√. 006.

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Pov TaeHyung

¿Qué? ¿Yo dormiré con el Capitán? Pero ¿en qué están pensando éstas personas? 

-¡No, me niego,  yo dormiré con mi hermana! - le rebatí y comencé a dar golpes en la sien del hombre.

-¿¡Pero qué haces!?- gritó dandome una bofetada que hizo que cayera al suelo.

Aproveché que estaba libre de su agarre y empecé a correr hacia el camarote donde estaba Gladys; varios hombres que presenciaron la escena al ver que Intentaba  escapar quisieron pararme pero, gracias al poco peso de mi cuerpo y a la agilidad de este pude esquivarlos con facilidad. Hasta que uno de ellos, me pilló por sorpresa, parándome, atrapandome por la cintura y logrando levantarme y ponerme en su hombro.

-¿¡Qué pasa?!  ¿¡ Ya no podeis ni cumplir una orden fácil!? -gritó el hombre que me agarraba.

Aquella voz me desquiciaba y aunque sabía que no podría librarme de estar en su poder empecé a patalear, sabía que al menos le molestaría. Habia caído en las manos del Capitán, otra vez.

La tripulación agachó la cabeza en modo de disculpa por haber fallado a su superior y poco después reinó el silencio en la embarcación, sólo se podía oír mis quejas y mis órdenes de que me dejara en paz. Me chisto un par de veces, pero no me dijo nada. Vi como sus hombres habían abierto un pasillo hasta, supongo que era, su camarote.

No, no podía entrar ahí.

Subió las escalerillas, echó un último vistazo a sus camaradas para luego entrar dentro del lugar.

Me tiró al suelo cerrando la puerta con llave detrás suyo y guardando ésta entre sus ropas. Me levanté de un salto dispuesto a pedir explicación.

-Esa es tu cama- señaló el mueble pasando por mi lado y empujándome para acabar sentado en el colchón -. Que duermas bien y todas esas mierdas que se suelen decir.

-No pienso dormir aquí, exijo que me llevéis con mi hermana ¡Ahora mismo! - dije alzando la voz.

-Tú mismo, no duermas entonces, ya que yo no voy hacerte caso por mucho que me exijas, niño bonito. No duermas pues - se estiró en su cama, pasando sus brazos detrás de la nuca y apoyándose en este en vez de en la almohada -. Pero dudo que puedas aguantar sin dormir mucho tiempo  - se carcajeó quedando de espaldas a mí.

Al ver que no tenía intención de hacerme caso me levanté y me dirigí a la puerta dispuesto a tirarla abajo.

Un golpe, dos golpes, tres golpes ,cuatro golpes, otro y otro y otro.

-¡Maldita puerta!-
-¡Maldito chico!-  gritó a la vez que yo maldecía a la puerta.

-¡No dejaré de golpearla hasta que caiga!

-Tenía que ser este el hijo del Gobernador, no habían otros más tranquilos... - escuché refunfuñar al Capitán a la vez que  suspirar con pesadez-. ¡Cállate ya!

-¡Pues no!  ¡No hay otros!  ¡Soy sólo yo! -grité dando golpes cada vez más fuertes a la puerta.

- Niño rico, para. Estás comenzando a cabrearme. ¡Cállate!  - dijo con los dientes apretados sentándose en su cama, fulminándome con la mirada.

- ¡Dejadme salir! ¡Ahora mismo! - grité a todo pulmón sin deja de aporrear la puerta con puños y pies.

-¡Agotaste mi paciencia!- se levantó, cogió unos grilletes y me los puso a la fuerza para después atarme al cabecero de hierro de su cama-. Como vuelvas a molestar, interrumpiendo mi tiempo de descanso, lo próximo será peor que los grilletes, no seré gentil, así que por última vez, cállate o duérmete si no quieres que tu querida hermana duerma con los peces.

Su mano estaba apretando el cuello de mi camisa, y todo aquello dicho lo soltó con su nariz pegada a la mía. Me lo quedé mirando sin saber que hacer o decir, aquel chico me producía terror.
Poco a poco se fue separando y volvió a tumbarse en su cama, dándose la vuelta dispuesto a dormir.

Quería salir de aquí, quería volver con Gladys, no sabía como estaba ni si le habían hecho algo malo. Pero ahora con la puerta cerrada y los grilletes puestos en mi muñeca, además de una amenaza directa de tirar a mi hermana por la borda, se me hacía aun más difícil escapar de esa habitación.

Analicé el lugar en busca de algún objeto o la misma llave de la cerradura para despojarme de los grilletes, pero por desgracia no encontré nada que estuviera a mi alcance. Habían pasado horas, de escuchaban pasos lentos por la borda, seguro que algún tripulante le tocaba vigilar ya que se oían el eco de  sus pisadas por la madera.  La respiración profunda de JungKook también se escuchaba, y en un momento tuve envidia del descanso que estaba haciendo y que parecía que yo era incapaz. Sentía como mi cuerpo dolía por la extraña postura que había adquirido y mis ojos se cerraban sin que yo pudiera impedirlo, así que decidí tumbarme en el suelo, con el brazo atrapado alzado en alto por culpa del agarre.

Cerré mis ojos y estiré mi otra extremidad superior  por debajo de la cama del Capitán en busca de más comodidad, sin embargo  di con algo.
Me senté sorprendido por el ruido que había hecho al chocar mi mano con el objeto y miré otra vez encontrándome con una llave.

-Vaya, puede que tenga suerte hoy después de todo - susurré mirando la llave.

Era pequeña lo que me hizo pensar que pertenecería a los grilletes, y estaba en lo cierto ya que al introducirla y girarla se abrieron dejándome otra vez libre. Me levanté y separé del Capitán. Dejé los grilletes en mi cama sin hacer ruido y me dispuse a tramar un plan.
No podía permitir que mi indeseable compañero de habitación se despertase, eso dificultaba de sobremanera mi salida del lugar. Pero recordé que se había guardado la llave debajo de sus ropas, lo único que tenía que hacer es robársela con mucho cuidado.

"Bien pensado, TaeHyung" me dije a mi mismo. El único problema era qué dormía con ella.

-Estos hombres de mar no tienen pudor en llevar las mismas ropas todos los días, asqueroso - susurré.

El Capitán estaba de espaldas a mí, lo cual lo complicaba todo. Aún así me incliné un poco hacia delante y comencé a despojarle de su ropa con cuidado. Iba a desistir cuando encontré el collar con la llave que brillaba con la luz lunar en el pecho de el chico.

"Bien, ahora sólo es cuestión de quitárselo y ya está. Puedo hacerlo, es fácil ¿No?" pensé.

Fui levantando poco a poco el collar hasta que para mi sorpresa el Capitán me agarró de mi delicada muñeca y tiró de mí hasta quedar encima de su cama. Mi corazón latía muy rápido, pensaba que había sido descubierto, pero el Capitán no dijo nada, sólo estaba agarrando mi cuerpo por detrás con tal fuerza que yo no podía hacer ningún movimiento.

-Hoy no es mi día de suerte - dije en voz baja.

Intenté apartar sus brazos de mi cuerpo, pero cuanto más lo intentaba más se aferraba a mí, y aunque para mí era incómodo y quería alejarme lo más posible de él, el Capitán Kook tenía razón, el Sueño aparece con el tiempo, y cuanto más pase menos lo podrás evitar.
Mis ojos comenzaron a cerrarse con lentitud, quise evitarlo, pero el cansancio de todo en día pudo conmigo, sumergiéndome en un sueño profundo

Thalassa // K.VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora