisco.

-no exageres, solo es un desayuno. -nego.

-si tú lo dices.

Seguimos desayunando en silencio. Yo ya me había comido tres sandwiches, simplemente estaban demasiado ricos.

-discúlpame...-la observé con confusión. -por lo del baño.

-tranquila, si no viste nada esta bien. -no le tome importancia. -no viste nada ¿Cierto?. -ella negó rotundamente.

-para nada. -sonrió algo ¿Incómoda?. -¿Qué quieres hacer hoy?. -cambio de tema.

-no sé. -dije con simpleza. -sorprendeme. -termine de comer.

-tengo una idea. -se levantó. -ven conmigo. -me tomo de la mano para que la siguiera.

Caminamos a una de las puertas que habían, entramos y luego ella cerro la puerta.

Observé la habitación y noté que era un pequeño estudio. Habían muchos dibujos, eran paisajes, mujeres, animales. Simplemente era arte.

-¿Qué es esto?. -pregunte.

-es mi secreto, no digas nada. -asentí. -eres la primera en entrar aquí.

-¿Porque me muestras esto?. -seguí observando la habitación.

-¿Sabes?. -se acerco a mi. -siento que puedo confiar en ti.

-¿Porque lo sientes?. -hice mi tercera pregunta.

-solo lo siento. -se alejo de mi, y empezó a buscar algo.

-¿eso lo haces tú?. -me referí a los dibujos.

-poco a poco vas a saber más de mi Camila. -mire y tenía una hoja y un lápiz en sus manos.

-¿Para que es eso?. -volví a preguntar.

-son muchas preguntas ¿No crees?. -me alce de hombros. -ven conmigo.

Nos sentamos en el suelo.

Esta habitación se veía tan misteriosa pero a la ves no, todo era oscuro, todo era bonito, como ella.

-vamos a hacer una lista de las cosas que quieres hacer aquí. -hablo.

-¿no es como de niña?. -la miré.

-para mí no, Camila.

Empecé a pensar que me gustaría hacer aquí en londres, y no miento, eran muchas cosas.

Tenía un poco de pena decirle lo que quería hacer porque era patético.

-¿Ya pensaste?. -dijo luego de un momento de silencio.

-es un poco patético todo lo que te voy a decir. -estaba segura que mi vergüenza se notaba.

-son tus sueños. -me tomo de las manos. -no tengas vergüenza conmigo.

-quiero ver las calles de londres. -ella empezó a anotar en el papel.

-eso no es patético. -me sonrió.

Esa chica era increíble, era única, era hermosa en todos los sentidos.

-Dua...-me miró. -¿Puedo hacer la lista yo?.

-no tienes que tener vergüenza, Camila.

-no es eso, solo que quiero sorprenderte, quiero hacer esto contigo.

-¿Segura?. -asentí. -lo que tú quieras. -la abracé.

-gracias amiga. -le di un beso en la mejilla.

-de nada amiga. -nos separamos. -¿Quieres hacerla en estos momentos? O ¿Salimos?.

-me gustaría salir. -asintió.

-vamos entonces.

Fuimos a la habitación,yo busque algo apropiado para ponerme.

-me voy a vestir al baño. -la miré confundida.

-¿Por qué? Las dos somos chicas.

Me quite la camisa larga quedando solo en ropa interior.

Noté que Dua agarró una almohada y se tapó su parte íntima.

No entendía lo que pasaba con ella.

-no tengo lo mismo que tú, Camila. -se rasco la nuca.

-no entiendo. -me acerque a ella. -¿Porque te tapas ahí?. -señale su parte.

-tengo pene Camila.

You and me. - Duamila ; G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora