Capitulo 11

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Hola a todos, he conseguido acabar un poquitin antes el cpaitulo y decidi dejarselos para que se entretengan un rato. 

Les recuerdo que la historia transcurre principalmente a lo largo de la semana que ellos van a estar juntos, por lo que van a tener que ser pacientes. Ya llegaremos al capitulo de la boda, y mucho más adelante, supongo en algún momento al tan anasiado beso.

Espero les guste y recuerden, votito y comentario. Me haría muy feliz.

Saludos!!!

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—¿A qué se debe el placer de esta visita? —masculló el noruego enarcando una ceja.

Dean dio un paso adelante, cubriendo de manera protectora a Camila con su cuerpo.

—Vengo a recordarte parte del acuerdo —murmuró manteniendo una voz inflexible —. Sienna tiene que estar a mi merced por una semana. No estoy de acuerdo en que tenga que prescindir de ella, para que tome responsabilidades que no le corresponden.

—Sienna, querida ¿Tú que piensas? —inquirió Enar ladeando su cabeza para poder fijar su vista en la joven.

—Yo le comenté al señor Broussard que tenía una obligación que cumplir —susurró.

—No te pregunte eso —espetó —. ¿Quiero saber si piensas que deberías estar a su disposición y prescindir de tu trabajo aquí?

—Enar creo que esto es algo que tenemos que arreglarlo nosotros…

—No me interrumpas—farfulló entre dientes el noruego. Estaba comenzando a perder la compostura —. ¿Cuál es tu opinión, Sienna?

Camila abrió muy grandes los ojos, pasó su mirada de Dean a Enar y sintió que su garganta comenzaba a resecarse. La habitación parecía encogerse y podía sentir el fuerte agarre de los dedos de su acompañante en los suyos.

—Yo… —balbuceó, mojó sus labios con su lengua e intentó nuevamente —. Yo creo que si hay un arreglo establecido que dice que debo estar con él, sería descortés negarlo.

Enar chasqueó la lengua y se recostó sobre la silla, entrecerrando los ojos de manera inquisidora. Estaba claro que no le había gustado su respuesta, más allá de que ella hubiese tratado ser imparcial.

—¿Crees que a mí me interesa la cortesía? —inquirió llevándose el puro nuevamente a sus labios.

—Debería —Dean habló tratando de mantener una postura relajada, aunque por dentro muriera de ganas de hacer que el noruego se tragase el puro —. ¿Debo recordarle que de esta semana dependen los futuros negocios que podamos establecer?

—Permítame a mí recordarle que no he mantenido negocios con usted hasta ahora y por lo visto me ha ido muy bien —hizo un ademán con sus manos abarcando la estancia rodeada de lujos.

—Pero sería una verdadera pena que perdiera la oportunidad de tener de su lado los intereses del senador —exclamó Dean cada vez más irritado.

No era su intención amenazar a Enar, ni hacerle entrever que su negocio podría estar en riesgo si no obedecía sus peticiones. Pero la manera en que estaba hablándole a Camila lo había hecho enfadar. Podía percibir que ella le temía, su cuerpo entero temblaba y su voz salió resquebrajada cuando habló para dar su opinión.

El noruego cuadró su mandíbula y enderezó su postura. Había entendido claramente la intención de Dean y estaba dispuesto a dejar pasar esas advertencias, por ahora. Tendría que seguir más de cerca a esos dos, pensó. Había algo en la mirada del joven Broussard que no le agradaba, estaba demasiado interesado por el bienestar de Sienna y eso no le convenía.

A cambio de un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora