Capitulo 20

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A pesar que no tuve un feedback correspondiente al comentario posteado en mi perfil, decidi suir capitulo por las personas que se toman su tiempo para comentar. En verdad es algo que no toma mucho y es de mucha ayuda. Espero que les interese demostrar sus opiniones sin miedo, no muerdo jeje

Saludos y a leer!!!

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Camila apartó las manos de pulpo del hombre que tenía en frente, tratando de controlar las nauseas que subían por su garganta. Shelly la había sacado del escenario prácticamente a rastras, para luego dejarla en una de las habitaciones. Y se había marchado, pero primero se había divertido a su costa, tirando en su cara un baby doll que apenas cubría su piel desnuda.  

—Ya basta, por favor —suplicó apartando una vez más las manos del extraño —. No puedo hacer esto.

—¿Estás loca? Pagué mucho por estar contigo, no voy a permitir un no por respuesta.

Camila logro esquivar a tiempo el enorme cuerpo dispuesto a forzarla y comenzó a correr en dirección a la puerta. Se encontró incapacitada por una enorme mano que la tomo por la cintura, arrojándola sobre la cama.

—Enar me dijo que solías hacerte la difícil. Solo será más divertido, lucha y me excitas aun mas —masculló descendiendo la cremallera de su pantalón con poca gracia.

Ella apartó la vista, queriendo evitar hacer contacto visual con su entrepierna y escaneó la habitación en busca de algo que la ayudara a escapar. Sintió su peso arrojársele encima, pero no se resistió, no le daría ese placer. Fue entonces cuando percibió la lámpara sobre la mesita de noche, solo necesitaba estirar su brazo y tomarla.

Se removió, provocando que él restregara su miembro contra sus bragas y a pesar del asco que sentía, agradecía que estuviera demasiado ocupado como para percatarse de lo que estaba por hacer. Puso todas sus fuerzas en su brazo y logró arrancar la lámpara de su enchufe, para cuando él se incorporó por el ruido, Camila estaba arrojándola hacia su cabeza. El impacto lo tiró hacia un costado, dejándolo inconsciente. Ella aprovechó el momento para correr hacia la puerta y se encontró con que permanecía cerrada. Volvió junto al desconocido y tratando de ser cuidadosa, metió la mano en sus pantalones hasta que dio con la bendita llave.

Salió al pasillo sin aire en sus pulmones y corrió a su camerino. Se apresuró en llegar al baño y vació su estomago en el váter. Estuvo recostada en el frió suelo, hasta que los espasmos pasaron y sus lagrimas corrieron libremente por sus mejillas. No quería volver a sentirse tan sucia jamás, los días que había estado con Dean definitivamente la habían cambiado. Si no eran sus manos, no ansiaba ningún otro toque. Intentó darse prisa y vestirse antes de que algunos de los esbirros del noruego llegaran por ella, porque lo harían y aunque estaba segura que se ganaría un castigo, estaba feliz de haber podido defenderse.

Cerró la cremallera de su cazadora, cuando la puerta se abrió con un estrepitoso ruido, chocando contra la pared y tirando varios cuadros en el proceso. No que le importara, era la decoración del camerino, no había nada que la identificara en ese lugar, pero a pesar de eso, era su espacio, el único rincón disponible para mantener su privacidad. Alzó la cabeza para encontrarse con un muy enfurecido Enar y tragó saliva, preparándose para lo que la esperaba.

—¿Crees que puedes irte de mi club sin que yo me entere que has herido a un cliente? —espetó dando un paso hacia ella.

De manera instintiva, Camila dio un paso atrás hasta que chocó contra la improvisada mesa de maquillaje, derramando los esmaltes de uñas.

A cambio de un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora