~Capítulo 16~

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Realismo Romántico
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El noble Kim se encontraba montado sobre su caballo negro, su gat se extendía a lo largo de sus hombros y bloqueaba el sol de aquella fresca mañana. La noche anterior al escuchar las órdenes del rey dudó un poco si sería correcto hacer lo ordenado o simplemente tratar de desistir de ello por sus últimos pensamientos y surgentes sentimientos que amenazaban su cordura y fidelidad ante la corona.

Era claro que había escuchado historias anteriores de guardias enamorarse de un reina o de la servidumbre caer bajo los encantos del rey, pero nunca había imaginado que en sus veintinueve años él sería uno de tantos. Y a diferencia de su hermano, él no pensaba involucrarse con la realeza porque su único propósito era servirle y serle fiel sin importar qué. Sabía que no podía y era de más decir que alguien como Su Majestad estaba extremadamente prohibido en todos los sentidos; tanto como en edad y jerarquía. Era por ello que cuando fue enviado a custodiar la frontera no se opuso ante aquello y prefirió evitar esos sentimientos que habían nacido justo después del largo viaje que había tenido el rey.

Estaba en una disputa contra sí mismo, nunca se había dado la tarea de desarrollar tales sentimientos conocidos como amor así que se le hacía totalmente extraño que tras conocer al pequeño Kyungsoo estos surgieran. No hubieron actos que se interpretaran como tal, simplemente fue todo del pequeño que lo cautivo desde el primer instante que lo vio merodeando a punto de caer y recibir un fuerte golpe. Tal vez era su belleza, su cuerpo o incluso aquel historial tan intelectual que tenía. No lo sabía, más que debía tomar su distancia si no quería cometer una locura. Porque en esas dos largas semanas en las que se fue el rey, tuvo el tiempo suficiente para conocer al menor y tener el suficiente contacto físico para volverse adicto y querer incluso más; algo que era extremadamente prohibido.

Pero ese debate junto a las preocupaciones se esfumaron rápidamente al ver al menor correr hacia él con su nuevo vestuario que le había visto desde la reunión real. Su gat se encontraba firmemente amarrado mientras que su hanbok se ondulaba en el viento y alzaba un poco de polvo. Sus gruesos labios se separaron para formar una enorme sonrisa que demostraba su felicidad.

—Jongin— lo llamó antes de detenerse a su costado, —vine tan pronto encontré mis cosas—.

—Bien— le respondió antes de bajarse de su caballo y ofrecerse a ayudarlo a montar el del menor, el cual, era el caballo blanco. Kyungsoo acepto todavía contento y emocionado mientras se subía al caballo y se acomodaba en su silla.

—¿A dónde iremos? — preguntó Kyungsoo, —¿Podemos ir al bosque floral? —.

"Su Majestad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora