Triste y roto se encontraba Jeremy en una esquina de su habitación, había pasado ya un buen rato desde que decidió terminar de grabar su mensaje, pero muchas más preguntas se venían a su mente, ¿Qué haría ahora que ya no quedaba nada más? pues de momento su único propósito era saber quién se había tomado la molestia de preparar la casa para él, pero ¿Debía esperar sentado a ver si alguien llegaba al pórtico de su casa? Y de ser así ¿Cuánto tiempo le tomaría llegar? Y lo más importante es que ahora aquella época pasada, ya no era el pasado, ahora este era su presente y su presente su pasado, pero al mismo tiempo seria su futuro por lo que retomar el camino donde lo había dejado era su opción más viable, antes de su viaje él se encontraba estudiando una carrera universitaria, cierto, pero él no tendría papeles con los cuales presentarse y dar testimonio de que él ya había cursado la preparatoria, ni mucho menos dar testimonio de que era ciudadano americano, puesto que ese sería su punto de partida, comenzar desde cero en la preparatoria, por el resto de la noche se la paso ideando un plan para ir con el director de la preparatoria de Blueberry y probar si era posible rehacer su vida desde ahí.
Por la mañana se levantó, pero antes de vestirse observo la ropa que llevaría puesta, una camisa y unos jeans junto a unas zapatillas eran lo más que se podía adaptar a la época e emprendió un ligero viaje a la preparatoria Blueberry, la cual se encontraba más allá del centro de la ciudad, la calle donde esta se encontraba se hallaba completamente vacía de personas, pero llena de árboles muy antiguos con algunas hojas secas cubrían parte de la acera, él se estaciono cerca de la entrada principal, un largo edificio de piedra de dos pisos se extendía a lo ancho de la calle era un edificio muy viejo tenía varias entradas por otros puntos pero la entrada principal tenía una escalinata con tres rellanos que llevaban a dos puertas de madera, se dirigió a estas, paso e inmediatamente noto que casi no había gente, esto no se le hizo raro pues era 23 de agosto, aún faltaba una semana para el inicio del curso, por los vacíos pasillos se encontró con un intendente al cual le pregunto por la oficina del director, este le indico que regresara hacia la puerta principal y subiera al segundo piso, continuara derecho y encontraría una puerta con un letrero que decía: "Director: Dereck Larson", una vez llegado aquí toco a la puerta y una secretaria morena con gafas le abrió.
— ¿Si? ¿Que necesitas?
La secretaria miro con detenimiento a Jeremy.
— ¿Se encontrará el director Larson?
— ¿Eres alumno?, no te había visto por aquí
—No, verá soy nuevo en el pueblo y necesito hablar con el director para ver alguna posibilidad de verle, es algo muy personal que quiero discutir con él.
—De acuerdo, no te aseguro que quiera atenderte, ¿me das tu nombre por favor?
Jeremy ya estaba preparado para este momento, sabía que esta pregunta se la harían tarde o temprano, parte de su plan fue cambiarse el apellido.
—Jeremy...Storm, si Jeremy Storm.
La secretaria lo hizo pasar y lo sentó, en ella había una pequeña oficina con unos archiveros verdes detrás de un pequeño escritorio, mientras ella entraba al despacho del director por otra puerta, no tardo nada cuando esta regreso indicándole que el director podría verlo. Al entrar vio a un hombre de unos cincuenta años sentado en una gran silla detrás de un escritorio más grande que contrastaba con unos cuantos archiveros, el hombre contaba ya con canas a los alrededores de su cabeza y con un semblante poco amigable.
—Buenos días, director Larson, soy Jeremy Storm.
—Buenos días jovencito, me ha dicho mi secretaria que vienes a contarme una situación.
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El beneficio de la duda
Ciencia FicciónJeremy tenía la vida perfecta: Estudiaba una carrera universitaria, tenía una novia que lo amaba incondicionalmente, padres amorosos, pero un pequeño viaje cambiaría su vida, en sus manos está el conformase o tomar revancha al destino tomando ventaj...