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Esta historia comienza muchos años atrás, cuando yo aún era una veinteañera que asistía a la universidad y que quería comerse el mundo como todos en aquella etapa de la vida, cuando nos creemos jóvenes para siempre y vagamos de fiesta en fiesta los fines de semana sin ser capaces de ver el lunes a la vuelta de la esquina.

Así que, ¿qué mejor que empezar a recordar cómo conocí a tu padre que desde un viernes noche?

Había sido arrastrada a Hongdae por Hyuna, mi compañera de piso y mejor amiga desde la secundaria, la cual decía tener un plan maestro para oprimir toda la maraña de pensamientos que se habían asentado en mi cabeza tras la ruptura de mi última relación tras casi un año de pareja. A causa de esto yo no me veía con ánimos de salir pero acabé accediendo antes de tener a Hyuna mirándome desde el marco de la puerta de mi habitación con recelo mientras yo veía series en el ordenador.

—Quiero volver a casa —fue lo primero que dije cuando logramos hallar un hueco en la barra de aquel pequeño local, dedicado sobre todo a beber y pasar un buen rato con amigos—. Ha sido mala idea venir.

—¡No llevamos ni cinco minutos aquí, Emi! —exclamó la chica de cabellos castaños, antes de dirigirse hacia el barman para pedir dos bebidas y, de nuevo, volver la vista a mi—. ¿Te das cuenta de la clase de amiga que sería si te dejara hundirte sola en la miseria de tu habitación?

—¿Una que respetaría lo que quiero?

—Una horrible —interrumpió, tomando entre sus manos las copas que habían aparecido frente a nosotras no sin antes pagar. Tomó un sorbo de la suya, la cual tenía un color realmente horrible, antes de tenderme la mía—. Hoy no lloramos, Emi, hoy celebramos que has vuelto al mercado, ¡Min Yoongi se lo pierde!

Min Yoongi era mi expareja y además formaba parte de un grupo llamado BTS por lo que, como te puedes imaginar, superar una ruptura con un personaje público no es precisamente fácil teniendo en cuenta que todos y cada uno de los medios de comunicación están llenos de ellos. La verdad es que la causa de nuestra separación era trivial, simplemente no nos entendíamos todo lo bien que queríamos como pareja y decidimos dejarlo de mutuo acuerdo.

—No he vuelto a ningún mercado, Hyuna —respondí, soltando un suspiro—. Si tu objetivo de esta noche es que olvide a Yoongi acostándome con otro tío, paso.

Ante nosotras se abrieron paso un grupo formado por un par de chicas y chicos, los cuales ponían el grito en el cielo al ver a Hyuna y la saludaban como enloquecidos mientras repetían una y otra vez que tenían que enseñarle algo. Entonces, en un visto y no visto, Hyuna se volatilizó y me sorprendí a mí misma sola frente a la barra con mi bebida como único acompañante.

Me apoyé en el mostrador mientras le daba besos callados a mi copa de vez en cuando, podría irme perfectamente pues mi humor no era precisamente fiestero y había empeorado teniendo en cuenta que Hyuna me había dejado sola, pero una cosa era irse durante cinco minutos y otra muy distinta abandonar a tu mejor amiga a cuatro paradas de metro a las doce de la noche.


—¿Emi?

Una voz familiar me llamó, mientras yo recorría con la yema de mis dedos el borde del vaso. Era un chico un poco más alto que yo, el cual ocultaba su rostro tras una mascarilla de color negro dejando ver tan solo sus ojos y su cabello. Al verme confusa decidió bajar su accesorio hasta la barbilla y en el momento en el que lo hizo lo reconocí.

—¡Jimin! —exclamé, sorprendida, no me esperaba para nada encontrarlo en un local de mala muerte—. Qué sorpresa, vaya.

—Lo mismo digo —dijo sonriéndome—. ¿Y qué haces aquí sola?

Jimin era compañero de Yoongi, mi ex, en la banda por lo cual me extrañó muchísimo que estuviera allí. Aquel sitio no era precisamente un lugar de lujo que frecuentaban idols internacionalmente conocidos pero se ve que di con la aguja en el pajar.

—No he venido sola pero parece que la fiesta se ha terminado para mí —suspiré, dándole un último trago a mi bebida antes de dejarla sobre la barra, dispuesta a irme—. Nos vemos, Jimin.

Iba a dirigirme hacia la puerta para llamar a Hyuna desde fuera para que viniera de donde sea que estuviera y volver a casa, pero Jimin posó una mano sobre mi hombro para volverme hacia él.

—No está Yoongi aquí si es por eso que quieres irte. He venido con unos amigos. —Alcé las cejas, un tanto sorprendida por su don para descifrar mi mente y él se limitó a soltar una carcajada ahogada—. Nos lo ha dicho, pero casi no tuvo que hacer falta. Lo supimos desde el momento que...

—No quiero saberlo —dije sin dejarlo terminar, negando con la cabeza con rapidez mientras sentía un pinchazo en mi corazón—. De verdad, Jimin, no quiero hablar de Suga ahora.

No había pasado aún ni una semana desde que lo dejamos y, aunque hubiera sido decisión de ambos, no me encontraba muy bien conmigo misma. Me decía a mí misma que debía superarlo lo antes posible pero todo a mi alrededor hacía que volviera atrás y rememorara todos estos meses junto a él, llegando en ocasiones a querer ir a su casa y retractarme de la decisión que tomamos.

—Vale, trato hecho —respondió Jimin, dejando ver las palmas de sus manos—. Nada de Yoongi, entendido, pero déjame invitarte a algo antes de que te vayas.

Me sorprendí a mí misma accediendo para quedarme con él, yo sentada en un taburete de la barra y Jimin frente a mí, hablando de mil cosas que cada vez se volvían más confusas conforme los vasos se vaciaban. Hyuna no apareció y sus amigos tampoco, pero no nos importaba a ninguno de los dos. Conocía a Jimin desde hacía mucho tiempo pero nunca habíamos tenido la oportunidad de conversar durante horas como en aquel momento, donde, aunque hubiera un montón más de personas en aquel local, todo parecía centrarse en nosotros.

Sin embargo, cuando parecía que la noche iba a seguir tomando el mismo ritmo, aquella que di por perdida apareció a mi lado, suspirando en cuanto me vio:

—Te estaba buscando por todas partes, ¿dónde estabas?

—No me he movido literalmente de aquí —dije con el ceño fruncido, desviando mi mirada a Jimin que se acomodaba el cabello con nerviosismo.

Hyuna, al ver que mis ojos no estaban en ella, se giró topándose con Jimin, la chica se había precipitado con tanta rapidez entre nosotros que no vio en un primer momento que estaba hablando con alguien, y de nuevo se volteó hacia mí con los ojos más abiertos que nunca.

—Ya veo que has estado acompañada —dijo—, y siento romper este momento pero de verdad que necesito mi cama y un cuarto de baño.

Puse los ojos en blanco, justo en el momento en el que comenzaba a divertirme tenía que llegar Hyuna (después de perderse donde-sea-que-estuviese) y decidir por parte de las dos que era hora de irse cuando yo ni siquiera quería estar allí desde un primer momento. Pero decidí no recriminárselo y acabar la noche bien, de todos modos, yo también estaba cansada.

Me despedí de Jimin con una sonrisa y volvimos a casa Hyuna y yo, con la sorpresa de que a la mañana siguiente en mi bandeja de entrada tenía un mensaje de Jimin.

how i met your father || bts harem fanfic [+18] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora