how i met your father || bts harem fanfic [+18] [FINALIZADA]

34; finally

No recuerdo exactamente cuanto tiempo transcurrió en aquel momento pues bien pudo haber sido un instante eterno o una eternidad instantánea junto a Jungkook, conectados ambos por nuestras manos.

Sin embargo, el silencio en el que nos encontrábamos, perturbado por tan solo el leve ruido a lo lejos de los coches cruzando el puente sobre nuestras cabezas de una orilla a otra de Seúl, se rompió cuando comenzó a sonar el tono de llamada de su teléfono móvil. Lo cual era extraño pues Jungkook siempre lo tenía silenciado haciendo que nunca contestara las llamadas y tardara alrededor de dos horas en responder a los mensajes de texto.

El chico buscó a tientas en el bolsillo de sus vaqueros el celular con la mano libre, sin soltar la mía, y al encontrarlo echó un vistazo a la pantalla antes de descolgar la llamada y acercarse el auricular a su oído.

Mantuvo una corta charla bajo mi mirada puesta en él, curiosa, sin saber quién era aquel al que llamaba hyung, hasta que colgó y se volvió hacia mí con una clara expresión de fastidio en su rostro.

—Era Namjoon hyung —suspiró, volviendo a guardar su móvil en los pantalones—, dice que me necesita en el estudio.

—Pensaba que hoy era tu día libre —dije, inclinando la cabeza hacia un lado, confusa.

—Sí, yo también lo pensaba —contestó, rodando los ojos—. Quería invitarte a cenar, Emi, pero...

—No pasa nada, Jungkook —le interrumpí—. Iremos otro día, hay mucho verano por delante aún de todas formas.

—Sí, bueno, con la gira...

Lo miré confundida durante un momento, sin entender en un principio sus palabras, hasta que caí en la cuenta. El mes anterior Big Hit Entertainment había anunciado las fechas para el tour que acompañaba a este nuevo álbum con ciudades de toda America en la lista de eventos de los cuales no recordaba la fecha hasta ese momento; se iban a principios de agosto y julio ya estaba llegando a su fin. Eso quería decir que iban a estar todo aquel mes fuera y llegarían a principios de septiembre o incluso a mediados, lo cual significaba mucho tiempo sin verlos.

Tras decirle de nuevo que no pasaba nada y que lo primero era el trabajo —por lo que supongo que Namjoon le necesitaba en su estudio, obviamente— volvimos sobre nuestros pasos hasta llegar a la avenida principal, buscando una boca de metro para que el chico lo tomara y fuera hacia las oficinas, las cuales estaban demasiado lejos de donde estábamos para ir andando.

—¿Seguro que no quieres que te acompañe a casa? —preguntó junto a mí, caminando entre la gente apurada de un lado a otro por las calles, aún con sus dedos entrelazados con los míos—. No creo que sea tan urgente para que Namjoon no pueda esperar un poco más por mí.

—De verdad que puedo ir sola, Jungkook —respondí—. Acompañándome solo conseguirás recorrer casi toda Seúl hasta llegar al estudio.

Ambos nos reímos tras mis palabras, aunque lo cierto es que en el fondo suplicaba para que se quedara. Estaba haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad para no salir gritando en aquel instante por tenerlo tan cerca, por caminar junto a él de la mano y por cada vez que me miraba y me dedicaba una sonrisa. Estaba segura de que en cualquier momento mi corazón se agotaría de latir tan fuertemente y se detendría, muriendo simultáneamente por culpa de ese chico.

Cinco minutos después nos topamos con una entrada de metro y supimos que era el momento de despedirse, aunque yo me agarraba a la pequeña esperanza por absurda que fuera de que de pronto Namjoon llamara y le dijera que no hacía falta que fuera. Pero eso nunca ocurrió, simplemente nos dijimos adiós y dejamos ir la mano del otro finalmente, haciéndome sentir un vacío que duró todo mi camino en solitario de vuelta a casa.

Iba tan perdida en mis pensamientos, con mis piernas llevándome automáticamente por las calles, que ni siquiera me di cuenta de donde estaba hasta que reconocí aquel boulevard en el que me encontraba como familiar y que no tardaría entonces más de cinco minutos en llegar a mi apartamento, el cual ya lograba verlo a no mucha distancia.