Narrado en 3era persona.
-Agh.-Se quejó el golpeado Aiden llamando la atención de Alexandra y Paula que discutían cerca de él.
-Por favor... silencio... mi cabeza duele.-Mencionó Aiden aún con los ojos cerrados pero ya despierto.
-Lo siento.-Susurró una voz tan hermosa como la de la mujer que le dio la vida y Aiden dio un salto y abrió los ojos de golpe provocando una punzada de dolor en la cabeza causada por el golpe. Tocó su cabeza con su mano y vio a las dos personas que estabana paradas frente a él.
-Hola Aiden.-Dijo la morena con una sonrisa.
-Hola Alex.-Respondió éste sin ver a Alex, solo miraba a la chica de contextura delgada y de cabellos negros que se encontraba viendolo también.
Aiden sentía que los ojos azules de la chica prenetraban en los mas profundo de su ser, en la carta se decía que era parecida a su padre pero el veia en esa chica el recuerdo de su madre y una ola de sentimientos golpeo el pecho de Aiden pero no se permitió llorar, sólo bajo la miraba y puso su cara entre sus manos, respiró profundo, calmó su ansiedad y trato de que al levantar de nuevo el rostro, en su mirada, no se pudiera ver más que una cara simpatica sin ningún tipo de sentimiento que pudiera comprometer su privacidad.
Aiden juntó todo su valor, se levantó, miró a la pelinegra con una sonrisa y le tendió la mano.
-¡Hola! Soy Aiden Ambrosio, mucho gusto en conocerte.-Se presentó y aquella chica se quedo plasmada pero temblorosamente tomó la mano de Aiden y siguió su juego.
-¡Mucho gusto! Yo soy Paula Civeretti.
-Veo que ya se conocieron.-Dijo Marcus haciendo que éstos soltaran sus manos y Paula se pusiera roja como tomate.
-Si... Bueno, hasta hace poco estuve inconsciente.
-Lo sé.
-¿Donde queda el hotel?
-Hey hey pon freno, dije que te quedarías en un hotel pero que tenias que conocer a las personas que viven aquí.
Al terminar de hablar Marcus se sintió como pasos lentos y ligeros bajaban las escaleras e iba apareciendo una señora mayor con toda su cabellera blanca, algo encorvada y con unos lentes redondos y rojos, cuando llegó al ultimo escalón se me quedó mirando mientras que entrecerraba sus ojos y poco a poco los iba abriendo de nuevo, una pequeña lágrima salió de su ojo y ella la limpio temblorosamente con un pañuelo que sacó de su bata.
-Hijito.-Llamó a Marcus.
-Dime mamá.-Le respondió Marcus acercandose para agarrarle la mano y ayudarla a bajar ese ultimo escalón.
-Ese muchachito,-soltó otra lagrima-, ¿Ese muchachito es mi nieto?-Dijo casi rompiendo a llorar. Y la verdad Aiden se sentía muy desubicado, era muy extraño que una señora que realmente no habia visto nunca le dijera nieto cuando el nunca habia tenido abuelos.
-Sí, mamá. El es Aiden, tu nieto, hijo de Marcos y Rosie.
-Oh Dios mío.-Decia mientras que se secaba otra lagrima y se acercaba bastante rapido a Aiden que estaba paralizado, aquella señora al estar enfrente a Aiden, puso una de sus manos en la mejilla de Aiden, lo veía como lo mejor del mundo y bueno supongo que eso pasa cuando ves a tu nieto por primera vez, no duro mucho tiempo ese momento ya que la señora repentinamente se volteó porque la habia invadido un ataque incontrolable de tos. Aiden se preocupó y trato de tomarla del hombro para decirle que se sentara, pero una mano lo detuvo.
-Ella estará bien, le pasa seguido solo necesita calmarse, está muy emocionada.-Dijo Paula viendolo a los ojos.
-Está bien.
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Amor Posiblemente Imposible.
أدب المراهقين-No te hablaba porque pensaba que no querías que te hablara. -Es que no quiero que me hables, no lo voy a negar esto fue bonito, pero tu tienes tu mundo y yo no encajo en el y tu no encajas en el mío ni aunque quisieras. -Eso no es cierto... -Claro...