Thalassa // K.V

√. 008.

La luz brillante del sol se posó en mi rostro y me despertó con incómodidad.
Me alcé apoyando mis codos en el colchón, y contemplé aun algo adormecido el lugar buscando al Capitán, pero no había rastro de él. La huella en las sabanas y su olor era lo único que me indicaban que había estado allí, pero hacía bastante que JungKook se había levantado, su sitio estaba frío.
Me quedé sentado en la cama contemplando la marca del grillete. Sobé la zona, ya que me escocía un poco por el forzejeo que había hecho unas horas atrás. Me pregunté por qué el Capitán no me despertó y preguntó el por qué estaba en su cama en vez de en el suelo, donde me dejó él anoche, pero si no me comentó nada no me extrañaría que le importara muy poco lo que hiciera siempre y cuando le obedeciera.

Me levanté un poco mareado por el balanceo del navío y me dispuse a salir del camarote.

El olor a mar no tardó en alcanzar mi nariz y el suave ronroneo de las olas inundó mis oídos, era bastante relajante, me recordaba a cuando iba con padre en su maravilloso barco. Me hizo recordar esos gratos y maravillosos momentos navegando en agua salada, y por un momento, sólo por un momento, volví a recordar lo enamorado que estoy de la mar.
Cuando era pequeño acompañaba a mis padres en sus viajes por el océano, era reconfortante estar con mis progenitores, incluso si ellos tenían muchos asuntos que atender, en aquellos viajes siempre tenían tiempo de estar conmigo. Pero aquello terminó cuando pasó aquel accidente. Mi padre se alejó de mí, para ser sincero se alejó de todos , y su odio sincero a los piratas era lo único que le saciaba. Sin madre allí, pasé mi vida en soledad, y la única forma de captar la atención de mi progenitor era hacerle saber mi interés en la caza pirata. Poco a poco empecé a despreciar a mi padre, a todos, menos a mi prima , ahora con el titulo de hermana.
Pero todo eso carecía de importancia, nada de aquello me hacia feliz, no volví al mar más, por culpa de todo, por culpa de ese pirata...

Sacudí mi cabeza de manera brusca, alejando esos malos pensamientos sobre aquel día hace diez años, cuando todo se arruinó de manera tan macabra que incluso no reconocía mi propia vida.

Bajé a cubierta, esperando no encontrarme con demasiados piratas, pero por lo que se ve estaban todos trabajando arduamente , no tardó en resonar la voz del Capitán de manera autoritaria sobre el sonido de las olas.
Alcé mi vista y  me topé con la de JungKook puesta en mí, con una seña me indicó que subiera hasta donde él estaba, en la cubierta de popa, dando indicaciones a uno de sus hombres sobre la dirección que tenían que tomar.
De mala gana me encaminé hasta él y me quedé a su lado aguardando a que me dirigiera la palabra, pero antes de que eso ocurriese , una cabellera rubia se abalanzó sobre mí.

- ¡TaeHyung! - gritó la chiquilla que tenía por hermana.

La estreché entre mis brazos. La separé levemente de mí para asegurarme que no estaba herida, no sabía de que eran capaces aquellos tipos, y tampoco quería llegar a averiguarlo. Mi único objetivo era mantener a mi hermana con vida dentro de aquel maldito navío, fuera como fuera ella tenía que volver a nuestro hogar.

Después de comprobar que Gladys estaba en perfectas condiciones me di cuenta que no portaba su vestido elegante que padre le regaló, sino que en vez de eso llevaba unos pantalones azules de una tela cuestionable , una camisa blanca que le iba demasiado grande y sus rizos de color avellana ondeaban al viento sin ninguna cinta que los mantuviese cautivos.
Antes de que pudiera reclamarle , ella estaba sentada al lado de dos chicos, los mismos chicos que ayer noche se la llevaron. Me encaminé decidido hacia ellos, dispuesto a buscar respuestas, pero cuando estuve delante vi como mi hermana acariciaba la mano del de cabellera castaña con mucha delicadeza.
El chico estaba sudando y su mano se posaba en unas vendas totalmente empapadas en sangre. Se notaba que estaba muy débil, estaba apoyando su cuerpo en el de su compañero, el cual le acariciaba su cabello y susurraba palabras a ras de oreja.
Mi hermana se veía realmente preocupada por la salud de aquel pirata, se aferraba a él como si se lo fueran a arrebatar cuando menos se lo esperase.

- JiMin, aguanta, llegaremos en unas horas - dijo JungKook -.  ¿Necesitáis algo más?

El de cabellera oscura negó sin despegar sus ojos del muchacho que, más pálido que hace un momento, cerraba los ojos por el agotamiento.

- YoonGi... - el nombrado se giró a ver a su capitán, pero en su rostro sólo pude ver rabia, pura y verdadera rabia -.  Llévalo a la enfermería, allí podrá descansar mejor.

El Capitán optó por ignorar la mirada asesina de YoonGi y llamó a dos de sus hombres para que ayudaran a transportar el cuerpo, y cuando me di cuenta, se llevaban al chico , desapareciendo por una de las puertas que conectaban con el piso de abajo. Y con ellos, también desapareció mi hermana,la cual fue detrás de ellos , para supongo que asegurarse que Jimin estuviera bien.

- Todo a babor, Sr. Lee. Tenemos que llegar con la Tía Rina antes del anochecer - el chico del timón asintió e hizo su cometido.

JungKook agarró mi brazo con fuerza, me arrastró hasta llegar al cuarto de navegación, soltándome bruscamente dentro de este y cerrando la puerta de un portazo detrás de él. Caminó con decisión hasta el escritorio y se dejó caer en el una silla que era más parecida a un trono. Mientras, yo estaba sin saber qué hacer o decir en medio de la sala, ¿me pediría explicaciones del por qué estábamos durmiendo juntos esta mañana? No me atrevía a mirar al Capitán a la cara por mis sueños indecentes, también está el hecho de que aquel hombre me causaba verdadero pavor. Si de algo estoy seguro es que , aunque en ocasiones no lo pareciese, Nochu, el capitán JungKook había cometido miles de calamidades contra el gobierno. Robos a gran escala llevaban su nombre, abordajes a importantes barcos y cientos de batallas con miles de hombres de la armada muertos por culpa de aquel chico.

- Siéntate - su tono era autoritario y aunque yo fuera tozudo sabía cuando no me convenía desobedecer.

Así que me senté en la incómoda silla de madera que había enfrente de su monumental escritorio, lleno de mapas y anotaciones que , gracias al recuerdo de mis años en la mar pude saber de qué iban. JungKook estaba buscando algo desesperadamente, de eso no había ninguna duda. El gran mapa de papel enganchado en la pared me daba la razón; muchos sitios estaban totalmente tachados, otros estaban atravesado por la hoja de la espada, y algunos, muy pocos estaban marcados por un cuchillo encima.

- Estoy buscando algo, TaeHyung, y me vendría muy bien tu ayuda - no me miró, apuntaba cosas en un pergamino, dejando que su voz totalmente seria hiciera la función de persuadirme.

- ¿Un tesoro? ¿No cree que ya es muy poderoso? - respondí sin dejar de mirarle.

- No estoy buscando un tesoro.Un tesoro es insignificante comparado con lo que busco desde hace años.

- Sea lo que sea dudo que necesite mi ayuda. 

- Claro que la necesito, porque por lo que sé, lo que busco está en poder de tu padre.

- ¿Otra vez con lo de sus padres? Capitán, ya le he dicho que no sé nada de eso. Además, ¿Qué le hace pensar que mi padre es el responsable?

- ¿Quién sería si no? - al fin alzó su mirada y conectó con la mía. Estaba repleta de rabia, pero no sabría decir si esa rabia era dirigida hacia mí -. Tu padre se dedicó a perseguirnos a mi familia y a mí durante casi diez años. Me pasé mi infancia en la mar, junto a los míos, y con tan sólo trece años me arrebataron aquello que más quería, y pongo mi mano en el fuego y juro por los dioses que fue tu padre el responsable - dejó salir un suspiro largo lleno de cansancio- . Lo único que quiero es a mi familia de vuelta.

- Lo siento, pero aunque mi padre sea el culpable de tu mal estar, no sabría decir donde están - agaché la cabeza un poco apenado -.  No me cuenta nada que te pueda ser de ayuda.

- TaeHyung, sólo respóndeme a esto, ¿Sabes dónde guarda sus mapas? ¿Sus cartas de navegación? Cualquier tipo de material que haya utilizado en su barco.

- Si, sé donde tiene todo eso - dije sin apenas pensarlo.

- Entonces si que me serás de ayuda - sonrió dejando ver sus dientes delanteros. Me recordó a algo... O mejor dicho a alguien.