Epílogo

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"Queridísima Alex,

Si estás leyendo esto, es probable que me haya pasado algo malo, así que permíteme empezar disculpándome. Siento haberte dejado de este modo, pequeña. Desearía poder retroceder en el tiempo y hacer las cosas de otra manera, pero ahora ya es demasiado tarde para eso. Estarás preguntándote por qué no te pedí ayuda, sabiendo que eras policía; la verdad es que yo también me lo planteé un par de veces, y viendo el resultado, quizás hubiera sido lo mejor. No recurrí a ti porque no quería involucrarte en todo esto. Sabía que podía poner en peligro tu reputación e incluso tu carrera y eso es algo que jamás me arriesgaría a poner en juego.

Pero no quiero hablar sobre mis investigaciones clandestinas. Eso ya es cosa del pasado. Quiero contarte lo que tenía planeado para nosotros si conseguía que todo saliera bien. Supongo que cuando fuiste a registrar mi habitación encontraste la dirección de una casa en venta, ¿me equivoco? Si no es así, búscala bien, debe estar encima de mi escritorio. Pero si estoy en lo cierto, quiero explicarte el por qué estaba interesado en ella. Era mi regalo de cumpleaños para ti. Lo tenía todo planeado: te invitaría a cenar a tu restaurante favorito, después iríamos a pasear por el muelle para terminar en la playa donde nos besamos por primera vez. Allí, a la luz de la luna, te pediría que te vinieras a vivir conmigo. Me tiemblan las manos de la emoción mientras escribo esto, tengo la esperanza de que aceptes. Pero si estás con esta carta entre tus manos, el plan original ha cambiado. De todas maneras, cómprala. Es la casa de tus sueños, me aseguré de que tuviera todos los requisitos que mencionaste.

¡Ah! También debo pedirte disculpas por no haber aparecido aquel día en el cine. Supongo que pensaste que no eras lo suficientemente importante para mí como para acudir a nuestra cita, pero nada más lejos de la realidad. Falté porque estaba visitando la casa y negociando con la inmobiliaria el precio, pero no te podía dar explicaciones porque no quería revelar la sorpresa. Se me hace raro narrarlo de este modo porque, para mí, han pasado poco más de unas horas de esto. Bueno, volviendo al tema. No sabes cuánto me dolió verte marchar con esa expresión de decepción. Estuve a punto de mandarlo todo a la mierda y explicártelo, pero me contuve porque sabía que la cara de emoción que pondrías cuando lo descubrieras valdría la pena. Me la estoy imaginando ahora mismo y tiemblo de alegría con tal solo pensarlo.

Sé que a lo mejor no tengo derecho a pedírtelo, pero necesito que me hagas un favor. Necesito que me prometas que no volverás a levantar ese muro de hielo que tanto me costó derribar. No te encierres en ti misma, no te aísles del mundo exterior para protegerte del dolor. Siente, llora, ódiame por haberte abandonado así, haz lo que sea necesario, pero por favor, no te cierres en banda. Recuerda que no estás sola, tienes a Luke, al que querría agradecer haber cuidado de ti cuando yo no estaba; tienes al capitán, que también te ha apoyado cuando más lo necesitabas; también está mi madre, que te quiere como a una hija; y tienes a Peter, no sé cómo habrá terminado la cosa entre vosotros, pero déjame decirte que en el fondo es un buen tío. Ha tomado unas cuantas terribles decisiones a lo largo de su vida, sí, pero está intentando hacerlo bien esta vez. Dale una oportunidad, merecerá la pena, te lo aseguro.

Pero, sobre todo, te pido que te permitas ser feliz. Te lo mereces más que nadie en este mundo. Vive, disfruta, enamórate, no tengas miedo de querer a alguien más. No pienses ni por un solo instante que me estás fallando, porque no es así. No te sientas culpable de nada, porque no lo eres, en absoluto. Soy yo el que te pide que dejes a alguien más amarte tanto o incluso más de lo que lo hago yo (aunque lo último es bastante complicado, debo admitir). El hombre al que permitas entrar en tu corazón será un gran afortunado, y espero desesperadamente que te haga feliz. No sabes cuánto me gustaría ser ese tipo, pequeña. En serio, ojalá fuese yo la persona que te hace sonreír, la que se despierta junto a ti cada mañana, la que conoce lo que te desagrada, y lo utiliza en tu contra para hacerte rabiar, porque le encanta ver tu expresión cuando estás molesta; esa persona que, de cada experiencia vivida a tu lado, aprende algo nuevo. No sabes cuánto desearía ser la persona que te enamorase día tras día.

Me estoy poniendo demasiado ñoño, lo siento, sé que no te gustan estas cosas, pero necesitaba decírtelo, necesitaba despedirme de alguna manera. Por último, porque esto debe acabar en algún momento, debo agradecerte todo el tiempo que he pasado a tu lado. Me has salvado, de verdad lo has hecho. Cuando volví de Holanda no era yo mismo, me sentía vacío. Tenía demasiados problemas y preocupaciones en la cabeza, y había olvidado cómo disfrutar de las cosas. Pero entonces apareciste tú, chocando conmigo en el parque, y con tan solo una mirada y media sonrisa me devolviste a la vida. Me enseñaste a volver a apreciar los pequeños detalles, a valorar lo que tenía, pero, sobre todo, me enseñaste a amar. Y te estaré eternamente agradecido por ello, pequeña.

No sé muy bien cómo terminar esta carta, así que solo te recordaré cuánto te quiero. Alexandra Holt, te amo con locura, siempre lo he hecho y siempre lo haré.

Eternamente tuyo,

Justin"

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