Después de aquel encuentro con su abuelo, Jeremy sintió que no debía quedarse mucho tiempo en Blueberry, pues quería evitar caer en otro tipo de paradoja, por lo que comenzó a seguir leyendo las notas que le había dejado su otro yo en formato digital.
Pasadas dos semanas, en una de sus citas con Jodie, ella le pregunto a Jeremy:
—¿Qué harás al salir de la preparatoria?
—Seguir el plan de mi yo viejo.
—Pero me refiero, tienes que hacerlo inmediatamente después de que termine esto.
—Tengo que hacer dos cosas importantes, en un par de semanas me reuniré con el abogado que viene desde Nueva York y esperemos que el nos diga o nos marque algún rumbo con toda la información que tengo yo, pero eso me recuerda algo.
—¿Qué?
—Se que no tengo que seguir al pie de la letra el plan, pero tengo una loca idea, acompáñame a Las Vegas en junio.
—¡¿Las Vegas?! Jeremy eso está muy lejos tardaríamos días en llegar.
—No si nos vamos en avión.
—Jeremy, mis padres no me van a dejar— Jeremy se le quedo viendo. — No, yo no les mentiría a mis papás.
—Una pequeña mentira piadosa tres días, te vas tres días y regresas, no va pasar nada.
—¿Que hacer en Las Vegas?
—Tengo que llevar a George y a Ralph para que me ayuden a ganar unas carreras de caballos que se transmitirán de manera exclusiva en el Silver Mustang Casino. ¿Qué dices?
—No lo sé— respondió con duda.
—Es una pequeña aventura.
—Jeremy, tengo diecisiete, también Grace y Ralph y George no creo que tengan mas de diecinueve, si fuéramos no nos dejarían entrar.
—Ahí está, dijiste "Si fuéramos" ya lo estas considerando.
—Jeremy, ¡No!
—¿Podrías solo considerarlo?
—Lo pensaré.
Pasadas dos semanas, el primero de mayo de ese año, se reunieron en Twin Falls los miembros restantes de la sociedad esperaban pacientemente en la suite presidencial del único hotel en el pueblo, dicha suite tenía: dos habitaciones, una cocineta, una sala y un comedor juntos, todos los miembros iban vestidos de manera formal: Kiva iba con el traje sastre con el que fue a Nueva York, al igual que Jeremy, las Gemelas que siempre iban de conjuntos deportivos se vistieron con falda y tacones, el señor Gale uso un atuendo de mas calidad pues el por lo regular vestía bien, mientras que Rupert solo se puso una camisa.
—¿Por qué no nos reunimos en la librería? — pregunto Rupert.
—Tenemos que dar una buena impresión— dijo el Señor Gale.
Jeremy se encontraba preparado las hojas de cálculo, mientras que Kiva arreglaba el pizarrón pequeño del señor Gale, un par de minutos mas tarde tocaron a la puerta, Ray había llegado, Kiva y Jeremy lo recibieron, y le presentaron a todos.
—Vaya que interesante grupo tenemos aquí.
Lo sentaron en uno de los sillones, Jeremy le presentó la información ordenada por años, le desplego primero las franquicias de cine que fueron un éxito, después las empresas de tecnología que iban a surgir en los años ochenta, los dispositivos que iban a surgir en los noventas junto al nacimiento de la Internet publica, el perfeccionamiento de estos en la década del nuevo milenio.
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El beneficio de la duda
Ciencia FicciónJeremy tenía la vida perfecta: Estudiaba una carrera universitaria, tenía una novia que lo amaba incondicionalmente, padres amorosos, pero un pequeño viaje cambiaría su vida, en sus manos está el conformase o tomar revancha al destino tomando ventaj...