A cambio de un Beso

Prologo

Camila ajustó la cremallera de sus botas altas y comprobó que el escaso vestuario que tenía que usar esa noche estuviera en su lugar. Acabó de dar los últimos retoques a su maquillaje, centrándose principalmente en persuadir a su rebelde cabello rizado en permanecer en una cola alta. Su personaje así se lo exigía. Porque de eso se trataba todo, interpretar un papel, ser alguien más.

Se acercó al espejo de cuerpo entero, contemplando a la rubia mujer que se hallaba de pie frente a él. En su adolescencia había desarrollado las curvas tempranas, necesitando sostenes de talla 100 y tejanos anchos que no rebelasen sus marcadas caderas. Ahora, esa parte de su cuerpo era esencial en su trabajo y Camila rió por lo bajo por la ironía de la situación. Permaneció tanto tiempo tratando de pasar desapercibida y ahora… suspiró y le dedicó una última ojeada a la joven que se reflejaba en el espejo.

No había rastros de esa niña que soñaba con ser rescatada por un príncipe azul, para recibir el ansiado beso que iniciaría su felices para siempre. La adolescente que anhelaba convertirse en actriz, recorrer el mundo y conocer todos esos lugares de los que hablaban sus libros. Castillos medievales, posiblemente protegidos por caballeros de blanca armadura; esculturas, ruinas y ciudades que solo gente afortunada podía llegar a visitar. Lamentablemente las tornas no habían sido amables con ella y no se encontraba dentro de ese selecto grupo.

Camila suspiró, alejando los pensamientos de vidas posibles que nunca se harían realidad y puso la sonrisa fingida que utilizaba cada noche desde que ponía un pie en su trabajo. Besó el collar que recordaba a su padre, y se encaminó hacia el escenario.

El show debía comenzar.