Capitulo 18

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Se que posiblemente esten odiandome en este momento, pdio discuplas por la tardanza. Como sabran todos tenemos vida ademas de wattpad y la mia estuvo un poco complicada. Pero logre acabar el capitulo, no crean que me olvide de ustedes!!!

Agradezco sus mensajes y estare respondiendoles a la brevedad. 

Saluditos y a leer!

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—Espero tengas buenas noticias —masculló Enar cuando respondió la insistencia del llamado telefónico.

—Los he perdido —respondió su interlocutor con vacilación.

—¿Te envío a hacer una sola cosa y no puedes hacerla bien? ¿Cómo demonios los perdiste de vista?

—Se dieron cuenta de que estaba siguiéndolos… él comenzó a zigzaguear entre los autos y de repente ya no estaban…

—¿Y así nomas se esfumaron? Trae tu culo aquí antes que me replanteé por qué te contraté.

—Sí, señor.

El noruego arrojó el teléfono sobre el escritorio, profiriendo una serie de maldiciones. Intuía que ese chico Broussard le traería problemas y comenzó a arrepentirse de su decisión de entregar a Camila. Si los negocios con Stefanie salían a la luz, todo lo que había construido correría peligro. Destapó la botella de whisky y comenzó a beber, sin molestarse en agarrar una copa. Tenía que hacer algo, acortar los siete días y recordarle lo que ella realmente era, una prostituta.

                                                 ***

—¿Hablabas en serio? —inquirió Camila, cuando notó que Dean se dirigía a un puesto de juegos.

—Claro, te prometí un peluche y lo tendrás —le guiñó un ojo y tiró de su mano hasta que tuvo que soltarla para tomar las bolas que la dependienta le daba —. Ve cual te gusta, porque en un abrir y cerrar de ojos tendré tu premio.

Ella sonrió y lo observó atentamente, le gustaba verlo desenvolverse con tanta soltura, sin preocupaciones. No podía apartar la vista del movimiento de sus brazos al arrojar la bola, la manera en que su camisa se aferraba a sus bíceps. Músculos que había tenido el placer de apretar. Dio un grito ahogado cuando la mano libre de Dean la tomó por la cintura, pegándola a su cuerpo.

—Si continuas mirándome de esa manera, olvidaré que trato de ser un caballero y te llevaré tras bambalinas para demostrarte lo que provocas en mi —susurró en su oído.

Camila no pudo evitar sonrojarse, a pesar de que todo el tiempo oía las lascivas proposiciones que los clientes manifestaban, encontraba las palabras de Dean muy placenteras. Demasiado. Le pegó en el brazo de manera juguetona, para aligerar el ambiente sexual que se había generado y señaló un perro marrón de grandes orejas.

—Ese es el que quiero —comentó dándole una media sonrisa.

—Ese tendrás.

Como un experto, lanzó las bolas restantes, tirando todos y cada uno de los pinos, ganando tal como había prometido.

—Eres bueno—chilló Camila.

—Lo dije, nena, siempre consigo lo que me propongo —Dean agradeció a la chica con una sonrisa y le tendió el peluche.

A cambio de un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora