You and me. - Duamila ; G!P

24

Ella y yo seguíamos abrazadas acostadas en la cama, ella se había quedado dormida.

Tenía que bajar a hablarle a Rosie pero tenía vergüenza de decirle que ya no me marcharía.

Me separé cuidadosamente de Dua para que no despertará, después me levanté de la cama y salí de la habitación.

Ver a Dua de esa manera, en serio, me había dejado devastada.

Nunca pensé verla de esa manera.

Hubo algo que me dolió bastante.

Ella me veía como su mejor amiga.

Ella nunca se iba a enamorar de mi.

Yo eea todo lo opuesto a las chicas que a ella le gustaban.

Lauren era mucho mas hermosa que yo. Ella era todo menos fea.

Hasta yo estuviera con ella.

Empiezo a pensar que iba a morir virgen.

Quisiera que fuera ella la que me diera mi primer beso, quisiera que ella me quitara la virginidad, quisiera que ella me hiciera suya, quisiera que ella fuera mía.

Quisiera que siempre estuviéramos juntas.

-Camila. -dijo rosie cuando llegue a su auto. -¿Y tu equipaje? -intento buscarlo pero falló.

Yo no le dije nada, tenía vergüenza.

Aunque yo siempre tenía vergüenza.

-espera. -dijo eso y me miró, ahora con una mueca de asombro -no te vas. -afirmo.

-eso creo. -susurre.

-no me lo esperaba. -río levemente. -¿Que pasó allá?.

-ella estaba ebria, y estaba fumando. -explique. -¿Tu sabias que fumaba?. -la mire expectante.

-claro, ella a veces lo hace, pero solo cuando algo anda mal o no le gusta algo. -asentí.

-ella se puso a llorar, me pedía perdón. Decía que no me fuera.

Observaba a Rosie, la cual no pronunciaba ninguna palabra, solo pensaba.

-en serio te quiere. -dijo después.

-¿Que?. -fruncí el ceño.

-escucha Camila. Yo no te voy a decir nada de ella porque soy una amiga fiel. -la interrumpí.

-quisiera una amiga así.

-aqui la tienes. -reímos. -volviendo al tema.... Descubre cosas de ella. -hice una mueca de confusión. -ella parece una chica dura pero no lo es, ella es sensible. Es un misterio total, cuando yo la conocí era un solo misterio, pero ya se todo de ella, nos convertimos en mejores amigas.

-se ve que eres una amiga increíble.

-no lo se. -se alzó de hombros. -sube Cabello, después hablamos.

-gracias Rosie, te debo mucho. -ella negó.

-eres mi amiga.

-¡Mi segunda amiga! ¡Que emoción!. -salte emocionada.

-claro. -sonrió.

-entonces voy a subir.

-cualquier cosa, no dudes en llamarme. -asentí.

Dicho eso nos despedimos y ella se marchó. Yo pensé que iba a resultar difícil decirle que ya no me iría, pero fue todo lo contrario.

Me adentré nuevamente a aquel edificio lujoso, para luego dirigirme al ascensor. Unos minutos después ya estaba en el apartamento.