Cuando Sehun finalmente se convierte en el Rey, no esperaba serle fiel ni a su nación ni a su esposo.
Pero un simple engaño puede traer toda la destrucción y caos que nadie desea, mucho menos si eres el Rey y el que te está enterrando es tu propio...
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Oh Sehun Fuente desconocida
La amarga sensación de saber el verdadero significado de esa carta carcomía las entrañas del noble. Podía imaginar infinitas conclusiones, pero sólo la verdad podría calmar esa inquietud que lo hacia enloquecer. Así que la tarde antes de la llegada del rey, ordenó que el doncel y su hermano no salieran hasta su regreso. Necesitaba respuestas, respuestas que sólo una persona le podía dar.
Porque en este mundo y en cualquier otro, Kim Minseok sólo le tenía miedo a una persona; y ese era su propio padre.
Se montó sobre su caballo y salió de la casa real con intenciones de averiguar qué estaba pasando y por qué Minseok le mandaba cartas privadas al rey. Claro que su mente dibujo varios escenarios, pero ninguno le gustó o pareció dar con la personalidad de su hermano. Él nunca seria amante del rey, no, Minseok no era así.
Tomó el atajo que conocía y cuando pudo ver a lo lejos la casa de su padre disminuyó la velocidad e ideó un plan. No podía llegar simplemente a reclamarle explicaciones, claro que no. El señor Kim no era un tonto, por algo era el segundo funcionario a cargo.
La servidumbre de su casa lo saludó cortésmente antes de guiarlo al quiosco donde su padre se encontraba. El señor Kim lo saludó como usualmente lo hacía, esperando más que nada que su hijo se inclinara como muestra de respeto; lo cual no hizo.
—Es sorprendente verte por aquí— comentó su padre.
—Sabes el porqué estoy aquí, sólo tengo dos razones para poner un pie en este asqueroso lugar— respondió sin apartar su vista.
—Claro, Minseok y tu madre— murmuró bajando la vista para tomar su tibio té de la mesa, —el aniversario de tu madre no es hoy así que supongo que esto es sobre tu hermano. Bien, ¿qué quieres? — espetó antes de tomar de su bebida.
—Ya sabes a qué vine así que deja de darle vueltas—.
—Tu eres el que le esta dando vueltas, ¿estas seguro que sabes a qué veniste? Tu normalmente llegas tirando la puerta y exigiendo cosas de las cuales no tienes derecho—
—Minseok ya me dijo todo así que deja de hablar como si no supiera nada— acusó el moreno a pesar de saber que su padre podría no caer en su juego.
