Hola, aqui traje otro capitulo, realmente espero les guste la historia. Estoy bastante ilusionada, les agradeceria si me dieran su opinion!!
Saluditos y a leer!!
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—¿Querías verme Enar? —preguntó Camila mientras ingresaba a la oficina.
El noruego estaba recostado en su asiento, con los pies cruzados encima del escritorio. Una extraña expresión surcaba su rostro, haciendo que se le pusiera la piel de gallina. Se quedó de pie frente a él, esperando un regaño o que le consultara cómo lo habían hecho las nuevas, pero esas preguntas nunca llegaron.
—Siéntate —ordenó.
Cambió el peso de un pie a otro, sabiendo que esas palabras no siempre estaban acompañadas de buenas noticias. Dejó de dudar y se dejó caer en la silla, tratando de no demostrar los nervios que asaltaban su cuerpo.
—Tengo un nuevo trabajo para ti —murmuró tocándose la barbilla —. Por una semana dejarás de bailar.
—Pero… sabes que necesito el dinero. Prometí ayudarte con las chicas nuevas, lo están haciendo bien. Solo necesitan tiempo —balbuceó retorciendo las manos sobre su regazo.
—Con respecto a eso, lamento decirte que no voy a poder pagarte esas horas extras. Verás…hace unos minutos perdí un importante cargamento y con él mucho dinero, por lo que si yo pierdo ustedes pierden —la imperiosa voz de Enar la hacía imposible replicarle. Sabía que por más que quisiera no podía negarse —. De todos modos, es posible que tengas un poco de suerte. Tendrás siete días para complacer a un cliente, el mismo que esta noche tuvo una deferencia conmigo.
—¿Por qué yo? —inquirió bajando la mirada.
—Porque quería a la mejor y esa eres tú —escupió cómo si no le agradase la idea de estar entregándola por tantos días —. Es un joven de apellido importante y muchas influencias, creo que podré tener futuros negocios con él. Por eso pretendo que seas complaciente y sumisa. Haz lo que te pide y todo saldrá bien.
—¿Tengo que encontrarme con él aquí? —susurró perdiendo cada vez más el tono de su voz. No le gustaba nada que Enar la negociara a cambio de favores, ¿pero qué podía hacer? Al fin y al cabo ese era su trabajo.
—Esta noche, sí. Luego él te dirá qué hacer a continuación. Tiene siete días, ni más ni menos. ¿Me has entendido?
—Sí, Enar —suspiró y se puso de pie, quitando las arrugas invisibles de su falda.
—Ahora ve a cambiarte. Elige tu mejor vestuario y encuéntrate con él en la habitación roja —exclamó al tiempo que agitaba una mano, despidiéndola. Ella se encaminó hacia la puerta, cuando volvió a llamarla —. Ah, y Camila, recuerda que eres Sienna. No necesitas mencionarle tu verdadero nombre.
Asintió mirándolo sobre su hombro y cuando Enar bajó su cabeza concentrándose en unos documentos sobre el escritorio, se apresuró en huir. Llegó al camerino con las emociones a flor de piel. Sabía perfectamente por qué su jefe no quería que revelara su nombre, de ese modo su verdadera identidad no sería descubierta y la historia de su madre no quedaría expuesta. Más aún, si su próximo cliente era alguien tan importante como el noruego daba a entender.
Se cambió rápidamente, eligiendo llevar un vestido corto que apenas cubría su trasero, y cuya espalda quedaba descubierta. El escote resaltaba sus senos y peinó su cabello de manera que cayera en cascada, cubriendo una parte de su cuello y revelando la otra. Quería verse deseable pero no demasiado regalada. Sí, reconocía lo que ella era, pero eso no significaba que tuviera deseos de parecerlo.
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A cambio de un Beso
Non-FictionNo es la típica historia de la chica que se enamora del apuesto chico. Es la cruel historia de Camila, una bailarina de streaptease que hace lo que puede para sobrevivir. Con una madre alcohólica y un padre desaparecido, debe buscarse la vida. Pero...