Capítulo 8

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-Peter Brown, queda arrestado por el asesinato de su hermano, Justin Brown–recita mientras le pone los brazos detrás de la espalda y le coloca las esposas-. Tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra ante un tribunal. Tiene derecho a un abogado, si no puede pagarse uno se le asignará uno de oficio. ¿Ha entendido sus derechos?

El aludido ha perdido el color en el rostro. Luke se esperaba algún comentario sarcástico de los suyos, pero todo lo que obtiene es silencio. Le ayuda a meterse en uno de los coches patrulla que hay estacionados frente a su casa y que le llevará a comisaría. El inspector está repleto de alegría, le tienen, por fin han conseguido la pista que tanto estaban esperando, la pista que meterá entre rejas al joven que no ha hecho más que causar problemas en la vida de la gente que le rodeaba. Impaciente por darle la buena noticia a su compañera, la llama mientras se mete en su propio coche y conduce a su apartamento.

-Dime, Luke -el tono de voz de la chica demuestra inquietud por saber cómo se han desarrollado los acontecimientos.

-No te vas a creer lo que hemos encontrado en casa de Peter -dice con una sonrisa dibujada en los labios.

-No, ¿qué? -pregunta con nerviosismo su interlocutora.

-Había un tablón del suelo suelto en una de las habitaciones, que escondía lo que parece ser el arma homicida. Hay restos de sangre en ella, la estamos llevando a analizar al laboratorio para comprobar que se trata de la de la víctima. Le tenemos, Alex.

La joven no puede creerse lo que está oyendo. Han encontrado el arma homicida, que además contiene sangre, es la mejor noticia que le podrían haber dado en esos momentos. No puede contener los sollozos de emoción que empiezan a salir por su boca.

-¿De verdad se ha acabado? -su compañero se lo afirma-. Gracias, Luke, muchísimas gracias por todo.

Los sollozos se han convertido en lágrimas. De alegría y entusiasmo, pero también de dolor y melancolía por la pérdida.

-Cuando tengamos los resultados del laboratorio saldremos a celebrarlo, ¿vale, pequeña?

-De acuerdo, pero no le pidáis que lo analice Paul, ya sabes que todavía no lo domina mucho -se permite bromear un poco. Hacía demasiado tiempo ya no que reía, desde el día que lo vio tendido en la mesa de Jeff.

-No te pases con él -riñe el inspector ante la burla de la chica-. Todos fuimos novatos una vez. ¿O te has olvidado de tus dos primeros años en el cuerpo? -la joven suelta una carcajada. El recuerdo le produce nostalgia y no puede evitar sentir un poco de compasión por Paul-. Por cierto, el capitán me ha preguntado cuándo vas a volver a comisaría. Quiere cerrar el caso de Holanda de una vez por todas.

-Uff -ante la mención del caso Alex hace una mueca-. Estoy hasta las narices de Holanda. Lo que pasa en Holanda, se debe quedar en Holanda.

-Eso es en Las Vegas -ríe el policía-. Vístete, estoy a dos manzanas de tu casa, vamos a ir a celebrarlo.

No le da tiempo a responder porque ya ha colgado. En menos de diez minutos se encuentra aparcado en la entrada del edificio, esperando a su acompañante, que no tarda en bajar y adentrarse en el coche. Tiene mejor aspecto que las últimas semanas y eso alegra de sobre manera al chico. Se dirigen al bar de siempre, donde suelen ir a merendar cuando tienen un descanso. Ya llevan un rato tomando una cerveza y hablando de tonterías cuando Luke recibe una llamada.

-Es del laboratorio -aclara mientras se levanta y sale del local, que está repleto de ruido y le impide escuchar bien. Pasan cinco minutos y vuelve a entrar, su semblante es serio, cosa que asusta a la inspectora-. Ya tienen los resultados de la sangre, pertenece a la víctima -esa es una buena noticia, no entiende por qué pone esa expresión de decepción -. Hay más. Han encontrado huellas en la tubería, no coinciden con las del sospechoso.

The caseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora