Capítulo 4

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"General Kim Minseok"

(Créditos al editor)

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(Créditos al editor)

La fría madrugada era la hora perfecta para escaparse y ser al menos un poco libre de la realidad. Al menos cada sábado Kyungsoo aprovechaba esas horas de la mañana para mandar a volar aquel hanbok, largo y en ocasiones incómodo, para colocarse su *baji y salir por el lado oeste de la casa real. Sus mañanas consistían en salir a correr por el pasto verde que cubría parte del bosque del pueblo y mientras sus pies lo guiaban a la orilla del rio él se dejaba caer en este sólo para sentir al menos algo que no fuera tristeza.

Sus lágrimas se mezclaban entre la claridad del agua, lugar donde dejaba sus tristezas salir y que se las llevara la suave corriente. Y aunque cada vez que salía un peso de encima caía, no era suficiente para dibujar una verdadera sonrisa en su rostro. Porque cada vez que regresaba a casa se encontraba entre la soledad de la enorme propiedad o al Rey que siempre encontraba una manera para meterse dentro de su hanbok.

Y había muchas cosas que no ayudaban a su estado de ánimo, empezando por el padre de Sehun. A pesar que casi no tenía contacto con aquel hombre, dado a su actual estado de salud, aun existían días en los cuales él decidía salir de su cuarto y dudar sobre el menor. En ocasiones lo recriminaba por aun no mostrar señales de embarazo, pero Kyungsoo nunca trataba de responderle y aclarar que siempre que tenía encuentros sexuales con su hijo él era el primero en encargarse que no hubiera posibilidades de fertilización.

Y así pasaban los días, cuatro meses para ser exactos. Sehun había estado ocupado con algunas cuestiones sobre los japoneses y sus planes cerca del territorio que había noches que no aparecía por su habitación. Pero no es que se molestara, al contrario, no sabía si era una especie de vacío que sentía o era el dichoso alivio de paz. No estaba seguro, sus emociones eran un lio que a veces lo aturdían a tal extremo de llorar. Porque, aunque estaba seguro que no quería a Sehun siempre que llegaba la noche y ambos terminaban entre jadeos y un lento y exquisito orgasmo los actos ya no le parecían tan horripilantes como su primera noche.

—Me estoy volviendo loco— susurró Kyungsoo para sí mismo mientras se llevaba la pequeña taza redondeada a sus gruesos labios.

—¿Necesita algo más mi reina? — pregunto Junmyeon con la tetera aun en su mano, listo para acatar cualquier cosa que quisiera el menor.

—Así estoy bien, ¿dónde está Sehun? — preguntó alzando una ceja.

—El rey está en una reunión con los funcionarios, dicen que los japoneses han estado muy cerca de aquí así que están tomando cartas en el asunto— explicó el mayor.

—¿Se podría saber por qué tu sabes de esto y no yo? — cuestionó esta vez con un tono molestó.

—Porque tiene deseos de morir al estar espiando al rey— apareció el guardia real llamado Kim Jongin tal como lo recordaba Kyungsoo.

"Su Majestad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora