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Las horas junto a Taehyung, Jimin y Jungkook pasaban como segundos. Podía mirar el reloj digital en la pantalla de bloqueo de mi teléfono móvil y, cuando volvía a hacerlo, descubrir que en un abrir y cerrar de ojos habían trascurrido treinta minutos sin que me diera cuenta. El tiempo se nos echó encima y, a las doce menos cuarto, ya estábamos saliendo del edificio de Big Hit Entertainment rumbo a aquel restaurante especializado en comida vietnamita.

El almuerzo no fue nada del otro mundo, aquel intento de beso en broma a Taehyung —más su posterior rechazo— no se volvió a recordar ni aunque fuera como burla, sin embargo, sí me di cuenta de que usaron otros objetos como tema de conversación que habían salido anteriormente en el estudio para mofarse de mí Jimin y Jungkook, como cuando les confesé que no sabía montar en bicicleta o que de pequeña me quemé toda la mano con una plancha de ropa.

Pero no pude evitar notar que el ambiente no era el de siempre pese a las risas.

Taehyung no hablaba durante toda la comida, sumergido completamente en sus pensamientos, aunque de vez en cuando sí contribuía a la conversación. Jimin, por otro lado, tampoco estaba tan energético como de costumbre pero sí hablaba pese a que sus ojos siempre se intercalaban entre Taehyung y yo, sentados uno junto al otro, mientras que Jungkook tan solo devoraba su plato de pho y hablaba conmigo.

Después volvimos de nuevo a las oficinas de la discográfica, sin entretenernos mucho por el camino ya que la comida se había alargado y Jimin y Taehyung tenían prisa pues, al parecer, tenían que grabar ellos dos juntos una especie de corto para el comeback show de la semana siguiente. Por lo tanto, Jungkook y yo los dejamos en el primer piso mientras nosotros volvíamos juntos a nuestros respectivos estudios para seguir trabajando.

—¿Y qué vas a hacer ahora? —preguntó el chico cuando las puertas del ascensor se cerraron tras despedirnos de los otros dos chicos.

—Namjoon me pidió que exportara todas las maquetas que tengo hechas y se las enseñara —dije, apoyando un costado en la pared vibrante del elevador—. El sábado tenemos una reunión todos los productores en vistas al siguiente álbum y quiere ver si hay algo por lo que podríamos empezar.

—Así que tu nombre estará en la lista de productores, ¿eh? —Asentí, asomándose una pequeña sonrisilla en mis labios por la satisfacción que generaba ese pensamiento en mí—. ¿Y qué hay de Namjoon? ¿Lo habéis solucionado?

—Sí, se disculpó conmigo el otro día cuando coincidimos en el pasillo —respondí sin darle mucha importancia, abrazándome a mí misma—. Dijo que sentía haber sido un imbécil con nosotros.

Jungkook se rió y yo no pude evitar pensar en que él solo sabía la punta del iceberg de la historia. Él creía que los celos de Namjoon hacia nosotros habían salido de la nada porque tal vez, y solo tal vez, Namjoon había desarrollado un encaprichamiento por mí, pero era más que eso. Jungkook no tenía ni la más mínima idea de la relación que habíamos tenido RM y yo durante dos meses a escondidas y que su comportamiento tan introvertido se debía al rechazo tras dejarlo, desembocando en recelo hacia Jungkook.

—Me alegro de que todo se haya arreglado —dijo Jungkook, sonriente, justo cuando las puertas del ascensor se abrían.

—Y yo —susurré, siguiendo sus pasos hacia el pasillo.

—Entonces —comenzó a decir, torciendo su cabeza hacia mí para mirarme—, ¿hoy estarás hasta tarde?

—Depende de lo que me diga Namjoon, ¿por qué?

Miré al chico mucho más alto que yo curiosa, caminando junto a él por el corredor con el sonido de mis tacones acompañando nuestras voces.

—Es solo que hace mucho tiempo que no paso tiempo contigo y...

how i met your father || bts harem fanfic [+18] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora