Capítulo 17

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Peter alarga el brazo y le entrega el sobre a su destinataria. Es completamente blanco, tamaño folio, no tiene ninguna marca, ni sello, ni impresión que ayude a averiguar su procedencia. No hay nada excepto el nombre completo de la inspectora, que se sitúa justo en el centro del objeto. Intrigada, despega la solapa y mira en su interior. Lo que encuentra es una fotografía en blanco y negro, bastante borrosa y desenfocada. En la imagen aparecen dos jóvenes besándose. Debido a su calidad, a la chica le cuesta reconocer al hombre. Es Justin. La impresión muestra a su novio besándose con otra, porque claramente esa no es ella. El corazón le ha dejado de latir, sus músculos se han tensado y es incapaz de moverse. Ante su silencio, los demás se acercan para ver de qué se trata, y no pueden evitar sorprenderse ante lo que tienen delante.

-¿Quién es? -se atreve a inquirir el portador de las malas noticias.

-No lo sé -su voz es apenas un susurro. No puede respirar con normalidad, no es capaz de reaccionar. Debería llorar, enfadarse, quizás debería gritar. Pero no hace nada de eso, se queda callada, ausente.

El otro agente sujeta el papel entre las manos, inspeccionándolo atentamente. Mira en el reverso, intentando descubrir alguna pista que les pueda indicar quién es el remitente, o de dónde proviene, pero no encuentra nada. Se centra en su compañera, analizándola. Su reacción, o más bien la falta de esta, no le gusta en absoluto. Está pálida y apenas se mueve. Está preocupado por ella. Nunca la había visto así, es como si estuviera sin vida.

-Tenía la esperanza de que no fuera verdad -admite unos minutos más tarde. Los chicos se giran al oírla hablar-. Cuando el de la inmobiliaria me dijo que se había presentado con su novia, esperaba que tan solo se hubiese confundido, pero ya veo que no era así.

Ninguno de los presentes sabe qué decir. No tienen ni la más remota idea de cómo ayudarla a afrontar algo así. El inspector le pregunta al hermano si sabía algo acerca de la vida secreta que parecía tener Justin, pero este solo niega.

-Sabía que había algo que me estaba ocultando -admite mirando de reojo a Alex, esperando ser regañado por ella, pero se limita a observarle fijamente. Lentamente, y a medida que las palabras del chico van calándose bien hondo en el fondo de su ser, los ojos de la joven comienzan a aguarse. En ese momento, se da cuenta de que ha metido la pata hasta el fondo-. Oye, Justin sería incapaz de ponerte los cuernos. Te quería.

-La foto no dice lo mismo -sus palabras son bruscas, pero se nota que en el fondo está devastada. Ninguno es capaz de replicarle ese comentario. Hasta que no conozcan realmente el contexto de aquella imagen, no pueden dar nada por sentado.

-Le llevaré esto a Kate -informa Luke mientras recoge tanto el sobre como su contenido y se encamina hacia la puerta-. Haré que busquen huellas, y le pediré que escaneen la foto para, al menos, tener una mínima idea del lugar. Enseguida que sepa cosas te aviso, ¿sí?

Silencio es lo único que obtiene por respuesta. Ambos jóvenes se dirigen una larga mirada, manteniendo una conversación muda. La preocupación se dibuja perfectamente en sus expresiones. Cuando el inspector abandona el apartamento, el joven se acerca a su amiga lentamente, temeroso de su reacción.

-Oye -la llama colocándole una mano en el hombro-. Seguro que hay una explicación razonable para todo esto, ¿vale?

-Claro -responde secamente-. La explicación es que Justin no era la persona que decía ser. No era quién hacía creer a todo el mundo -sus palabras son duras, y el rencor tiñe su voz-. No le conocía, Peter. Ni tú tampoco, ni tu madre, ni Sean, y apuesto a que nadie en realidad sabía quién era aquel tipo.

-Eso no es cierto, y lo sabes -contradice el mayor, incapaz de creerla, negándose a creerla-. Conocías muy bien a mi hermano, sabías qué le gustaba, qué odiaba, sus fortalezas y debilidades, lo sabías todo sobre él.

The caseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora