Capítulo 21

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Ese domingo se habían levantado tarde, por lo que habían decidido no salir de casa. Así que ahí están tumbados en el sofá, intentando ver de nuevo una película, pero el mayor parece más interesado en el lóbulo de la oreja de la inspectora. Se han pasado todo el día así, sin hacer nada, tumbados uno sobre el otro y pasando el rato. Ya está anocheciendo, pero es demasiado pronto como para empezar a hacer la cena. Sin poder resistirse más a las caricias que le está brindando el joven, Alex se gira sobre sí misma, quedando cara a cara con la persona que está bajo suya. Se miran directamente a los ojos, manteniendo una conversación que no necesita palabras. La chica deposita suavemente sus labios sobre los del otro, pero no le besa, simplemente se trata de un roce. Ninguno de los dos parece querer dar el siguiente paso, por lo que es la promotora del beso quien incrementa la intensidad, aunque solo ligeramente. El ritmo es lento, muy lento, prácticamente no se mueven. Cuando se separa, los ojos del hombre se han oscurecido un par de tonalidades.

-Me vuelves loco -admite antes de acercar su rostro de nuevo. Pero aquellas palabras funcionan como un interruptor en la receptora que, en lugar de acortar la distancia, cabecea hacia atrás-. ¿Todo bien?

-¿Qué está pasando? -ya no hay diversión en su voz, y sus ojos reflejan seriedad-. ¿Qué somos?

-¿Te refieres a lo que hay entre nosotros? -pregunta con cautela. La chica asiente. Siempre ha temido este tipo de conversaciones, pero sabe que deben aclararlo. Suspira resignado antes de responder-. Supongo que en algún momento deberíamos hablarlo.

Al no añadir nada más, la inspectora le mira detenidamente, tratando de averiguar sus pensamientos. Al no conseguirlo, formula la pregunta más difícil de toda su vida: -Todo esto es por Justin, ¿no?

Una mueca cruza la expresión del mayor, pero solo dura una fracción de segundo, puesto que después sus rasgos son indescifrables. Aquello asusta a la agente, que ya no está tan segura de querer escuchar la respuesta de su interlocutor.

-No -murmura al cabo de unos segundos. Ese monosílabo golpea con fuerza a Alex, dejándola en estado de shock-. O al menos no para mí -No sabe qué responder, no sabe ni cómo sentirse al respecto, así que lo único que es capaz de hacer es quedarse en silencio-. Quizás al principio sí lo fue -explica al no obtener respuesta de la chica-, pero estoy seguro de que ahora ya no. Este tiempo que hemos pasado juntos, no sé, me ha hecho plantearme unas cuantas cosas -la curiosidad se ve impresa en el rostro de la joven-. Tengo sentimientos encontrados, es como si volviese a tener diecisiete años otra vez -aquello pilla desprevenida a la aludida-. Estaba coladito por ti, Alex -la susodicha cree que está sufriendo un paro cardíaco, no se esperaba una confesión en absoluto-, justo como ahora.

Aquello ya es demasiado para ella. El temor le nubla el juicio y lo único que siente son ganas de huir, de alejarse de él. No puede permitirse una relación, y mucho menos con Peter, no cuando el caso de Justin sigue abierto y su muerte es demasiado reciente. Al ver la desesperación en los ojos de la menor, el chico trata de calmarla.

-Oye, tranquila, pequeña -el mote, que antes le hubiera producido escalofríos de placer, ahora le sienta como una patada en el estómago al descubrir las verdaderas intenciones de su compañero-. Alex por favor, relájate, déjame terminar de hablar -no se había dado cuenta de que había estado intentando bajar de su regazo hasta que siente el fuerte agarre en sus caderas. La inspectora toma un par de respiraciones y le mira, esperando a que prosiga-. Tenía el pequeño presentimiento de que tú no tenías las cosas tan claras, y no quería hacerte sufrir, pero realmente necesitaba decirlo. He aprendido a aprovechar las oportunidades que tengo, si quiero algo, tengo que arriesgarme. Pero como no sabía cómo reaccionarías, me busqué un plan B -la chica frunce el ceño. ¿De qué demonios está hablando?-. He encontrado un piso de alquiler cerca de casa de mi madre. Está bien de precio y es bastante agradable. He hablado con el dueño y ya lo he arreglado todo, puedo mudarme cuando quiera. Pero quería decírtelo antes porque...

The caseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora