13; confussion

246 23 2
                                    

Nunca me había sentido así, ya que realmente no sentía.

Después de lo ocurrido con Namjoon me sorprendí a mí misma en un estado indescriptible, era algo semejante a ver una película; veía mis acciones, hacía cosas, pero no conseguía notar nada de mi entorno. Era como si fuera un fantasma, un huésped ocupando mi propio cuerpo.

Aquello llegó de forma subliminal, como si mis emociones hubieran decidido hacer una huelga silenciosa poco a poco hasta encontrarme suspendida en el vacío. Al principio me asusté, no sabía qué estaba mal conmigo y pensé que tal vez me había enfermado, pero pasado dos días en los que me acostaba sin sentimiento alguno y despertaba de la misma forma decidí ponerle remedio. Irónicamente no sentir nada era la peor sensación del mundo.

La única cosa que se me pasó por la cabeza tenía incluso nombre; Namjoon. El encuentro en el salón de mi casa fue el primero, pero no el último. Habíamos comenzado de manera inconsciente un tipo de relación poco convencional por decirle así, algo de lo que muchos de nuestros vecinos se escandalizarían, pero no me importaba. Yo sólo quería sentir algo y la piel de Namjoon, su respiración agitada mezclada con la mía y el contacto de ambos era lo más cercano a eso.

Le daba mil vueltas a todo lo que me había ocurrido estos meses pero al mismo tiempo no quería pensar en ello, me centré más que nunca en la universidad aunque me obligaba a mí misma a pensar en una explicación de por qué no era la misma Emi que antes.

Llegó mayo antes de que pudiera darme cuenta y con ello me vi envuelta la primera semana de ese mes en una situación de trabajo bastante extraña donde no sabía exactamente cual era mi función. Los chicos iban a hacer una sesión de fotos en Dream Forest, al norte de Seúl, y yo me sentía como un pez fuera del agua entre los fotógrafos y las estilistas. Supuse que me añadieron al equipo de apoyo con tal de no darme un día libre más asi que allí estaba, de un lado a otro cargando mochilas y, de nuevo, llenando vasos de plástico con café de un termo que rellenaba cada dos por tres en la cafetería del parque.

La verdad es que por primera vez no me importaba hacer ese trabajo, estar distraída era genial en esos momentos donde mi cabeza estaba perdida dios sabe donde, además de encontrarme en una situación realmente extraña con cada uno de los chicos; ¿en qué momento había empezado todo esto?

En uno de mis paseos hasta el puesto de café que consistía en una cabina de no mucho más de dos metros cuadrados me detuve un momento, tomándome un respiro apoyándome en mis rodillas mientras clavaba mi mirada en los adoquines que formaban el camino en la ladera. No había parado en toda la mañana de ir de un sitio a otro y estaba exhausta.

—¿Te echo una mano?

Al escuchar esa voz a mis espaldas pegué un salto y un grito realmente sobresaltada, encontrándome con Namjoon doblándose sobre sí mismo riéndose por mi reacción.

—¡No me des esos sustos! —chillé, golpeándole el pecho repetidas veces mientras él continuaba soltando carcajadas—. ¡No tiene gracia!

—Es que te asustas muy rápido, Emi, y es muy gracioso —dijo, protegiéndose de mis golpes hasta que me detuve y lo miré cruzándome de brazos antes de seguir por mi camino. Sin embargo, Namjoon siguió mi paso—. Llevo buscándote toda la mañana pero, cuando te encuentro, estás demasiado lejos como para alcanzarte y si lo intento, ¡desapareces! No sé cómo lo haces.

—He estado trabajando, por si no te has dado cuenta —argumenté, alcanzando finalmente la pequeña cafetería y poniendo sobre el mostrador el dinero que me habían entregado para pagar el cáterin que nos estaba ofreciendo aquel pequeño local, además de la factura—. Este es el primer momento libre que tengo en todo el día.

El hombre que atendía el café cogió entre sus manos lo que le había entregado y se dio la vuelta para contarlo, yo me limité a mirarlo con el ceño fruncido a sabiendas de que me tenía que devolver dinero y más le valía hacerlo ya que no pensaba ser yo la que pusiera dinero de su propio bolsillo. Sin embargo, algo me sacó de mis pensamientos asesinos producidos por el estrés de aquel día al sentir el brazo de Namjoon pasar por la parte baja de mi espalda apegándome a él, esto me hizo sobresaltar más que su primera intervención pero tuve que guardar la compostura cuando el hombre finalmente se volvió con una sonrisa en el rostro y el restante de la cuenta.

how i met your father || bts harem fanfic [+18] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora