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Las caricias dulces,
De los lamentos silenciosos,
Con los besos marcados,
Y el inicio desesperado.

La lluvia que caía del cielo nublado, sin perder tiempo los mojaba a ambos. Escurriendo por todo su cuerpo, hacia que sus movimientos se complicaron un poco, lentos pero certeros, lanzaban golpes y patadas.

La explosión de un Akuma, retumbando por todo el pueblo abandonado hizo que ambos sonrieran satisfechos - Aún queda el de nivel cuatro - Anunció el más bajo de los dos. Tomó un poco de aire y observó a su compañero, el cual, agitado, solo mantenía su expresión sería.

- Basura que limpiar - Fue lo único que dijo para después saltar hacia atrás junto con él. De entre las gotas de lluvia fría, apareció el gran Akuma blanco y de porte extraño, comenzaron a correr hacia él por lados contrarios, las explosiones no se hicieron esperar, las risas y los insultos llegaron sin más.

Allen se encontraba cansado y un poco malherido, su amigo amarillo aún lado de él lo miraba con preocupación, se sentía ya sin fuerzas pero eso no significaba que estaría fuera de combate. Corrió lo más rápido que pudo al ver que tenía un chance de enterrarle su espada al akuma, una vía para salvar la pobre alma que era torturada de forma vil y grotesca.

Pero no contaba con que Kanda estuviera a punto de ser golpeado por el akuma, el azabache era el más dañado de los dos, con marcas rojizas y un poco de sangre escurriendo de sus labios, pero ¿cómo no estar de esa forma? Habían sido atacados por tres Akumas de nivel tres y uno de nivel cuatro, sin contar a los de nivel uno.

Miro al akuma y después al azabache, sin pensarlo dos veces se interpuso de manera rápida entre ellos dos y a cambio recibió el golpe de uno de los cañones, tan fuerte, que lo mandó a volar. Atravesó varias paredes de las casas abandonadas, para al final, terminar en el suelo,su amigo amarillo revoloteo a su lado, se colocó en su hombro y comenzó a restregarse, el albino sonrió, tratando de actuar como si nada, sintió como las fuerzas se le iban, pero no le prestó atención a aquello. Como pudo se puso de pie y utilizando su inocencia llegó a donde el akuma.

Kanda se acercaba poco a poco con Mugen al akuma, logró hacerle varios cortes, pero por dentro estaba enojado con el moyashi, por que parecía no entender que él era quien más peligro corría. Llegó un momento en donde ambos lograron enterrar sus respectivas armas en el centro del akuma y de esta forma, acabarlo.

Allen cayó de rodillas, la sangre de un costado de su brazo comenzó a hacerse cada vez más notoria. Kanda lo miro desde arriba -¿cómo se te ocurre hacer eso, baka moyashi? -

- Un simple gracias es suficiente - Habló bajo el de cabellos blancos, Tim, asustado pero haciéndose el valiente, se colocó en la cabeza de su dueño, sin embargo, su valentía termino yéndose y lo mejor que pudo hacer fue revolotear aún lado de ambos, después de todo era asunto de aquellos dos - Bakanda-

- Deja de hacerte el fuerte - El azabache lo tomó salvajemente de su uniforme y lo levantó, hizo que se mirarán directamente a los ojos y frunció el ceño - ¿Acaso quieres morir? -

- No, no es eso - Contestó el menor apartando la mirada, que, hace días, no lo dejaba dormir.

- ¿Entonces? - El chico se quedó callado, sin contestar ninguna pregunta que le hacía el mayor y esto, comenzó en serio a molestarlo - ¡Contesta! ¿¡Por qué te arriesgas así!? ¿¡Tan débil crees que soy!? ¿¡Por eso me proteges!?-

-¡Estupido BaKanda, te protejo porque te quiero! - Grito con los ojos cerrados, apretando los nudillos y con la voz algo temblorosa.

El azabache lo soltó y Allen cayó al suelo, se quedó estático. Las palabras dichas por el menor se repetían una y otra vez en su cabeza, quería creer que había alucinado, que todo era una broma por parte de su mente, o que tal vez, estaría soñando.

- Odiame mas si quieres - Murmura el de ojos plateados con tristeza, creía que no sería aceptado porque, después de todo, Kanda parecía odiarlo. Su amigo amarillo, se colocó en su hombro y trato de calmarlo, sabía bien que el de ojos plateados estaba sufriendo pero ¿qué podía hacer él? -¡Pero hazlo ahora! ¡Así yo podré olvidarme de ti por completo! -

El de cabellos azules chasqueo la lengua y se hinco, tomó del cabello al moyashi - ¿Dices qué quieres olvidarme? - El menor, algo sonrojado, asintió con la cabeza tratando de no ver aquellos ojos azules con los cuales siempre soñaba por las noches - No permitiré eso-

Allen quedó confuso, solo sintió los labios del espadachín posarse con suavidad sobre los suyos. Las gotas de agua que caían y los mojaban, frías y rápidas, lo hacían temblar ligeramente. Sus labios acoplados junto con los del mayor, poco a poco correspondía con fulgor.

Cerro los ojos y lo abrazo, una pequeña felicidad lo invadió.

Al separarse no dijo nada, solo se dedicó a mirar a aquel joven que se relamia los labios y sonreía con felicidad -De ahora en adelante, solo pensaras en mi y solo en mi. Tus noches me pertenecerán, tus gemidos y lamentos, tu voz y tus ojos, tu cuerpo y tu alma. Tu todo es mio -

- Entonces - Susurro con lujuria a su oreja mientras acariciaba su cabello - Marcame tan fuerte para que nunca lo olvide - Se miraron cómplices, y de nuevo, unieron sus labios con desesperación mientras el golem los dejaba, sería mejor darles privacidad.   

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Hola de nuevo... Si, tal vez dejó muchos mensajes así, pero ni modo UuUr

Solo quiero dar las gracias a Hidamarilossi15 por ayudarme y darles la noticia que a parir de ahora ella y Yuukeito_Tyrell serán mis beta-reader. Muchas gracias chicas, espero que nos llevemos bien ^^)

Eso es todo, nos vemos y gracias por leer. 

El toque del olvido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora