Capítulo 30. Te amo.

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Melanie.

Corro y corro, mi corazón late desaforadamente y de todas maneras no puedo escapar.

Corro y corro, pero igual vuelvo a el mismo lugar.

Corro y corro y no temgo a donde ir.

Corro y corro... pero me vuelve a atrapar.

-No iras a ningún lado.-Una voz gruesa me habló y unas manos fuertes me quisieron ahorcar.

-¡NO!-Grité despertando de esa pesadilla tan horrible y unos brazos fuertes me atraparon para no caer de la cama a el piso.

Nada más y nada menos que Aiden.

-Melanie, Melanie, Melanie.-Me llamaba pero yo aún estaba con los ojos cerrados, no queria verlo, me sentía increíblemente débil, no quería que viera la debilidad y la tristeza en mis ojos.

-Por favor... abre los ojos, necesito que me mires y me digas que estás bien.-Su voz, aunque no se lo diría nunca, me calmó bastante, escuchar su voz significaba que ya no estaba en esa terrible pesadilla y aunque aún tenia ganas llorar, abrí lentamente los ojos pero no lo vi, bajé la mirada para no hacer contacto visual con el.

-Estoy bien...-Susurré.

-Mirame a los ojos.-Pidió.

Me decidí a hacer lo que me pedía, pero no sin antes pasar mi mirada por sus brazos, en los cuales me tenía y luego sus hombros y su pecho, estaba pegada a su pecho, podia sentir los latidos de su corazón, que hace unos momentos parecían intraquilos pero se iban normalizando y por último, detuve mi vista dos o tres segundos en sus labios, admiré el color y la forma de sus labios para así luego, verlo a los ojos, en su mirada se veía la preocupación.

-Lo siento, no quería despertarte.-Dije apenada.

-No te preocupes.-Respondió frio y serio, parecía serio.

-Bueno... supongo que deberías volver a dormir.

-No.

-Por favor, vuelve a dormir, no te preocupes.

-No digas tonterias, ya estoy preocupado, estabas llorando mientras soñabas.

-Solo fue una pesadilla, estoy bien.

-Estás pálida y tienes la nariz roja.

-Me llevé un gran susto, pero estoy bien, solo necesito estar sola.-Dije para luego bajar de sus brazos y ponerme mis pantuflas de conejito.

-¿Que vas a hacer?

-Ire a el lobby a caminar un rato y a pedir una manzanilla.-Mentira. Solo quería estar sola para poder llorar.

-Iré contigo.-Dijo levantandose y poniendose una camisa.

-No te pedí que fueras conmigo.

-Igual lo haré.-Su actitud no me gustaba pero para nada.

-No.

-Si.

-Dejame sola.-Dije mirandolo fijamente.

-No lo haré.-Dijo con una mirada aún mas fria que la mía, hasta podría dar miedo, pero lo último que haré será dejar que él se entrometa.

-Espero que no porque te haya escuchado significa que sea amiga tuya, solo intenté ayudarte por pena, ni tu eres mi amigo ni yo soy tu amiga, ¿Está claro?-Mentira, mentira y más mentira, lo ayudé porque sentí que debía hacerlo, estaba realmente preocupada, pero no quiero que me vea llorar y de verdad necesito hacerlo, además, de todas maneras no puedo dejar que entre en mi vida, necesito alejarlo, es un chico enamorado, pero sigue siendo un chico y realmente los chicos solo han logrado hacerme daño a lo largo de mi vida.

Amor Posiblemente Imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora