Capítulo 9

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-Tiene sentido -asiente el inspector tras escuchar la teoría de la chica-. Pero hay algo que no me explico. ¿Cómo, siendo un profesional sicario, deja huellas en el arma homicida? Aunque supieran que relacionaríamos el arma con Peter, deberían haber sabido que buscaríamos alguna pista que probara que la tubería le perteneciera. Parece bastante chapuza para alguien que se dedica a esto y ha pensado un plan para incriminar a otro.

Tiene razón. No había pensado en ese detalle. Como por arte de magia, el teléfono de Luke suena, anunciando que tiene noticias del laboratorio. Resulta que junto a las huellas encontraron una sustancia pegajosa pero no supieron decir qué era exactamente. Tras el análisis, afirman que se trata de látex, al parecer, el asesino llevaba puestos unos guantes, pero estaban en demasiado mal estado, lo que provocó que la grasa que tenía en los dedos hubiera dejado un rastro de la huella, aunque no podían determinar de quién era, ya que no estaba registrada en la base de datos.

-Ahí tienes la respuesta -argumenta la chica-. Ahora solo nos falta encontrar al sicario, hacerle hablar y poder meter a Frank Burke entre rejas.

-¿En serio crees que van a delatar a su jefe? -pregunta asombrado ante la esperanza que alberga la chica.

-Si les hacemos creer que ya no podrá hacerles daño ni a ellos ni a sus familiares, sí, creo que sí.

-¿Y cómo piensas lograr eso? Te recuerdo que Burke tiene muchísima gente trabajando para él, y cada vez son más.

Eso era cierto. Deberían idear la estrategia perfecta para conseguir que el asesino se tragara el bulo y poder detenerlos a todos. Deciden que ya lo hablarán con el capitán, ya que, en teoría, Alex no puede participar en el caso, tan siquiera para proponer ideas.

*

Pasan los días y ya se han revisado todas las pistas posibles, menos los archivos cifrados del ordenador, que siguen encriptados. Kate está teniendo muchos problemas para decodificarlos, el programa que utilizó Justin era realmente bueno. Pero ¿qué esperaba de un ingeniero informático? Por lo demás, no han encontrado nada que les sea realmente útil. En el cuaderno que encontraron en su habitación, descubrieron que habían arrancado un par de hojas, pero viendo las marcas que habían dejado al escribir en las páginas siguientes, pudieron sacar la información que necesitaban. En una de ellas estaba escrito un apartado de correos, que ahora mismo estaba siendo investigado para saber a quién pertenecía. Y en la otra, había el nombre de una calle y un número, pero aún no habían podido investigar qué se encontraba en esa dirección. Además, también están investigando a Frank Burke, intentando encontrar cualquier tipo de contacto que hubiera podido tener con Justin.

De eso se encarga Luke, que es el que dispone de todos los recursos policiales. Alex, por otro lado, se dirige mientras tanto a la dirección anotada en la libreta. Cuando llega, se da cuenta de que corresponde a una casa en venta. Y, casualidades de la vida, corresponde a la inmobiliaria en la que buscaba Justin. No creyendo en las coincidencias, la inspectora le manda un mensaje a su compañero.

"Acabo de llegar. Es una casa en venta, y pertenece a la inmobiliaria que no nos cogía las llamadas"

Cuando envía lo que acaba de descubrir, se adentra en el edificio. El recibidor es bastante grande y justo delante tiene unas escaleras que llevan a lo que parecen ser las habitaciones. A su izquierda se encuentra el salón, también muy espacioso, sin muebles, evidentemente, pero con una enorme chimenea que acapara la atención. A mano derecha está la cocina, con una bonita isla justo en el centro. Las encimeras son de granito negro, preciosas, con sitio suficiente para cocinar. Junto al espacio reservado para la nevera, hay una puerta que da al porche trasero, que está situado en un espectacular jardín, con piscina incluida. Después de echarle un rápido vistazo a la galería y la despensa, Alex sube a la primera planta, donde, como había supuesto, se encuentran los dormitorios. Hay cuatro: el principal, uno de invitados más dos más pequeños que pueden servir perfectamente para los niños. En esa casa hay tres baños en total, uno incluido en la habitación de invitados, otro en la principal y uno entre los dos cuartos para los pequeños. Además, consta de un pequeño aseo en la planta baja, junto al salón. Por un momento, la chica se queda asombrada ante lo que sus ojos ven. Es la casa de sus sueños. Podría convertir una de las habitaciones en biblioteca y sala de juegos, y ya sería su hogar ideal. Está tan enfrascada en sus pensamientos que no oye como alguien se le acerca.

The caseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora