Capitulo 19

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Hola, vuelvo a disculparme por la demora, trate de escribir pero no tenia mucho exito. Espero les guste lo que logre acabar!!!

Gracias pro sus comentarios!! Saludosss y a leer!! :)

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Camila entró sigilosamente al dormitorio, con rapidez tomó su ropa y dio un vistazo al cuerpo dormido de Dean. Se veía tan pacifico y tranquilo, que no pensarías que era un hombre capaz de poner el mundo pies para arriba. Con un sentimiento de opresión en el pecho salió a hurtadillas, tratando de hacer el menor ruido posible para no despertarlo. Tenía un mal presentimiento con respecto a la llamada de Enar, pero sabía que negarse a ir implicaría un castigo que no estaba dispuesta a sufrir.

Llegó a la acera y respiró el aire frio de la noche, necesitando esa ráfaga de viento para despertarse. Tal vez así, se daría cuenta que estaba viviendo en una pesadilla y todo acabaría siendo diferente a su cruda realidad. Un taxi se detuvo y subió dando una última mirada al edificio, solo rogaba tener la oportunidad de volver y explicarle el por qué de su salida precipitada. Indicó la dirección y no pudo evitar notar el brillo malicioso en los ojos del conductor, posiblemente intuyendo con cierta veracidad, del motivo de su viaje.

Constantemente se sentía juzgada, comenzando por su madre, quién jamás le demostró amor y un mínimo de respeto, y continuando por las personas que sabían sobre su doble vida. Dean había sido el único que no había hecho juicios de valores, solo esa discusión en el restaurante lo apartaba de ser el hombre perfecto. Suspiró hondo cuando el automóvil se detuvo frente al club, sacó el dinero para abonarle al taxista y éste lo tomó acariciando su mano, en un gesto que a Camila le revolvió el estómago.

Descendió de manera fugaz, perdiéndose en el interior del club sin siquiera saludar al gorila de la entrada. No quería dilatar más el encuentro con el noruego, por lo que se dirigió en dirección a su oficina. Antes de que siquiera pudiera acercarse a la puerta, Shelly le interrumpió el paso, hecho que no le extrañó ya que era la perra de Enar. Pero lo que más la inquietó fue la sonrisa socarrona que mantenía en su rostro.

—No puede recibirte —estiró su mano para tomarla del antebrazo y dirigirla hacia los camerinos —. Me pidió que te tuviera lista para salir al escenario en quince minutos. Parece que se acabó tu diversión.

Camila no daba crédito a lo que oía, creyó que Enar querría hablar con ella, pero jamás pensó que volvería a trabajar. No antes de que la semana con Dean acabase. Se dejó guiar por la mano de Shelly, manteniéndose en un estado de ingravidez, como si flotara. Cuando la puerta del camerino se cerró a su espalda, se dejó caer en el improvisado sofá que habitaba en una esquina y donde más de una vez había logrado conciliar el sueño.

—Alístate —la chillona voz de Shelly la sacó de su estupor —. Tienes dos ritmos y después Enar quiere verte en su oficina. Era hora de que te pusiera en el lugar que mereces y seas tratada como lo que eres, una prostituta —escupió con malicia.

Camila cerró los ojos, intentando en vano que sus palabras no le molestaran. Pero era la veracidad de sus palabras, provoco que una lágrima se derramara por su mejilla. La limpio de un manotazo y se incorporó, decidida a continuar el juego que el noruego parecía estar jugando con ella. Compadeciéndose de su miseria no haría nada, tendría que actuar con rapidez, hablar con Paul y averiguar cómo podría resolver su situación.

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A cambio de un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora