A.05

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advertencias: menciones de sangre

一Juniper, ayúdame a subir esto al auto 一corrí a ayudar a mi madre, quien se encontraba subiendo unas cajas al maletero del carro

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一Juniper, ayúdame a subir esto al auto
一corrí a ayudar a mi madre, quien se encontraba subiendo unas cajas al maletero del carro.

La mayoría de nuestras pertenencias se encontraban en el carro de mudanzas, pero una mínima parte de objetos escenciales, las llevamos con nosotras.

一Ya casi terminamos 一dice mi mamá, pasando, a lo largo de su frente, el dorso de su mano para secarse el sudor.

一Qué pesadilla esto de mudarse 一suspiro cansada, ojeando las cajas amontonadas al lado del vehículo.

Una semana se pasó rápido. Nunca más volví a escuchar de él, a excepción de las ocasionales noticias que cruzabab en mis cuentas. Porque no era solo una, sino varias. Producto de los incontables comentarios de las fanáticas. Por suerte, parecía que se había detenido un poco.

Ya todo el mundo sabía que visité las oficinas de JYP. Pero no se ha revelado en qué quedo, y nunca lo harán...porque no pienso volver a acercarme a él nunca más en mi existencia. Sé que habrá otra persona que querrá estar conmigo, sea su alma gemela o no.

一Cariño 一se acerca mi madre y con cuidado coloca una mecha de cabello rubio detrás de mi oreja 一Estás...pensando en eso, ¿verdad?

一Sí, pero estoy feliz. Qué dolor sería que tenga pasar el resto de mi vida con él 一las palabras salen de mí antes de darme tiempo a pensar, pero una mínima sensación de lástima nació en mi interior.

No debería sentirme así por él. No me importa lo que haga con su vida, siempre y cuando no perjudique la mía...

Eran las 22:05. Una extraña elección para salir a vivir a un lugar diferente, pero por el trabajo de mi mamá, tuvo que atrasarlo hasta una hora tan tarde como esta. Podríamos salir al día siguiente, temprano y frescos, pero ella lo prefirió así.

Pasamos quince minutos más arreglando las cajas adentro del maletero y de que la casa estuviera bien asegurada, hasta que por fin llegó el tiempo de irnos.

Me subí al asiento de copiloto y cerré la puerta. Mamá seguía atrás, cerrando bien el maletero. Yo solo me mantuve viendo por la ventana...admirando el paisaje nocturno, antes de que nos fuéramos.

Mi mamá está por abrir la puerta para sentarse, y precisamente en ese momento, un agudo dolor atraviesa mi brazo derecho.

Suelto una queja y mi mamá me mira extrañada.

Intentando mantener la compostura, me vuelvo a posicionar cómodamente en el asiento y sonrío. 一Me golpeé el dedo del pie.

Tras eso, un ardor más intenso, pero en mi abdomen. ¿Qué está practicando él a estas horas? ¿Otra coreografía?

一Juniper, ¿qué te pasa? 一escucho a mi madre preguntar y se intenta acercar a mí, pero no la dejo. La aparto con la mano.

一Estoy bien. Es solo que...Jisung está haciendo ejercicio o algo así 一mi visión comenzaba a ponerse borrosa y me siento mareada. Me doblo mientras sujeto mi abdomen con fuerza, intentando recomponerme. Pero era demasiado. Era un punzante dolor.

Como si me estuvieran pateando.

Entonces fue ahí, que la peor posibilidad se cruzó por mi mente: Alguien está haciéndole daño a Jisung.

Sin decirle nada a mi madre, por más que sé que me dará una gran regañada para cuando la vea de nuevo, abrí la puerta del carro y salí corriendo.

A lo lejos, escuchaba sus gritos, pidiéndome que regresara, pero los ignoré. Seguí dándole todo lo que podía. Por suerte, no vivía tan lejos de donde esta el edificio JYP.

Espera, ¿por qué le harían daño ahí?

La gravedad del asunto, de que no tenía ni la más mínima idea de en dónde está, casi me hace detener. Pero no paré. Esquivé carros y motocicletas, sin querer pisé a varias personas, sin saber realmente hacia dónde me llevaban mis pies.

Estaba justo al frente de un almacén abandonado y me tomé unos segundos para recuperar el aliento, apoyando mis manos en mis rodillas. Luego seguí corriendo y entré a dicho lugar.

一¿¡Jisung!? 一grité desesperada. El dolor se había detenido ya desde hace varios minutos atrás, pero seguía sintiendo la agonía del pobre.

El lugar estaba, lógicamente, a completas oscuras, varias cajas y objetos regadas en el suelo. El único suministro de luz era la tenue luz de la luna que pasaba por las ventanas y la puerta principal, pero tampoco es que fuera suficiente ayuda.

Cerca de un estante a medio caer, escuché un gemido de dolor. No dudé en caminar apurada hacia aquél lugar.

Y ahí, junto con otros utencilios en el piso, estaba él. Estaba en posición fetal, todavía temblando un poco.

一Jisung 一solté sin pensarlo, conmovida por su apariencia inofensiva y herida, corrí hacia él.

一No me toques, no me toques 一parecía murmurar patéticamente, sin aliento y pocas energías para empujarme.

Le di la vuelta y mi corazón casi se detiene al ver que justo en el abdomen, había una gran mancha de sangre. El líquido seguía saliendo a pesar de que esto haya pasado hace minutos. Lo hirieron.

No, qué digo.

No lo hirieron, lo destrozaron.

一¿Ju-Juniper? 一me miró con los ojos entrecerrados, su labio inferior también sangrando. Su mano izquierda buscó torpemente la mía y entrelazó sus dedos con los míos 一No me dejes.

Le di un ligero apretón a su mano, mientras que con la otra, llamé una ambulancia. Le di todos los datos a la persona y solo era cuestión de tiempo para que llegaran.

Quería hacerle tantas preguntas a Jisung, pero no podía forzarlo a hablar en este estado tan delicado. Lo bien que me iría ahora si hubiera prestado atención a mi abuela cuando me daba pequeños tips sobre primeros auxilios.

一Pensé que te irías.

No es tiempo para llorar sobre eso, quería decirle, pero para no arruinar el momento, dije一: ¿Cómo abandonaría una parte de mí?

Eso pareció agradarle, porque sonrió y cerró sus ojos, relajándose un poco.

Parece haberse dormido, porque no había abierto sus ojos tras eso. Y sí, seguía respirando.

No sé cuántos minutos pasaron, pero a lo lejos escuché el familiar sonido de las sirenas de la ambulancia sonando, señalando una nueva oportunidad de vida para Jisung.

En ese momento, parecía que estaba en completo silencio. En ese momento, fue que me di cuenta de mi perdición.

Realmente él me importa más de lo que me hubiera permitido. Pero ya es tarde para echarme atrás. Esta ha sido mi muestra de cariño más grande hasta ahora.

SAME SOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora